Para muchos viajeros , una de las motivaciones principales para elegir uno u otro lugar para recorrer, es su gastronomía . Hay, incluso, quienes van a algún sitio específicamente a probar in situ un plato o especialidad local, o a comer o cenar en un determinado restaurante.
Uno de los países más famosos por su cocina es, sin duda, Francia . No solamente por sus restaurantes, que van desde pequeños pero deliciosos bistros de vecindario, hasta legendarios establecimientos cuyos chefs de cuisine poseen no una, sino múltiples estrellas Michelin —otorgadas por la famosa guía del mismo nombre para distinguir los feudos gastronómicos más excelsos en el mundo—, sino también por sus vinos , quesos, panadería ( especialmente dulce) y maravillosos postres .
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Tanto es así que, en 2010, el comité intergubernamental de la UNESCO decidió declarar a la gastronomía francesa como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad , sumando un elemento más a la ya larga lista de atractivos de este país que forman parte de este grupo.
Los expertos que tomaron la decisión, destacaron que la cocina del país galo , con sus rituales y su inconfundible presentación, compone algo más que solo una comida regional, y constituye una verdadera tradición cultural de gran valor.
Ya sea que conozcas Francia o no, una forma diferente y muy grata de enriquecer tu viaje es aregar a tu itinerario, aquellos exquisitos sabores, si eres de aquellos trotamundos que aman comer y descubrir la cocina local.
En Francia hay muchos restaurantes que poseen estrellas Michelin. Foto: Alexas_Fotos/Pixabay
Si has estado en París , por ejemplo, sabrás que no es sencillo encontrar un lugar con precios accesibles para comer. Si lo que estás persiguiendo, además de conocer la ciudad y/o el país, es comer delicioso , es recomendable prepararte antes y saber exactamente a qué sitios te vas a dirigir.
Esto lo podrás lograr consiguiendo antes de viajar una de las numerosas y prestigiadas guías gastronómicas del país que existen, tanto digitales como impresas. Algunas de las digitales te permiten incluso gestionar tu reserva de una vez.
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Un consejo útil es no preocuparte mucho de los desayunos , esos son prácticamente iguales en todo Francia : un croissant con mantequilla y mermelada y té o café. No vale mucho la pena buscar otra cosa, además de que la mayoría de los hoteles incluyen el petit déjeuner y no querrás incurrir en un gasto extra; los croissants suelen ser uan delicia, con auténtico sabor a mantequilla, crujientes y dorados por fuera, y suaves por dentro, la verdad es que no pedirás más.
Para los snacks, debes saber que cuando te ataque el hambre, por toda Francia hay pequeños establecimientos de pan dulce , de todos los precios. Es verdad que si comparas lo que cuesta allá un pan contra lo que cuesta en México, la transacción no te resultará tan feliz o satisfactoria, pero recuerda que, primero, el que convierte no se divierte y, segundo, que difícilmente podrás probar en otro lado algo igual.
Sí, los panes estilo francés se replican en todo el mundo, pero definitivamente no saben igual, además la escenografía contribuye al disfrute ¿o no?
Nada tan delicioso como unas madeleines recién horneadas. Foto: Sweet Mellow Chill/Pixabay.
No dejes de probar los cannelés bordelais (de Burdeos), las madeleines (magdalenas) que Proust hiciera famosas, los pain au chocolat (que conocemos aquí como chocolatines), los croissants y, por supuesto, ¡la baguette ! En muchos de estos lugares encontrarás también exquisitos pasteles, tartinas y macarons , esas redondas delicias francesas de almendras, azúcar y distintos sabores.
Ya que no tienes que preocuparte de los desayunos y de tu hambre ocasional, solamente deberás planear tu comida del mediodía y de la cena. Como ya dijimos, sería imposible enumerar todos los lugares en los que podrías comer bien en Francia , pero lo que sí podemos hacer, es darte una lista de los platos que debes tratar de probar cuando estés por allá.
Lo que no debes dejar de comer en Francia
1. Foie gras . Es, básicamente, el hígado de un ganso engordado . Es un gusto adquirido pero una verdadera delicia. Lo puedes comer en forma de mousse , paté , parfait o en su forma original (aunque a la vista, hay que decir que no es muy apetecible). Es caro, pero vale toda la pena; acompañado de un crujiente baguette francés, no tiene comparación.
2) Cassoulet . Es un plato de origen campesino cuya receta varía, pero que fundamentalmente lleva alubias , carne de cerdo , confit de pato y embutidos . Mejor comerlo al mediodía, pues en la noche puede caer muy pesado.
