La Reserva Nacional de Paracas es un área natural protegida de Perú -creada en 1975- con dramáticos paisajes de mar y desierto, donde se moldearon playas de arena rojiza, acantilados verticales que serpentean la costa en tonalidades ocre y mostaza, y dunas gigantes que contrastan con el índigo de un océano que se estrella contra las peculiares formaciones rocosas esculpidas por el agua, el fuerte viento y los movimientos tectónicos.
En el Pacífico peruano, entre los distritos de Paracas y Salas, dentro la provincia de Pisco que, a su vez, forma parte del departamento de Ica. En auto, por la carretera Panamericana Sur, llegarás en tres horas y media aproximadamente desde Lima.
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3,350 km2: la superficie de la reserva (647 menos que Tlaxcala, cuya extensión territorial es de 3,997 km2)
65% es zona marina.
Es una palabra de origen quechua que significa “lluvia de arena”, debido a la gran actividad del viento que llega a alcanzar 50 km/h.
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En la zona de Paracas podrás contemplar pingüinos de Humboldt, delfines, lobos marinos (que puedes apreciar desde el mirador Punta Arquillo), tortugas marinas, flamencos, lechuzas y, con un poco de suerte, cóndores andinos.
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216 especies de aves
36 especies de mamíferos
10 especies de reptiles
Es uno de los mayores atractivos de Paracas . Es un geoglifo gigante -de 180 metros de largo y 60 centímetros de profundidad- tallado en la roca de un promontorio cubierto de arena. Arqueólogos y demás expertos calculan que tiene más de dos mil 500 años de antigüedad. Para poder apreciarlo en su esplendor, hay que verlo desde el mar, a bordo de una lancha, por donde están las islas Ballestas. Se cree que este geoglifo, al noreste de la Bahía de Paracas, está relacionado con la cultura que trazó las famosas líneas de Nasca. Su significado aún se desconoce.
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Se encuentran frente a la reserva, a media hora de camino en lancha. Están habitadas especialmente por lobos marinos y pingüinos de Humboldt y otras especies de aves. La fauna marina es abundante gracias a la corriente de Humboldt que atrae microorganismos y plancton, un alimento delicioso para ella. Más que islas, son grandes formaciones de roca. Se puede tomar un tour de dos horas desde las ciudades de Pisco y Paracas , pero está prohibido desembarcar para no perturbar su entorno.
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Esta formación de más de 28 millones de años de antigüedad era uno de los orgullos de la reserva. Se le bautizó como la Catedral por su arco natural, parecido a la bóveda de un templo. Lo que tomó millones de años en formarse, se destruyó en segundos a causa del terremoto de 2007 en Pisco.
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Por la tarde, cuando el sol empieza a debilitarse, es momento de ir a las dunas de Paracas . Tal vez quieras hacer una caminata guiada, experimentar subidas y bajadas estrepitosas en un 4 x 4 o poner a prueba tu equilibrio haciendo sandboarding en estas montañas de arena, cuya altura va de los cinco hasta los 150 metros. Más tarde, te espera un picnic nocturno bajo una carpa iluminada con antorchas, con cena y vino incluidos.
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Dentro de la reserva está permitido hacer kayak, volar en parapente, avistamiento de aves, bici de montaña para observar flamencos y lobos marinos y hacer caminata en compañía de un guía. Checa el sitio web de turismo oficial de Perú : www.peru.travel
Aquí te explican la importancia de la reserva, cómo se formó este mágico lugar; de la flora y su fauna y de los peligros ecológicos a los que se enfrenta esta región.
Con información de Prom Perú y de Distrito Ecoturístico Peruano de Paracas.