El aullido de los monos saraguatos te da la bienvenida. Si buscas entre las copas de las ceibas, los verás columpiándose y alimentándose de todo lo que la selva les regala. Caminas por el sacbé, ese antiguo sendero sagrado de piedra caliza que los mayas trazaron para comunicar ciudades, pero también para indicar una puerta de entrada al inframundo, la morada de los dioses y antepasados, que creían estaba bajo el agua y al que ahora te diriges.

Entre la frondosa vegetación hay más de 60 de esas puertas sagradas y se llaman cenotes , el segundo tesoro más preciado —después de su barrera arrecifal— que posee Puerto Morelos , un pueblo de pescadores ubicado en el mar Caribe , entre Cancún y Playa del Carmen.

​Playa, cenotes y aventura en Puerto Morelos
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De puerta en puerta

La red que crean aquellas cuevas inundadas y seminundadas de agua cristalina se extiende a lo largo de 35 kilómetros y se le bautizó como la Ruta de los Cenotes . Para recorrerla, tienes que emprender un viaje hacia el poblado de Leona Vicario. Llegas de dos maneras: en transporte público o por medio de un recorrido guiado que ofrecen los 18 parques ecoturísticos que hay en la zona, como Kin-Ha.

En este parque te asignan una cuatrimoto y un guía para internarte en la selva y encontrar el sacbé que lleva a un cenote de agua turquesa, cuyo techo tiene dos orificios por donde se filtran los rayos del sol.

Desde el exterior puedes ver la escalera por la que desciendes al cuerpo de agua. Ni te imaginas lo que hay dentro: una tirolesa, hamacas y columpios, bajo un techo de estalactitas.

Kin-Ha

tiene otros dos cenotes en los que se permite esnorquelear y remar en un kayak. Al final del paseo, te ofrecen una comida en medio de la vegetación tropical. También, puedes llevar tus propios alimentos, ya que el parque dispone de asadores.

Si tu espíritu aventurero te pide más adrenalina, entonces debes ir a Selvática , el primer parque de aventura que tuvo un circuito de tirolesas en la Riviera Maya. Está justo a la mitad de la Ruta de los Cenotes .

​Playa, cenotes y aventura en Puerto Morelos
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Antes de la Segunda Guerra Mundial, de este terreno salía toda la producción de chicle a nivel mundial a bordo de aviones. Uno de éstos sobrevive en medio de la selva y puedes observarlo mientras zigzagueas a toda velocidad en su montaña rusa de tirolesa.

Con un arnés en forma de silla, te enganchan a un riel que te lleva por 820 metros de subidas y bajadas. En este montaña rusa, lo emocionante es viajar colgado y no dentro de un carrito.

El recorrido continúa en vehículos todoterreno, en los que atraviesas puentes colgantes y trampas de lodo, para finalizar con un clavado en dos cenotes abiertos, Lukuma (“boca de dioses”) y Kumalá (“aliento divino”).

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Zambullida entre corales

Si algo sabe presumir Puerto Morelos es de ser “amo y señor” de nueve mil 66 hectáreas de la segunda barrera arrecifal más grande del mundo: el “Gran Cinturón de Arrecifes del Atlántico Occidental” —también llamado Sistema Arrecifal Mesoamericano— declarado Área Natural Protegida y Parque Nacional. Éste se extiende hacia el norte, cruzando por Isla Mujeres , Punta Cancún y Punta Nizuc.

Es un pedazo de paraíso acuático que se encuentra a solo 500 metros de distancia de la playa. Sumergirse en él significa tener un encuentro con tortugas caguama, mantarrayas, familias de peces ángel y cirujano y 60 tipos de corales, como el cuerno de alce.

​Playa, cenotes y aventura en Puerto Morelos
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Una de las opciones que hay para explorar el mundo que habita bajo el mar es a través de un tour de esnórquel o buceo (siempre y cuando estés certificado), desde el muelle principal.

La experiencia puede costarte desde 350 pesos, todo depende de qué te ofrezca la embarcación. Además del equipo de esnórquel —previamente desinfectado—, te puede incluir una escapada a Playa Maroma , una de las más bellas y solitarias que existen en la Riviera Maya.

En la barrera arrecifal también se encuentra sumergido el buque Juan Escutia que perteneció, hasta 1996, a la Marina de México.

Actualmente, el barco está cubierto de corales. Para acercarte a este arrecife artificial necesitas saber bucear, pues está a unos 20 metros de profundidad.

Ruinas mayas entre manglares

A solo cinco minutos del centro de Puerto Morelos se ubica el Jardín Botánico Dr. Alfredo Barrera Marín . Los habitantes prefieren llamarlo Ya’ax Che , por la gran ceiba que tiene. Según la leyenda maya, la ceiba es la que sostiene el cielo y el inframundo y, a su vez, une los tres niveles cósmicos del universo: Cab, Ka’an y Xibalba.

