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Hallazgos arqueológicos en Tanzania con más de tres millones de años de antigüedad muestran que antecesores del actual ser humano ya caminaban erguidos. Como una funcionalidad intrínseca de nuestra especie, c aminar es indispensable para una existencia equilibrada, pero la proliferación de tecnologías, la saturación de horas de trabajo y la pandemia se han coludido para alejarnos de nuestro sendero.
Si a ello sumamos la preferencia en el diseño urbano por el automóvil, en conjunto con la inseguridad pública, hacen de caminar en entornos urbanos un reto temerario, el cual en lugar de mejorar la vida puede terminarla.
Una saludable alternativa está en lo que los angloparlantes denominan “ hiking ” y que en nuestro idioma se llama senderismo . La disciplina de caminar por veredas, si bien tampoco es totalmente libre de riesgos, es mucho mejor que la costumbre nociva de trabajar en silla y descansar en sillón.
Sin ir tan lejos como Tanzania, la Ciudad de México ofrece varias rutas para acercarnos a la naturaleza. el Ajusco , el Desierto de los Leones , o el Bosque de Chapultepec , Cañada de Contreras o Tlalpan cuentan con caminos y paisajes de interés, que representarán una saludable alternativa a fumarse otra serie en streaming o a aburrirse en una máquina caminadora en el encierro. Más allá de estas opciones está la Ruta de Cortés o las veredas del Nevado de Toluca , entre muchas otras en nuestro país .
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Para gozar de estas travesías hay una serie de criterios importantes a considerar, además de la conveniencia de contar con implementos adecuados. Como en cualquier nueva disciplina, probar las primeras veces con compañía experta en recorridos de demanda moderada será lo mejor para ir conociendo y tomar, poco a poco, una buena condición física.
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Antes de salir, revisar las condiciones del clima nos permite decidir oportunamente si será mejor posponer nuestro recorrido o cargar con la indumentaria adecuada para la ocasión. Un buen criterio para principiantes es acudir en compañía de un grupo, para lo cual las redes sociales suelen ofrecer un foro de contacto conveniente. Avisar de la duración y ruta de nuestra aventura a conocidos, con la cortesía de reportarnos al regresar, puede ser la diferencia entre recibir un rescate rápido en caso de accidente o pasar por una odisea terrible como la retratada en la película “ 127 horas ”.
Indumentaria por capas
En cuanto a indumentaria en piezas superiores, en excursionismo existe el principio de “capas ”. México tiene un clima variado, por lo que es necesario estar preparados para calor y frío.
Si iniciamos una caminata temprano por la mañana encontraremos seguramente temperaturas bajas : al ir avanzando y entrando en calor podemos ir removiendo prendas para no cubrirnos de sudor ya que, al volver a enfriar el ambiente, portar prendas húmedas puede llevar a pérdida excesiva de calor y la correspondiente hipotermia.
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Complementando indumentaria, un sombrero para campismo de ala ancha y tela ligera nos protegerá del sol, y unos lentes para este fin nos permiten gozar del recorrido. Si además contamos en la mochila con un poncho repelente al agua estaremos mejor preparados en caso de una sorpresiva lluvia.
Prendas básicas
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1. No uses algodón (mucho menos mezclilla), pues tarda mucho en secar. En su lugar, lana o textiles sintéticos o con tecnología para actividades al aire libre.
2. Interior. La primera es una prenda térmica pegada al cuerpo. Su función es alejar la humedad y sudor de la piel. Una opción conveniente es Columbia con la línea Glacial Fleece.
3. Sudadera . Una prenda ligera para separar la chamarra externa de la prenda interior. Alternativas premium pueden ser LLBean Cresta Wool o la ligera Patagonia Capilene. En supermercado de conveniencia igual podemos buscar estas prendas económicas de la marca Hanes, por ejemplo.
4. Chamarra . La prenda principal, pero que no trabaja sola: hay que usar varias capas debajo. Busquemos que sea impermeable y nada estorbosa. Opciones como The North Face Resolve o Arcteryx Atom LT dejan fuera frío y lluvia.
5. Calzado . Debe ser cómodo y funcional. Las botas resultan más convenientes ya que protegen el tobillo en caso de un resbalón.
6. Calcetines adicionales pueden resultar útiles en caso de que se lleguen a mojar los que se están usando.
7. Espinilleras . Para senderistas que prefieran un aditamento más específico. Son muy diferentes a las de futbol: a prueba de agua y hechas con tela robusta.
8. Una muda de ropa adicional es conveniente para el caso de cruzar algún tramo de río, una lluvia inesperada.
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Otros elementos indispensables en nuestro recorrido son navaja de campo, la cual puede ser de alguna casa suiza, además de un pequeño juego de primeros auxilios, y al menos una lámpara. Asegurémonos de que cuenta con carga y, si es de baterías externas, es recomendable llevar un juego adicional. Aunque nuestro recorrido esté planeado para realizarse a la luz del día, es mejor llevar una lámpara y no utilizarla, a requerirla y recordar exactamente dónde la dejamos. Si nos extraviamos o retrasamos por algún motivo inesperado contar con luz puede ser una gran diferencia.
Llevar en nuestra mochila un juego de cerillos en envase impermeable y un poco de papel para iniciar una fogata sería una gran idea. Dos líquidos más que complementan al agua en nuestra mochila son el protector solar y el repelente de insectos. Ambos pueden preservar nuestra integridad y prevenir inconvenientes bastante molestos.
La mochila y otros accesorios
1. Guantes . Gore Wear Goretex Thermo o Gastelli Estremo son impermeables y ligeros.
2. Bufanda . Proteger el cuello previene tanto quemaduras de sol como pérdida de calor.
3. Mochila . Debe ser resistente al agua y, de preferencia, fabricada por una marca de renombre que garantice calidad.
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Senderistas
con más experiencia se benefician de contar con un GPS ; la opción más conocida es Garmin. Pero, además de este equipo, una brújula puede resultar conveniente si hubiera un contratiempo.
Comida y agua
Es indispensable portar agua suficiente en proporción, que inicia en un mínimo de medio litro por hora de caminata esperada. Si es una ruta árida este monto puede subir hasta un litro por hora. Un buen criterio es hidratarse bien justo antes de iniciar la caminata para reducir carga. Si estamos contando con rellenar nuestras botellas en el camino, lo mejor es llevar un filtro purificador, pues aún el arroyuelo más cristalino puede contar con parásitos.
No tener suficiente agua provocará en poco tiempo la aparición de un nivel de fatiga considerable, la cual los no familiarizados asociarán con falta de condición física y fuerza de voluntad, cuando simplemente con beber lo necesario se aliviaría.
En cuanto a alimentos, optemos por comida seca, que pesa menos y resulta más práctica de ingerir en la vereda.
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No olvidemos contar con bolsas biodegradable s para portar nuestra basura no orgánica de regreso a la ciudad. Si vamos a desechar centros de manzana, cáscaras u otros biológicos es indispensable enterrarlos, por lo que una pequeña pala debe estar, igualmente, en nuestra mochila, la cual también es necesaria si tuviéramos que enterrar el producto de una necesidad fisiológica durante el recorrido en vereda.
¿Por qué enterrar estos desechos ? Debido a la afectación que harán a la naturaleza al ser ingeridos por animales salvajes. Debemos solo dejar huellas y traer recuerdos.