Hay que aclarar algo: sin paciencia, la llegada a tu destino será agotadora, sobre todo cuando ya vienes de regreso y lo que más deseas es tu cama.
La estancia en el aeropuerto y un vuelo de largas horas puede resultar estresante y cansado, pero los pasajeros deben acordarse de algo: no viajan solos, así que, por más enfadados que estén, hay que cumplir con ciertas ‘normas de etiqueta a bordo’.
‘Check in’
Si se trata de un vuelo internacional, muchos viajeros acostumbran ir cargados y volver aun con más bultos. Para no interrumpir la agilidad de las filas para el check in, es importante que, previamente, hayan pesado la maleta (hay básculas portátiles que puede transportarse fácilmente) para no demorar al resto de los pasajeros. Los demás no tienen por qué soportar que otros turistas se echen al piso a desarmar equipaje, atentando contra el dinamismo del procedimiento.
Seguridad
Con el pase de abordar en mano, los viajeros se dirigen hacia los controles de seguridad. De nuevo, la previsión es clave para evitar demorar filas y generar malos ratos. Viajar cómodo y preparado para estos procesos es elemental; entonces, ¿cómo se debería hacer? En el control procura no llevar objetos metálicos o moneditas sueltas en el pantalón, pues estos detalles ralentizan el paso. ¿A poco te gustaría pasar una y otra vez por el detector?
(Foto: Istock)
A menos que seas Wolverine de los X-Men , probablemente solo traigas encima llaves, monedas, celular o algún accesorio que active el detector, pero no un cuerpo hecho de adamantium. Anticípate y vacía tus bolsillos antes de que sea tu turno.
Los agentes de seguridad probablemente pidan que te quites los zapatos. ¿Para qué viajar con zapatos llenos de hebillas, cordones, que,después de todo, te molestarán arriba del avión?
Migraciones
Parte de este paso depende de ti: puede ser muy simple y rápido, siempre y cuando tengas preparada la documentación requerida. El control es parte del viaje, no es necesario vivir el momento como un interrogatorio en una película de espías, tan solo es necesario decir a dónde vas y por qué, con la naturalidad que eso implica. Cuando pidas tu visa estadounidense, cerciórate de que sea la correcta, si no quieres que te lleven "al cuartito": ¿visa de turista o de tránsito?
Embarque
Aquí comienza lo que es el inicio de la convivencia. En la puerta de embarque, generalmente unos 50 minutos antes del vuelo, los agentes de la aerolínea llaman a quienes tienen derecho a embarcar primero .
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Estos son: discapacitados, familias con bebés o niños, personas que viajen en clase ejecutiva y miembros premium de la aerolínea.
El problema se presenta cuando se insulta o se mira mal a quienes pasan primero, aun cuando son quienes tienen derecho a hacerlo.
Volveremos al punto del principio: paciencia. Los insultos o malos tratos no nos llevarán a ningún lado, y menos antes de un vuelo largo.
Asiento
Primera regla que se suele romper por el capricho de que no nos gusta donde nos tocó y genera los primeros conflictos entre los que deberán convivir por horas. Si es un error, hay que disculparse y encontrar el asiento que está marcado en nuestro pase de abordar.
Compartimentos
Los compartimentos se comparten, de ahí viene la palabra. Adueñarse del espacio con mochilas y carteras (que deberían ir debajo del asiento) genera un problema para el resto.
Descansabrazos
Es una herramienta que todo viajero quiere usar para estar más cómodo, pero lo cierto es que ambos –cuando hablamos de asientos para tres personas– (sí, ambos descansabrazos) deberían ser para el pasajero en el asiento del medio. Ese pasajero no tendrá ventana ni pasillo para estirar las piernas, así que lo menos que podría recibir son los benditos descansabrazos.
La hora del sueño
Si se trata de un viaje de muchas horas , lo que más deseas es poder dormir. Ahora bien: hay que intentar respetar el espacio personal. Los asientos suelen ser reducidos en la clase turista, pero eso no es motivo suficiente para desparramarse sobre quien tengas al lado y convertir así el sueño del otro en una pesadilla.
Baños
En los vuelos de larga distancia , los aviones están preparados con dos baños para los pasajeros de la clase ejecutiva y cuatro para los de clase económica .
Para evitar molestias, lo ideal es conocer cuándo es conveniente ir y cuál es el baño que te corresponde, según tu ubicación en la cabina. Es un espacio compartido con decenas, así que a todos conviene ser limpios para cuando otro quiera usarlo.
Por lo que más quieras, no vayas en calcetines al baño. Piensa qué pudo haber caído en ese suelo luego de que (al menos) 50 personas hayan pasado por ahí.
Niños
Los niños son maravillosos, pero cuando no saben comportarse durante largas horas y dentro de espacios reducidos suelen ser una molestia para quienes buscan descansar.
Si eres papá o mamá
: la mejor opción es salir preparado. Los conoces, así que sabrás si con una película del avión estarán satisfechos o si es mejor montar un operativo de elementos para mantenerlos entretenidos.
Y si viajas sin niños, volvemos al punto uno: paciencia . No es fácil viajar con menores, hay que saber entender que ciertas situaciones están fuera de nuestras manos.
Instrucciones
Los sobrecargos no están únicamente para servir la comida. Si en situaciones de turbulencia el piloto enciende las luces para abrocharnos el cinturón, hay que hacer caso . Nunca falta el pasajero que en ese momento de ajetreo decide ir a dar una vuelta por el avión. Las faltas de respeto solo pueden llevar al viajero a tener accidentes evitables.
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Aterrizaje
Un mensaje del capitán nos avisará que estamos cerca de tocar tierra . Apenas el avión aterriza, no faltan los pasajeros que se levantan de su asiento como resorte para tomar sus objetos personales y se apoderan del pasillo para ser uno de los primeros en salir. Esos modos son agresivos y molestan.
Los mensajes lumínicos no son parte de la decoración, sino medidas para preservar la seguridad.
Dar codazos antes de que se abran las puertas no nos permitirá llegar antes a nuestro hotel, como si se tratara de una carrera por llegar primero al control aduanero: sangre, sudor y lágrimas. ¿Todo vale? No, claro que no.
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