La costa de Oaxaca sigue siendo un paraíso de extensas playas de arena dorada con olas para todos los niveles de aventura. A pesar de su inminente crecimiento, aún conserva una atmósfera rústica y relajada, sin pretensiones de hoteles masivos de cadena.
En Puerto Escondido todavía puedes darte el lujo de presenciar atardeceres de ensueño, únicos del Pacífico mexicano; recostarte en una hamaca en medio de una playa casi solitaria; ver delfines en libertad y el desove de tortugas marinas; nadar en lagunas bioluminiscentes; tener un paseo silencioso entre manglares a bordo de una lancha; y disfrutar de una buena gastronomía con sello oaxaqueño.
En Puerto Escondido la conexión con el mar y la naturaleza es directa; y estos son elementos que muchos viajeros buscan después de tantos meses de confinamiento.
Para el verano, las playas de este destino oaxaqueño te brindarán toda la fuerza y sanación que necesitas para volver a la ciudad después de una merecida vacación. Así que sigue esta guía de viaje sin perder de vista los cuidados para evitar contagios por Covid-19.
Playa Zicatela
Encontrarás opciones sencillas de alojamiento a lo largo de dos kilómetros de largo. Para salir a la playa, hay que cruzar la Calle del Morro, la vía principal y una de las zonas comerciales de Puerto Escondido. Justo enfrente, se extiende una playa larga y ancha donde las olas son la fascinación de los surfistas que llegan de todo el mundo y que se reúnen desde que sale el sol.
No necesitas saber surfear: basta con tumbarte en un camastro o en una cama de día, de esas que ofrece algún club de playa, y quedarte a ver cómo montan las olas con gran agilidad. Nunca puede faltar la cervecita o un coctel con mezcal, alguna botana o un platillo de mariscos.
Por la mañana sal a correr o únete a una clase de yoga, y, después, desayuna en cualquiera de los restaurantes que ofrecen menús a muy buenos precios.
Foto: Sectur Oaxaca
Aunque Zicatela se puede disfrutar a toda hora, al atardecer tiene otra vibra. Los restaurantes que están sobre la playa se convierten en la mejor opción para ver la puesta de sol. También disfrutarás del espectáculo sentándote en la arena para admirar el cielo rojizo y el sol, que parece una pelota gigante y encendida fundiéndose con el mar.
Pero antes, visita Nieves Galindo, un tradicional atractivo en Puerto Escondido: es un pequeño camión en el que se despachan nieves de diferentes sabores; prueba la de coco, por favor. Se coloca todas las tardes frente a la escultura Las Manos, un símbolo del lugar y uno de los spots más fotografiados.
Sí hay vida nocturna en Zicatela (nada que ver con el ajetreo de Cancún o Acapulco , por ejemplo) pero hay pocas opciones, la mayoría sobre la playa, con DJ o música en vivo (desde jazz hasta salsa), comida y buenos tragos.
Para dormir
El mejor lugar para quedarse es Zicatela, donde hay muchas opciones de hospedaje, comida y vida nocturna.
Surf Olas Altas. En medio de la zona de Zicatela, cerca de todo y con todos los servicios. Habitaciones desde 1,200 pesos.
Santa Fe. Con una ubicación privilegiada, desde su terraza y restaurante hay una espectacular vista al mar. Habitaciones desde 1,200 pesos.
Para comer
Argentino’s. Paquetes económicos de desayuno por la mañana y comida argentina por la tarde.
El Cafecito. Un tradicional lugar de Puerto Escondido con un café delicioso y panadería recién horneada. facebook.com/ElCafecitoPuertoEscondido
Cipriano’s Pizza. Un restaurante económico para comer pizza sobre la playa y acostarse en una hamaca.
Para la puesta de sol
La Principal Cantina de Mar. Un lugar sobre la playa en donde puedes tomar un Tepache Sunset (mezcal, jugo de naranja, piloncillo, tepache y cardamomo) y comer unos tacos de pescado. Puedes sentarte en sus columpios o descansar en una de sus hamacas.
Agua Salá. Restaurante del chef local Quetzalcóatl Zurita. Pide un ceviche, una hamburguesa de camarón o el pulpo a la talla. Deja espacio para el postre porque el crème brûlée de coco, la tarta de chocolate con frutos rojos y el panqué de elote con helado son irresistibles. Hay una amplia opción de coctelería y cervezas artesanales.
Vida nocturna
Casa Babylon. Un pequeño local ocupado por un bar que ya es legendario. De ambiente informal y relajado. Para escuchar jazz, rock o blues en vivo en compañía de un mezcal.
Sunrise Beach Club. Sobre la playa, para comer mariscos, beber mezcales y escuchar música en vivo.
Palmar. Para unos tragos en la barra, si quieres algo tranquilo, o para empezar la noche. A lo largo de la semana hay DJs de varios géneros, como música electrónica y reggae.
