¿Pagarías 15 euros por una habitación, aunque te traten mal?
¿Pagarías 15 euros por una habitación, aunque te traten mal?

El “coctel de bienvenida” consta de pan de centeno con pepino y té.

Las condiciones a las que se enfrentan los viajeros son tan extremas, que deben firmar un documento en el que aceptan dormir en camastros de hierro, bañarse con agua fría, limpiar baños y asistir a interrogatorios o caminatas nocturnas.

 

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Obviamente, las habitaciones no tienen baño privado sino que son compartidos y con letrinas en vez de inodoros. Pero, ¿qué más se puede pedir cuando la noche cuesta tan solo 15 euros?

En la tarifa está incluido un tour por la antigua cárcel para saber cómo funcionaba y cuáles eran las obligaciones y castigos de los reclusos, como aquél en el que tenían que leer en cuclillas, con la espalda recargada en la pared, durante una hora.

También se conoce la celda de castigo, misma que puede ser ocupada por un huésped que llegue a desobedecer cualquier orden emitida por los guardias. El arresto es por cinco minutos.

Experiencias al extremo

Como si esto fuese poco, Karosta tiene un servicio de experiencias, tanto para huéspedes como para visitantes de un día.

Noche extrema:

por 12 horas te conviertes en integrante del equipo de seguridad.

Escape de la URSS:

por la noche se simula el cruce de la frontera evitando ser descubiertos y capturados.

Visitas guiadas al museo de la cárcel o a los laberintos subterráneos con antorchas.

 En prisión:

por solo 16 euros, se puede ser un preso de la época comunista y nazi. Los huéspedes son recibidos por policías que los ponen contra la pared, los fotografían e imponen castigos como ejercicios físicos o reciben malos tratos verbales.

Reservaciones:

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