Aunque México es uno de los países más megadiversos del planeta, no solemos asociarlo con la nieve. Constantemente miramos hacia Rusia, Canadá, Estados Unidos, Suiza o algún destino nórdico si queremos apreciar esos paisajes, pero lo cierto es que de este lado del mundo también llega a nevar creando postales únicas.
Chihuahua es uno de los estados que gozan de un invierno con nieve, específicamente en la Sierra Tarahumara, hogar de las Barrancas del Cobre. De este asombroso lugar, te daremos una lista de 5 atractivos que no te puedes perder cuando cae la nieve: trayectos en tren, miradores, cañones, pueblos mágicos y otras bellezas naturales. Abrígate bien, que este pequeño “paseo” lo haremos a temperaturas bajo cero.
Comenzamos con el famoso tren turístico Chepe Express, que inicia en Los Mochis, Sinaloa, y termina en Creel, en Chihuahua. Atraviesa las impresionantes Barrancas del Cobre, así que las vistas son impresionantes.
Es un viaje escénico fascinante, con profundos cañones y montañas cubiertas de nieve durante el invierno. Mantente atento especialmente desde la estación del pueblo mágico Creel, hasta Divisadero, en el corazón de las barrancas. Luego, irás descendiendo a través de cerros, llegarás a nivel de río y pasarás por el túnel de la Pera.
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Hay 3 tipos de boleto: turista, ejecutivo y primera. El tren cuenta con un vagón restaurante, otro más con terraza y un bar. Los precios van desde los $1,063 en trayectos sencillos en clase turista o hasta los $7,966 en primera clase. chepe.mx
Si bajas en la estación Bahuichivo del Chepe, muy cerca está el pequeño y pintoresco pueblo de Cerocahui, conocido por ser uno de los mejores sitios para observar las tradiciones tarahumaras, especialmente durante Semana Santa. Brinda una oportunidad de acercarte a esta cultura ancestral.
También, la zona es famosa por su producción de vinos, las misiones jesuitas (como el Templo de San Francisco Javier) y el mirador de piso de cristal del Cerro del Gallego, el más alto de México, a unos 1,830 sobre el nivel del mar sobre la barranca de Urique. Imagina este abismo completamente cubierto de nieve.
Cerocahui no es un pueblo mágico, pero sí hay un par de ellos en las montañas de Chihuahua. Sobra decir que también son lugares donde las nevadas son comunes a finales e inicios de año.
El primero y más reciente en la lista (apenas se incluyó en 2023) es Guachochi, que en lengua rarámuri significa “tierra de las garzas”. Es un pequeño paraíso natural. El pueblo es atravesado por el río homónimo, creando algunas islas, andadores y la cascada El Salto, de unos 17 metros de altura. A las afueras hay 3 cañones que hay que admirar: el del Jaguar, de la Sinforosa y Werachi, con miradores fabulosos.
Más al norte está el pueblo mágico de Creel, al que llaman la puerta de entrada a las Barrancas del Cobre. Se caracteriza por sus bosques de coníferas, cuevas habitadas por familias rarámuris, lagos, cascadas y rocas gigantes de formas extrañas, como las que verás en el Valle de los Hongos, en el de las Ranas y en el de los Monjes.
Creel es un pueblo que cuenta con todos los servicios: touroperadoras, cabañas monísimas, hoteles pequeños, bares, restaurantes y más.
A las afueras del pueblo mágico de Creel, en el poblado rarámuri de San Ignacio Arareko, en lo alto de la Sierra Madre Occidental, el lago de Arareko (también escrito como Arareco) es otra joya natural de Chihuahua.
Este espejo de agua en forma de U ocupa un área de 40 hectáreas. Se rodea por grandes formaciones rocosas, tupidos bosques de pinos, encinos y madroños que, en épocas de frío, lucen sus copas llenas de nieve.
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En el lugar puedes hacer senderismo y observar especies de flora y fauna, como pájaros carpinteros, garzas y patos. Un destino de absoluta paz y naturaleza.
A una media hora al sur de Creel, “envuelta” por naturaleza prácticamente virgen, principalmente bosques de pinos y coníferas, la cascada de Cusárare mide unos 30 metros de altura y es otro de los espectáculos naturales de la Sierra Tarahumara.
Se nutre por el arroyo del mismo nombre, el cual se congela formando una estalactita de hielo en los meses de enero y febrero, cuando las nevadas son más intensas.
Antes de llegar a Creel (si partes desde Los Mochis), baja en la estación Divisadero. Ahí encontrarás la famosa Piedra Volada, una enorme roca que se tambalea al filo del abismo y donde muchos valientes se paran en ella para tomarse una de las típicas fotos turísticas de las Barrancas del Cobre.
En Divisadero también se encuentra un parque de aventura con teleférico, vía ferrata, tirolesas y otras locuras extremas para amantes de las alturas, el vértigo y el desafío en medio de la naturaleza.
Uno de los mejores sitios para contemplar las barrancas nevadas es desde el balcón de tu habitación. En Divisadero hay varios alojamientos ubicados estratégicamente: al borde del precipicio, sobre las montañas, para admirar los profundos cañones y la magnificencia de sus abismos.
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