Foto: Unsplash/ Jose Mizrahi
Playa Principal
Junto a Zicatela está la Playa Principal, una bahía de menos de un kilómetro de longitud que es el corazón de Puerto Escondido. Las olas son menos intensas y, por eso, es el sitio donde suelen anclar las lanchas de pescadores y de servicios turísticos.
Tiene pequeños restaurantes y un andador con miradores. Aunque por ahora no se encuentra en las mejores condiciones, bien vale la pena darse una vuelta rápida en su primera parte para tomar fotos del mar.
Al final de esta playa inicia el Andador Turístico Alfonso Pérez Gasga, una calle peatonal mejor conocida como “El Adoquín”, donde —dicen— nació Puerto Escondido. Hay tiendas de artesanías y ropa y de conveniencia para comprar víveres. También aquí encontrarás cajeros automáticos. Por la noche, hay bares y restaurantes con música y opciones para cenar más económicas que en otros lugares y con un ambiente más local.
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Carrizalillo
En 15 minutos llegas a Playa Carrizalillo, una de las playas más bonitas en una pequeña bahía situada entre acantilados. Para acceder a ella hay que bajar unos 200 empinados escalones, pero el paisaje hace que valga la pena el esfuerzo.
Aquí puedes tomar clases de surf, bucear o nadar (aunque las olas siguen siendo intensas). Hay pequeños restaurantes para tomar una cerveza o comer un coctel de mariscos mientras contemplas el mar, que aquí adquiere un tono más claro.
Antes de bajar a la playa encontrarás todo tipo de tiendas y boutiques para comprar ropa, recuerdos y artesanías, además de restaurantes de comida italiana, griega y oriental, junto a tradicionales tacos, cafés y mezcalerías.
Muy cerca de Carrizalillo hay dos pequeñas playas más: Puerto Angelito y Manzanillo, con ambiente más familiar, donde puedes bucear o subirte a la famosa banana.
Para comer
Luna Rossa. Pizzas con verdadero sabor italiano (como la preparación es artesanal, toma su tiempo; así que hay que tener paciencia, si acudes en hora pico).
Almoraduz. Para quienes buscan una opción gourmet, este es el restaurante de alta cocina del destino. Su menú se basa en la disponibilidad de ingredientes de cada temporada, y está inspirado en los platillos de la región. La tostada de pescado y el rissoto de coliflor rostizada son buenos ejemplos.
Foto: Sectur Oaxaca
Bacocho
Un par de kilómetros más adelante está Playa Bacocho: muy extensa y en mar abierto. Es de los mejores sitios para ver la puesta de sol. Hoteles y clubes de playa ofrecen pases de un día, con comida, bebidas, camastros y albercas.
Antes de que se ponga el sol, camina solo unos pasos para llegar al campamento tortuguero Vive Mar. Una módica cuota de recuperación te permite apoyar la labor de esta asociación dedicada a rescatar la tortuga golfina: la más pequeña de las tortugas marinas; llegan a medir hasta 70 centímetros y pesar 40 kilos. Después de una breve plática sobre la importancia de su cuidado, participa con responsabilidad en su liberación en la playa.
Hay liberaciones por la tarde. Costo: 100 pesos más donación.
Para dormir
Hotel Posada Real. En su club de playa sirven comida y bebidas, disponen de albercas y de una privilegiada vista frente al mar. Habitaciones desde 1,800 pesos por noche.
Para comer
Club de Playa Villasol. El consumo mínimo por persona es de entre 300 y 400 pesos, depende del día. Hay bebidas, comida y albercas para pasar todo un día.
Foto: Sectur Oaxaca
Otros paraísos en los alrededores
1. Lagunas de Chacahua
Si no visitas el Parque Nacional Lagunas de Chacahua, te vas a arrepentir. Para llegar a su playa casi virgen, hay que atravesar una laguna a bordo de una lancha que parte del poblado de Zapotalito, a poco más de una hora (60 kilómetros) de Puerto Escondido. Hay paseos de un día con touroperadoras autorizadas. También te recomendamos, si tienes tiempo, pasar un par de noches en alguna cabaña o zona de campamento en la playa. Es uno de los grandes destinos de México para presenciar el fenómeno de la bioluminiscencia (de agosto a marzo) y la arribazón de tortugas marinas.
A la hora de la comida, pide un suculento pescado del día o unos mariscos; tampoco dejes de probar los plátanos empanizados o fritos que ofrecen las vendedoras que recorren la playa.
El trayecto en lancha incluye la vista en primera fila de la laguna y los manglares, en donde surgen pequeñas islas habitadas por cigüeñas, garzas, patos, águilas, pájaros carpinteros y pelícanos. Igualmente es posible contemplar iguanas, cocodrilos y tortugas. El conductor de la lancha te muestra la flora y fauna del parque, te explica la importancia del ecosistema y te cuenta historias y leyendas.