Los caracoles se cocinan con mantequilla, ajo y vino blanco. Foto: Pixabay.
3) Escargots a la bourguignonne . Son caracoles de tierra cocinados con mantequilla , ajo , vino blanco y perejil y algo que definitivamente debes comer en Francia . No te dejes impresionar porque son caracoles, su sabor y textura son realmente exquisitos y no te arrepentirás jamás de haberlos probado ¡te lo garantizamos!
4) Galettes de Sarrasin . Una especie de suculenta crepa rústica, generalmente rellena de huevo , jamón o ambos. Ideal para desayunar o para una cena ligera.
5) Quiche Lorraine . Se trata de una tarta con un relleno semisólido de crema, huevo y tocino- Algunos llevan queso, pero el original no lo incluye. Con una ensalada, es ideal para una comida ligera al mediodía y un verdadero goce probarlo.
La tartiflette es un plato de reciente creación, pero ¡exquisito! Foto: Anne-Laure Lebon/Pixabay.
6) Tartiflette . Aunque es un platillo relativamente nuevo de la cocina francesa , es definitivamente un must . Esta combinación de queso reblochon , papas , tocino y cebolla al horno es irresistible.
7) Bouillabaisse . La receta varía, pero se trata básicamente de una sustanciosa sopa caldosa de pescado y mariscos . Comúnmente incorpora más de seis distintos tipos de productos del mar, por lo que generalmente es un plato que se prepara para muchas personas.
8) Steak Tartare . Básicamente es carne cruda molida de res , mezclada con otros ingredientes como yema cruda de huevo , aceite de olivo , perejil , cebolla morada , alcaparras y mostaza dijon . Sí, es verdad que no suena bien, pero confía: ¡es una maravilla!
Los monjes comían ancas de rana para no comer carne. Foto: Commons.
9. Cuisses de grenouille . Ancas de rana. Originalmente se integraron a la cocina francesa debido a que, ante la prohibición de comer carne, los monjes las incorporaron a su dieta. Tradicionalmente se cocinan rebozadas en harina y fritas en mantequilla con ajo y perejil .
10. Soufflé . Este delicioso postre que sabe a nube, con base en huevo , es un infaltable en tu visita a Francia . Aunque el más tradicional es el de queso, también hay otros igualmente deliciosos de distintos sabores.
Los lugares del sabor
También puedes iniciarte en la gastronomía francesa descubriendo las recetas y exquisiteces originales que ofrecen los productores. Con frecuencia, las queserías artesanales y las cuevas de maduración proponen visitas seguidas de una degustación. Por lo general, se puede comprar queso allí mismo.
Dentro de la red Bienvenido a la granja , los agricultores reciben a los turistas en sus propiedades, proponiéndoles diferentes fórmulas como la Granja Posada , que consiste en degustar una comida tradicional a partir de recetas locales y productos procedentes directamente del lugar visitado o una Merienda en la Granja , con degustación y venta directa de sus productos.
Mercado campirano en Francia. Foto: RD LH/Pixabay.
Aproximadamente un centenar de lugares de Francia se han agrupado para dar a conocer mejor su producción gastronómica y sus tradiciones relacionadas. Entre ellos están las marismas salinas de Guérande , los parques ostrícolas de Marennes , la ruta de los vinos de Alsacia , los vinos de Saint-Emilion , la carne de Salers y las aceitunas de Nyons , entre muchísimos más. Si eres un verdadero entusiasta de los vinos y la gastronomía , seguir una de estas rutas es una excelente manera de conocer parte de lo mucho que la Belle France tiene qué ofrecer en materia gourmet.
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También están muy en boga los cursos de cocina . Francia ha desarrollado a lo largo de los siglos una tradición de enseñanza culinaria excepcional y numerosos chefs franceses proponen clases en sus establecimientos. Estas lecciones pueden ser dadas incluso por grandes estrellas de la cocina en sus propios restaurantes y están dirigidos tanto a profesionales avezados como a los neófitos: basta elegir la fórmula ideal para ti.
Francia
es un verdadero buffet gastronómico en el que cada región, cada terruño, presenta con orgullo sus especialidades, sus productos y su cultura. Todo se basa en productos tradicionales de gran calidad que dan como resultado una cocina franca y perfumada, con los aromas propios de cada época del año y, además, con el sabor de lo auténtico, propio de los productos tradicionales de cada territorio.