Este museo viviente de plantas es uno de los más grandes del país: 65 hectáreas tapizadas de helechos, árboles frutales, palmas, cactáceas y suculentas que, a su vez, dan cobijo a la zona arqueológica El Altar.

Los vestigios pertenecen a un antiguo centro ceremonial maya, cuyo máximo esplendor lo alcanzó en el año 1400 d.C.

En el recorrido también conoces una antigua casa maya con una pequeña cocina de leña y un meliponario, donde se encuentran las colmenas de las abejas meliponas cuya miel era considerada sagrada por los mayas. La visita se complementa con una demostración de cómo se extraía la resina del chicozapote para la elaboración del chicle.

Una vuelta por el pueblo

Seis cuadras conforman el centro de Puerto Morelos y la mejor manera de recorrerlas es en una en bicicleta, al menos así lo hacen cotidianamente sus habitantes.

Los locales que ofrecen renta de bicis sobran, así que toma una y lánzate al malecón, donde conviven pescadores y pelícanos. Ahí se concentran pequeños restaurantes para darte un gran banquete de mariscos frescos.

En la ruta también te topas con palapitas acondicionadas como bares, que durante la noche se llenan de viajeros que huyen de los antros y optan por una velada con música de trova y una buena copa de vino; el Merkadito y Punta Corcho son nuestras recomendaciones.

Si continúas pedaleando por el malecón, verás el mercado de artesanías y el emblema del pueblo: un antiguo faro inclinado que no soportó el embate del huracán “Beulah”, en 1967.

Frente al monumento te vuelven las ganas de ir a la playa, pues en esta zona del malecón el mar tiene una profundidad menor. Esto significa que vas a nadar en aguas cristalinas de color turquesa, tal cual se ven en las típicas postales del Caribe mexicano.

Santuario de aves y de descanso

Contados son los resorts “todo incluido” que se han construido en Puerto Morelos , a diferencia de los pequeños hoteles ecológicos que se distribuyen en la selva, como Jolie Jungle.

Este refugio consta de búngalos rústicos rodeados por manglares, ubicación privilegiada que le permite convertirse en una pequeña reserva para observar aves.

El hotel organiza un paseo con costo adicional, durante el amanecer. Con ayuda de binoculares se observan colibríes, loros, carpinteros, palomas y garzas cucharón. Para que te sea más fácil identificarlas, los guías llevan fotografías de todas las especies que hay en la reserva.

 

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Otras actividades disponibles son: un baño de temazcal nocturno guiado por un chamán o una excursión en bicicleta por la selva.

Si prefieres quedarte en la propiedad, hay alberca, spa y un restaurante. O quizá, simplemente quieras disfrutar de tu búngalo, con regadera de lluvia al aire libre y terraza.

Ni sueñes en pasar un día tumbado en la cama viendo televisión, pues no encontrarás ninguna en todo el hotel. Es más, al hacer tu reservación te hacen la advertencia de que no se pueden usar aparatos eléctricos, como planchas de pelo o bocinas portátiles, salvo cargadores de dispositivos móviles, ya que el hotel se alimenta únicamente de energía solar.

Entre sus recomendaciones piden usar calzado sin tacón, ya que se puede dañar el suelo de la selva.

GUÍA DEL VIAJERO

Cómo llegar

Puerto Morelos

se ubica a 15 minutos del aeropuerto de Cancún . Desde ahí, un taxi te cobrará 500 pesos, aproximadamente. El viaje sencillo en autobús cuesta únicamente 110 pesos. Dentro del aeropuerto se instaló la terminal de ADO.

Dónde dormir. 

Jolie Jungle. Búngalo para dos personas, desde mil 500 pesos por noche, con desayuno incluido. El recorrido guiado para observar aves, temazcal y excursiones de un día, tienen costo extra.

Ruta de los Cenotes

Parque Kin-Ha.

Tour en cuatrimoto con acceso a dos cenotes, tirolesa, comida y transportación redonda local, desde 75 dólares por persona. El cobro se hace al tipo de cambio del día. Tel. (998) 231 0109.

Selvática.

Paquete “todo incluido” (tirolesas, montaña rusa, vehículos todo terreno y alimentos): tres mil 800 pesos por adulto.

Esnórquel de medio día.

Ecoturismo Cancún ofrece la actividad en compañía de buzos, por mil 300 pesos por persona. Incluye transportación desde tu hotel, equipo de esnórquel y la visita a un club de playa.

Renta un auto.

Recorre a tu ritmo la Ruta de los Cenotes. Muchos son operados por ejidatarios, los cuales cobran el acceso desde 150 pesos. Toma en cuenta que la mayoría de los cenotes están abiertos de nueve de la mañana a cinco de la tarde.

Cuándo ir.

De junio a octubre se considera temporada de lluvias, aunque eso no impide que puedas disfrutar de la playa, ya que las mañanas suelen ser soleadas. Además, entre agosto y septiembre encontrarás tarifas más económicas.

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