Foto: Edwin Hernández/ EL UNIVERSAL
Lagunas de Chacahua fue decretado Parque Nacional en 1937. Cuenta con 132.73 kilómetros cuadrados de superficie y 30 kilómetros de lagunas (Chacahua, La Pastoría, Las Salinas y otras más pequeñas conectadas por estrechos canales).
Después de pasar por túneles de manglares y grandes extensiones de tranquilas aguas, a lo lejos verás una pared de rocas donde sobresalen las olas que chocan contra ellas. Ahí termina la laguna y empieza el océano Pacífico.
El pueblo de Chacahua es rústico —comenzando por los baños—, por lo que hay que tomarse un tiempo para relajarse y estar dispuesto a desconectarse. De hecho, casi no hay señal de celular.
A los surfistas les esperan grandes olas pero también hay zonas donde se puede nadar. Para unas buenas fotos, debes subir al faro.
Foto: Sectur Oaxaca
2. Manialtepec: donde el agua brilla de noche
En la laguna de Manialtepec, cuando no hay luna llena, también se ve uno de los espectáculos naturales más bellos: la bioluminiscencia. Se trata de un fenómeno producido por millones de microorganismos conocidos como “dinoflagelados”, una especie de fitoplancton que viene desde el mar para reproducirse en estas aguas. Miles de lucecitas son el resultado de una reacción química para protegerse de sus depredadores.
Estos brillos destellantes se presentan en el agua agitada por la lancha, cuando la mueves con las manos o cuando cae la lluvia.
La laguna de Manialtepec está a 16 kilómetros de Puerto Escondido (unos 20 minutos en coche), y aunque suelen ofrecer el tour durante todo el año, lo mejor es ir las noches sin luna y en temporada de lluvias. Lleva traje de baño porque también se puede nadar pero únicamente en los lugares en los que te indique el guía.
Foto: Sectur Oaxaca
3. La Ventanilla
Tras recorrer poco más de una hora de camino, te encontrarás en una playa virgen y solitaria.
En el centro ecoturístico operado por familias del municipio de Santa María Tonameca, salen paseos en lancha para recorrer sus manglares.
La laguna fue afectada por dos huracanes —“Paulina”, en 1997, y “Carlota”, en 2012—, dejando destruida más de la mitad de la zona. Pero desde hace más de cinco años, la Sociedad Cooperativa Lagarto Real instauró un programa de reforestación y rehabilitación, el cual es un importante caso de éxito en México y a nivel mundial.
Durante el recorrido por la laguna, que dura alrededor de una hora, se observan varios tipos de mangle y especies de aves. El principal atractivo son los cocodrilos que pasan muy cerca de tu lancha. Iguanas y tortugas también conviven en este pequeño ecosistema.
De preferencia, tú y tus acompañantes manténganse callados para percibir los sutiles sonidos del agua, de los árboles y de los animales. Guarden su celular por un rato. Garantizamos que esta experiencia resultará terapéutica.
Al final de tu visita, tómate una foto cerca del risco que emerge del mar y que le da nombre a esta playa: una abertura natural por donde el sol se asoma al amanecer de cada solsticio.
Foto: Léo Tisseau. Flikr
4. Casa Wabi: arte junto al mar
A media hora de Puerto Escondido se encuentra la sede de la Fundación Casa Wabi, un monumento arquitectónico de estilo japonés diseñado por Tadao Ando (ganador del premio Pritzker).
Casa Wabi es un proyecto interdisciplinario que fomenta el intercambio entre artistas nacionales y extranjeros de diversas especialidades.
Su nombre proviene del concepto japonés wabi sabi, que significa “el arte de buscar la belleza en la imperfección”. Contiene un jardín escultórico, seis residencias, dos estudios y hasta un gallinero. Cada espacio, 100% sustentable, está diseñado por otros importantes arquitectos. Visitarlo es una relajación para los sentidos. Se organizan exposiciones, ciclos de cine y recorridos especiales.
Tiene una página oficial en Facebook. Es indispensable consultar horarios y actividades para hacer reservación. El horario es de 10:00 a 16:00 horas, de lunes a sabado. Donativo: 500 pesos por persona.
Foto:
Guía del viajero
Cómo llegar
Aromar vuela a Puerto Escondido dos veces al día, desde Ciudad de México. El costo del equipaje de mano está incluido en el boleto.
Taxis
Moverse en taxi por Puerto Escondido es fácil, y las tarifas están entre 20 y 70 pesos, aproximadamente. No hay taxímetros, así que todo depende del criterio del conductor.
Tours
Para los paseos a Chacahua, Manialtepec y La Ventanilla, busca a Mamá Tava Tours. Ofrecen transporte para una persona y hasta para grupos grandes. Su oficina está en el hotel Arcoíris, en Zicatela. Los precios varían de acuerdo con el día (entre semana o fin de semana) y el número de personas.
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