¿Alguna vez notaste que casi todos los aviones comerciales están pintados en color blanco? Es una constante en el mundo y, aunque no existe una normativa oficial sobre el uso de colores en la aviación, todo está muy bien pensado.
Hay dos razones principales por las cuales las aerolíneas apuestan por el blanco como el color predominante en sus aviones: seguridad y costos. ¿Cómo puede el blanco ahorrar dinero y ser más seguro? Te explicamos.
La pintura blanca ‘envejece’ más lento que otras y es la que requiere menos capas de pintura. Se desgasta menos, pesa menos y cuesta menos. Es un ganar-ganar.
Los aviones reciben altos niveles de rayos UV, cambios de temperatura de más de 40 o 50 grados centígrados o hasta de -55º cuando se vuela a 11,000 metros de altura. Pintados de blanco, se desgastan más lento, por lo que necesitan menos capas y retoques.
Pintar un avión tiene un costo aproximado de entre 40,000 y 175,000 dólares, lo que supondría una pausa en el taller por dos semanas, reduciendo los ingresos. Entre 100 y 500 kilogramos pesa la pintura de otro color, dependiendo el tamaño; lo que pesan unos ocho pasajeros con todo y maletas. Con el blanco, además de aligerar el avión, reducirá el consumo de combustible y permitirá mayor capacidad de equipaje y pasajeros.
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Además, el color blanco se considera como el mejor para reducir el efecto térmico de la radiación solar, pues refleja la luz del sol. Esto se traduce como una cabina de pasajeros más fresca y, por lo tanto, menor uso de energía dedicada a la refrigeración.
Para el ojo humano también existe una importancia del color blanco en las aeronaves, toda vez que resulta más fácil de encontrar grietas, fugas y puntos a reparar.
Tras cumplir un vuelo, los aviones siempre son inspeccionados obligatoriamente por motivos de seguridad. Con este color, será más fácil y rápida la revisión y, seguramente, una mayor reducción en los tiempos de espera. Recordemos que un avión comercial puede tener varias rutas al día y el tiempo, para las aerolíneas, es oro y mucho dinero.
Adicionalmente, en caso de un incidente, los fuselajes blancos son más fáciles de detectar, ya sea por aire o por mar, pues el color adquiere un mayor reflejo de la luz solar.
Otro tema de seguridad va por el lado de la naturaleza y la seguridad de los aviones, ya que según la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), el 97% de los ‘ataques’ a aeronaves civiles involucran aves.
Teniendo este ‘problema’, un estudio realizado en 2011 y publicado en 'Human-Wildlife', dice que las aves distinguen con mayor facilidad los aviones blancos, por lo que los accidentes en el despegue, aterrizaje o incluso en pleno vuelo se pueden reducir.
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Supongamos que una aerolínea quiere vender un avión por cualquier motivo. La transacción se hará a mejor precio y más rápido si la aeronave tiene un color blanco, neutro, pues solo restará añadir detalles. En caso de tener colores llamativos o distintos, puede hacer que el precio baje y haría que el comprador deba tener un presupuesto adicional para repintarlo.
Como puedes observar, el pintar los aviones de blanco se basa en dos puntos importantes: la eficiencia y los costos. A partir de eso, puedes comprender el por qué se acata esta medida con sus contadas excepciones, como el caso de Air New Zealand (de aviones negros) por motivos de posicionamiento de marca y campañas mercadológicas.
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