En el mundo de la aviación comercial, las aerolíneas tratan de diferenciarse unas de otras a través de sus servicios, aunque no lo pueden hacer con el aspecto de sus aviones, pues la gran mayoría son muy parecidos entre sí, aunque difieran en tamaño o en la distribución y tecnología interior. Pero, ¿por qué son de color blanco?
En principio, la explicación está relacionada al factor económico. Y es que pintar un avión puede costar entre 50 mil y 200 mil dólares, dependiendo del tamaño. Mientras más colores se utilicen, el proceso se encarece (sin contar el tiempo extra que demora concluir el trabajo).
En esta industria, además, si una aerolínea quisiera revender un avión con muchos colores, tiene que hacerlo por un precio más bajo para tener posibilidades de concretar la transacción. Esto se debe a que el nuevo propietario tendría que tener un presupuesto adicional para repintarlo.
Otra razón es porque los aviones están hechos con fibra de carbono y de vidrio, materiales que se desgastan mucho con la radiación solar. En ese sentido, la pintura blanca los protege mejor, pues está demostrado que este color resiste más al paso del tiempo. Si se eligiera una tonalidad oscura, habría que repintarlos más seguido.
Por otro lado, de producirse un accidente, el color blanco resulta más visible. Al momento de localizar los restos de la nave, ésta adquiere un mayor reflejo con ayuda de la luz solar.