Aunque pueda sonar ilógico, los aviones comerciales no tienen paracaídas pero sí chalecos salvavidas en caso de emergencia. ¿Por qué sucede esto si los vuelos, por obviedad, se hacen a miles de metros de altura y no en superficies con agua?
Un experimentado piloto mexicano compartió en Twitter las razones por las que las aeronaves deciden prescindir del paracaídas.
Un piloto acerca la aeronáutica a la gente
El piloto en cuestión es Eduardo Vargas, quien en su cuenta de Twitter (@CapLaloVargas) ya ha hecho una comunidad de más de 142,000 seguidores gracias a la divertida y accesible forma de explicar hechos de la aviación.
Vargas, quien es Instructor Teórico Aeronáutico certificado por AFAC y pilota aeronaves como el Boeing 767 y Embraer 190 (según su descripción), suele compartir datos y hechos curiosos sobre las aeronaves y vuelos desde su experiencia, lo que para la mayoría puede ser desconocido.
En esta ocasión, ahondó en el por qué los vuelos comerciales no facilitan paracaídas en caso de una emergencia y sí lo hacen con chalecos salvavidas. La respuesta casi inmediata es que el primero no salvaría tu vida en un desastre, mientras que el segundo sí. Ampliamos.
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Para saltar en paracaídas hace falta tiempo
La primera razón parte del tiempo y el cuidado que se debe tener antes de saltar en paracaídas, debiendo asegurarse que el equipo esté bien colocado y todo en orden para ser usado.
Es decir… colocarse un paracaídas y ponerlo a punto llevaría algunos minutos (sobre todo considerando que habrá gente que jamás lo haya hecho), por lo que en una situación de emergencia, sería imposible esperar.
Vargas comparte que la única opción sería que cada pasajero llevara el paracaídas puesto durante todo el viaje, lo cual sería sumamente incómodo.
Usar paracaídas requiere entrenamiento
Suponiendo que todos llevaran el paracaídas puesto en el vuelo, hay un pero más: recordar instrucciones en momentos de pánico es difícil.
El piloto recuerda la vez que entrenó para saltar en paracaídas, diciendo que no es cualquier cosa, ya que debes tener en cuenta muchos factores: el viento, la posición de salto, movimientos del cuerpo, uso del equipo de aterrizaje, etc.
Por esa razón, en una emergencia, una persona no preparada para ello ‘no es capaz de hacer casi nada’, ¿te imaginas cómo sería ese proceso de ‘recordar’ cómo usar el paracaídas con nervios y a miles de pies de altura? No es una buena idea.
El diseño de los aviones imposibilita usar paracaídas
No es lo mismo un avión de transporte de pasajeros que los diseñados para el paracaidismo (generalmente avionetas), estos últimos con las alas por delante de la puerta de escape, con turbinas frontales o incluso sin ellas.
Vargas comenta lo trágico que sería si una persona salta de un avión comercial por sus puertas laterales, ya que golpearía con el ala o la cola, ocasionando una muerte prácticamente instantánea.
Otra… supongamos que te envalentonas para saltar. La velocidad promedio (crucero) de un avión comercial ronda los 750 kilómetros por hora (siendo de 130 a 180 para practicar paracaidismo). Si te asomas un poco, significaría la mutilación inmediata de la parte del cuerpo que sobresale de la aeronave, así que ni lo pienses.
Abrir las compuertas de un avión en pleno vuelo no es buena idea
No pienses en escenas hollywoodenses de actos heroicos. Las medidas de seguridad están planeadas y pensadas por expertos, así que todo tiene una razón de ser.
En caso de que abras una compuerta del avión en pleno vuelo, a unos 35,000 pies de altura (10,000 metros; la altura promedio de los vuelos), ocurriría una despresurización muy grave en la cabina de pasajeros, provocandoles hipoxia o, explicado más sencillo, que se ‘durmieran’ luego de 30 segundos por este brusco cambio, según Vargas.
Y como los fierros también fallan y son maleables, no solo afectaría en el humano, sino también en el avión, pues la presión interna y externa arrancaría, muy probablemente, partes del avión (llamada despresurización extrema, acorde al piloto).
La ‘carga útil’ de los aviones no permitiría el uso de paracaídas
En aviación, existe un concepto llamado ‘carga útil’, siendo la capacidad del vehículo aéreo para transportar carga. En estos casos, se compone por la tripulación, el combustible necesario, los pasajeros del vuelo y sus respectivos equipajes.
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Todo está calculado y planeado, así que en caso de requerir paracaídas para cada pasajero, se tendrían que bajar maletas o gente, lo cual significa menos ganancia económica para las aerolíneas.
Chaleco salvavidas sí, paracaídas no
Si bien muchos aviones no pasan por arriba de agua, las leyes obligan a los vuelos que sí lo hacen a equiparse con chalecos salvavidas, pero por temas de tiempos y logística, las aerolíneas los dejan en su lugar para no meterlos y sacarlos en cada operación, según Vargas. Recordemos que un avión puede tener varias rutas en el día.
Finalmente, comparte que, aún sin saber cómo ponerse un salvavidas, puedes simplemente agarrarlo fuerte, no necesita entrenamiento y pesa muy poco. ‘Es más probable aunque muy poco común que un salvavidas cumpla su objetivo, no por tanto un paracaídas’, puntualiza.
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