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Desde niño, seguramente has escuchado sobre la Alhóndiga de Granaditas y El Pípila. El primero fue uno de los escenarios más trágicos y hasta macabros de la Independencia de México; el segundo se convirtió en héroe insurgente.
Si no recuerdas muy bien estos acontecimientos clásicos de la Independencia de México, aquí te dejamos algunos datos sobre la historia oficial.
De cantera tallada y mampostería, la construcción de la Alhóndiga de Granaditas comenzó en 1796, por órdenes del virrey Miguel la de Grúa Talamanca, y fue concluida en 1809.
Este inmueble de estilo neoclásico y fachada sobria iba a estar destinado a funcionar como bodega de grano, pero cuando estalló la lucha de Independencia sirvió de refugio a las tropas realistas defensoras del dominio español y a muchas familias.
Por parte de los insurgentes, no hubo de otra más que entrar por la fuerza. Un 28 de septiembre de 1810, sobre su espalda cargó una loza un minero mestizo al que apodaban El Pípila. Así, Juan José de los Reyes Martínez, pudo protegerse de las balas y, con antorcha en mano, logró llegar a la puerta de la Alhóndiga e incendiarla para que el ejército insurgente pudiera entrar y ganar esa batalla donde se dice, ocurrió una masacre de gente inocente.
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Un dato perturbador. Después, Miguel Hidalgo, Juan Aldama, Ignacio Allende y José Mariano Jiménez fueron derrotados, encarcelados y finalmente fusilados. Para que todos aprendieran la lección, sus cabezas fueron colgadas en la alhóndiga como una advertencia a aquellos los rebeldes.
Cada año, el 28 de septiembre, se realiza en la alhóndiga la ceremonia de renovación del fuego simbólico de la libertad.
Maximiliano de Habsburgo lo convirtió posteriormente en cárcel. Y, desde 1958, la Alhóndiga de Granaditas aloja el Museo Regional de Guanajuato , el cual exhibe más de nueve mil piezas de arte, historia y costumbres para honrar a lo héroes de la Independencia.
El museo abre de martes a domingo. La entrada general es de $75 MXN; los domingos es gratis.