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Desde la década de los noventa, los gobiernos de diferentes países prohibieron fumar en vuelos nacionales e internacionales y a partir de los años dos mil, en todo el mundo estaba completamente restringido encender un cigarrillo mientras se volaba. Pero, ¿por qué hasta la fecha se siguen encontrando ceniceros en los aviones?
Hay una legislación , de acuerdo con la Administración Federal de Aviación ( FAA ), en la que es obligatorio que se coloque un cenicero en el baño de la aeronave por si a un pasajero necio e irresponsable se le ocurre fumar y, en un momento dado tenga dónde apagarlo. Así, se evitaría un accidente, aunque el individuo no se libraría de una fuerte sansión. Si el cenicero llegara a romperse, perderse o dañarse, la aerolínea debe reemplazarlo en menos de 10 días.
La segunda razón es causa de la primera: en 1973, en un vuelo de Río de Janeiro (Brasil) a París (Francia), un incendio se desencadenó después de que una persona arrojara un cigarrillo mal apagado al bote de basura del sanitario; como consecuencia, la cabina se llenó de humo. El piloto tuvo que aterrizar de manera forzada, lo que desencadenó en un accidente con 123 personas fallecidas.
La importancia del cenicero a bordo es tan grande que, en 2009, un vuelo que iba de Londres a la Ciudad de México se retrasó media hora por estar buscando la pieza que se había perdido.