A solo algunas horas de la Ciudad de México, se encuentra uno de los tesoros mejor guardados de nuestro país. La Sierra Gorda, ubicada en el estado de Querétaro, es un destino natural que también cuenta espectaculares edificaciones creadas por la mano del hombre: las Misiones Franciscanas.
Son cinco construcciones que datan del siglo XVIII, inmersas en el mágico paisaje de la sierra. Recorrerlas es una experiencia que cualquier aventurero debe experimentar. El camino hacía ellas reúne diversos ecosistemas y microclimas: “Es una opción diferente, estamos hablando de un punto enclavado en el centro del país, que nos ayudará a descubrir una parte muy importante en la historia. Tendrás la oportunidad de pasar de un clima semi-desértico, a una parte de boscosa y de ahí a una zona prácticamente tropical (...) Podrás atravesar bosques, montañas, ríos, cavernas y hasta cascadas en cuestión de algunas horas”, comentó Mauricio Falcón, promotor turístico del estado.
Fueron declaradas como Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la UNESCO en el 2003, por su arquitectura que fusiona la religión católica con las creencias indígenas.
Foto: Nuestra Señora de la Luz de Tancoyol. Foto: Ramón Romero. EL UNIVERSAL
Una ruta inolvidable
Si estás pensando en emprender este viaje, debes tener en consideración algunas normas sanitarias que ha implementado el estado para controlar los contagios por Covid-19. En Querétaro existe una especie de semáforo parecido al que se tiene en la capital. A partir del 15 de febrero, volvieron al "Escenario B" después de permanecer en el "C" desde diciembre del año pasado.
Esto implica cambios en cuanto a horarios y capacidades de aforo. Los hoteles podrán albergar a la mitad de su ocupación total. Al igual que los restaurantes y cafeterías, que contarán con el 50% de sus comensales. Estarán abiertos hasta las 22:00 horas, de lunes a sábado y los domingos a las 18:00.
También deben valorar que a los centros religiosos únicamente entrarán el 25% de los visitantes. Y los tours estarán integrados por un máximo de 20 personas. Cabe recordar que todos deberán portar el cubrebocas de manera obligatoria, lavarse frecuentemente las manos o usar gel antibacterial y mantener la sana distancia.
Foto: Ramón Romero. EL UNIVERSAL
Teniendo estas medidas en mente, Mauricio recomienda que se haga todo el recorrido en un par de días y una noche, ya que la separación entre cada una de las Misiones Franciscanas es de alrededor de cuarenta minutos a una hora. El punto clave de llegada es Jalpan de Serra, “ahí se visitará la primera, la más grande: Santiago de Jalpan. Es muy importante comenzar por ella, ya que desde aquí se pueden mover fácilmente hacia las otras”.
Situada justo en el corazón del municipio (en la plaza principal), dedicada al apóstol Santiago, santo patrono de Querétaro; se construyó entre 1750-58 bajo la dirección de Fray Junípero Serra: “Fue la más compleja y tardada de todas. La imágen de la Virgen del Pilar de España y la Virgen de Guadalupe resguardan sus fachadas. También tiene en su interior varias figuras importantes de la diócesis de los franciscanos”, añadió.
Santiago de Jalpan. Foto: Ramón Romero. EL UNIVERSAL
Cabe mencionar que las Misiones de la Sierra Gorda combinan las técnicas constructivas europeas enseñadas por Fray Junípero, con la manera de recrearlas de nuestros antepasados, dando como resultado un estilo conocido como 'barroco mestizo': "Su decoración es un poco más tosca, no tan fina como en las ciudades coloniales”.
La expedición sigue a tan solo 21 kilómetros. La Misión de Santa María de las Aguas se localiza justo en Landa de Matamoros. Fue la última en terminarse de las cinco y señala la conclusión de la conquista espiritual de la zona. “Está totalmente cubierta y adornada, desde la entrada hasta sus adentros, por flores características de la región”.
Santa María de las Aguas. Foto: Ramón Romero. EL UNIVERSAL
La Misión San Miguel de Concá está a media hora del centro: “Sobresalen las figuras del sol y la luna, que representa la dualidad del universo. Pero su verdadera particularidad son los colores utilizados en ella. Tonos muy terrenales de aquella época: naranjas, amarillos y ocre”.
Conocida también como el Templo de San Francisco de Asís, la Misión de Tilaco, resalta porque “en sus fachadas se pueden ver sirenas de rasgos indígenas. Algunos lo atribuyen a que encontraron fósiles marinos parecidos a la figura de este ser mítico. En la religión, simbolizaban el pecado”, describió Mauricio. Es la más pequeña y sencilla de las demás, sin embargo, también es la que mejor se conserva.
La más alejada es la de Nuestra Señora de la Luz de Tancoyol. Está rodeada por un valle montañoso y en ella se percibe aún mejor la mano de nuestros ancestros. “Al interior hay elementos indígenas como un jaguar y una persona con características olmecas”.
San Miguel de Concá. Foto: Ramón Romero. EL UNIVERSAL
¿Qué más hacer en la Sierra Gorda? De lo cultural, a la belleza natural
Antes de llegar a la primera de ellas, vale la pena dar una vuelta por el Pinal de Amoles. “Un pequeño lugar que se caracteriza por sus calles angostas y paredes pintorescas. Está rodeado de bosque por lo que en invierno hay una densa niebla que regularmente lo cubre todo”.
Durante el camino, se puede visitar la famosa Puerta del Cielo, un sitio donde muchas personas aprovechan para tomar la foto perfecta; se le conoce así porque es la parte más alta de la sierra. Otro de los puntos infaltables es el Mirador de los Cuatro Palos en la cima del Cerro de la Media Luna, donde “disfrutarás de impresionantes vistas panorámicas desde las alturas, así como de los hermosos atardeceres”.
Misión de Tilaco. Foto: Ramón Romero. EL UNIVERSAL
Sin embargo, cabe resaltar que algunos municipios instauraron medidas sanitarias adicionales. Tal es el caso del "Pinal", donde piden a sus visitantes que hagan su reservación anticipada y necesariamente contratar un guía para poder ingresar a los lugares. También tienen filtros sanitarios, donde tomarán datos generales, ya que llevan un registro minucioso con los turistas.
Ya en Jalpan, Mauricio aconseja entrar al Museo Histórico de la Sierra Gorda, “ahí podemos encontrar toda la información geológica y los hechos históricos acontecidos, además de información destacada sobre las misiones”.
También está la zona arqueológica de Tancama, considerado como uno de los asentamientos prehispánicos más importantes y la presa donde se puede practicar ciclismo y paddleboard, “pero no durante temporada de lluvias, porque pueden existir deslaves. Lo ideal es hacerlo durante la primavera o el verano”.
Llegando a la parte de Concá, están ‘Las Adjuntas’, donde los ríos de Ayutla y Santa María se unen. Gracias a la diferencia en temperaturas, sus aguas se mantienen separadas; unas son más cristalinas, mientras que las otras son de color terroso. “La gente llega en época de Semana Santa a nadar y a comer, justo aquí se pescan las ‘acamayas’, los langostinos de río típicos de aquí”.
Tancama. Foto: Ramón Romero. EL UNIVERSAL
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La gastronomía
La cecina es representativa de la región, aunque es muy distinta a la que comúnmente conocemos. “Tenemos la idea de que es seca, pero la de nosotros es mucho más jugosa y con ese toque a cítricos”.
A pesar de no es originario de Querétaro, sino de toda la Huasteca, el zacahuil es uno de los platillos preferidos por los visitantes. “Se trata de una especie de tamal gigante que va relleno de diferentes carnes y por lo general se vende solo los fines de semana”. De uno solo se puede servir a muchas personas.
Foto: María del Carmen Hernández Gómez
Otra de las recetas tradicionales son las enchiladas serranas y los bocoles que son “como una especie de gordita”.
El atole de maíz de teja es la bebida insignia del estado, “lo venden diversos puntos y se toma por la mañana”. Las semillas se muelen en metate junto con tablillas de chocolate, piloncillo y canela. “Se puede preparar con leche o agua”, agregó.
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