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Tus pies tiemblan y, al mismo tiempo, los peldaños del puente colgante se mueven de un lado a otro. Miras al precipicio: a unos 15 metros de distancia están las oscuras aguas de una presa. Con la adrenalina a tope, cada paso se siente como si la estructura fuera a voltearse y dejarte caer. Por eso te aferras a los cables de acero que sirven de barandales y aceleras, aunque camines como venado recién nacido. Ésa es la parte más “sencilla” del recorrido por Boca de Túnel …
Este parque de aventura, ubicado a una hora de la ciudad de Aguascalientes , no se debe tomar a la ligera. Una vez que lo comienzas ya no puedes regresarte, y conforme avanzas se vuelve más complicado.
Con el alma “en un hilo”
El recorrido extremo de puentes y tirolesas de Boca de Túnel fue instalado sobre escarpadas paredes rocosas de color rojizo que rodean la presa Potrerillos . Es un paisaje silencioso, de apariencia indómita, que exige llevar un calzado “de uso rudo”.
La gente de San José de Gracia , Pueblo Mágico localizado a 13 kilómetros, administra el parque. Te acompañan dos mujeres de la comunidad, que en tiempos libres son amas de casa, y en horas de trabajo desafían las alturas.
“ La Güera”, una de las guías , te muestra cómo avanzar en el segundo puente. Es una especie de escalera flotante que debes subir con paso seguro, pisando justo en el centro de cada peldaño. Si titubeas, la superficie se volverá más inestable y entrarás en pánico.
Luego te lanzas por una tirolesa . Resulta más sencillo, considerando que no debes hacer equilibrio y puedes voltear hacia cualquier lado para gozar de la panorámica, sin riesgo de perder por completo la cordura.
(Foto: Sergio Tapia. El Universal)
Si prefieres la adrenalina en dosis moderadas, aquí termina el paseo; se desciende por la roca con ayuda de cuerdas y una lancha te lleva de regreso. Pero si ya te “picaste” con el reto, quedan 11 puentes y otra tirolesa más.
La dificultad va en aumento. En uno de los puentes, los peldaños están muy separados. En otro, simplemente no hay piso: debes pararte sobre un cable que, de lejos, ni se distingue.
Pero la sección más difícil de todo el parque es el último puente. Está conformado por dos líneas paralelas de peldaños; si no caminas exactamente como te indican, las estructuras provocarán que tus piernas se abran de la manera más incómoda. Como nadie quiere comprobarlo, casi todos los visitantes siguen las instrucciones con mucha precisión.
En San José de Gracia se encuentra una de las presas más importantes de Aguascalientes . A principios de los años treinta, ocurrió una desgracia: una inminente inundación provocó que los habitantes migraran y la localidad estuviera a punto de desaparecer.
Hoy en día, l a presa es una parada obligada en el pueblo. En una isla se alza una escultura que alcanza 25 metros. Le llaman “Cristo Roto” porque le falta un brazo y una pierna para simbolizar la pérdida de aquellos días. Hay paseos en bote para ver la imagen de cerca.
Los hijos “de la guayaba”
En la presa de Malpaso , el escenario es similar al de San José de Gracia . El agua luce tan apacible que el cielo se refleja en ella. En pocos minutos, la lancha se interna en un cañón estrecho, que más bien parece un espectacular laberinto de roca.
No encuentras otro bote a la vista y no hay un solo ruido. De hecho, cualquier cosa que digas produce eco entre las paredes. Así, disfrutas “a tus anchas” del paisaje: sobre las paredes cuelgan verdaderos jardines verticales y entre la roca se forman profundas grietas. A l atardecer se alcanzan a ver búhos y murciélagos.
La presa está a las afueras de
Calvillo
, otro de los tres Pueblos Mágicos del estado. Este pequeño destino endulza el paladar, pues aquí la vida gira en torno a la guayaba .
Para demostrarlo está don Saúl, dueño de la empresa local Frutland . Resulta casi inverosímil probar todos los productos que prepara a partir de la fruta: ates, jamoncillos, dulces enchilados, helado, chocolates rellenos, mermelada y té. La lista podría seguir.
Los campos de cultivo y el taller de don Saúl están abiertos al público. Él mismo muestra los árboles rebosantes de frutos y explica el proceso de elaboración. Pero, si tienes poco tiempo, visita la Casa del Artesano , en el centro de Calvillo . Además de los obligados dulces y postres, vende una marca local de cerveza artesanal con toques de guayaba .
(Foto: Sergio Tapia. El Universal)
No te culpo si sales de ahí con una “cuentota”, luego de toparte con los deshilados. Es un tipo de bordado muy fino que se logra soltando algunos hilos de la urdimbre y se crea un patrón con ellos. Hay blusas, rebozos y manteles.
La muerte se hace presente
Dicen que en el interior de los antiguos vagones de tren, los interruptores de luz se mueven solos y las cosas se desaparecen por momentos. Y, si pones atención, se escucha una que otra risita infantil. Aunque es difícil comprobar las historias de día, recorrer las antiguas cabinas de pasajeros del Museo Ferrocarrilero es una experiencia sin desperdicio .
(Foto: Sergio Tapia. El Universal)
Es uno de los centros culturales más conocidos de la ciudad de Aguascalientes ; un edén para nostálgicos. Cada vagón que se exhibe conserva decorados, comedores y dormitorios. Aquí se muestra una cabina presidencial, usada por última vez durante el mandato de Carlos Salinas de Gortari.
Es asombrosa la estación de tren. Su taquilla todavía tiene máquinas de escribir, telégrafos y archiveros con look retro.
Otro de los sitios más interesantes en la ciudad también se relaciona con la industria ferrocarrilera: el Museo Espacio , instalado en antiguos talleres de mantenimiento. Exhibe arte contemporáneo , pero está perfectamente planeado para que todos los visitantes aprecien las obras sin confusiones. Hay folletos breves que explican el significado de las piezas y el trabajo de su autor.
Hasta el 24 de febrero de 2019, se presenta una exposición dedicada al escultor mexicano Javier Marín . Sus obras monumentales, de distintas resinas, muestran el cuerpo humano con mucha precisión; abordan temas como el paso del tiempo, el desgaste y la imperfección.
(Foto: Sergio Tapia. El Universal)
Algunas esculturas están hechas con restos de otros trabajos previos del autor.
Hay una sala interactiva que permite “convertirte” en una creación de Marín. Por medio de la tecnología que utiliza la consola Kinect, le das forma a una escultura virtual.
Finalmente, todo viaje a la ciudad de Aguascalientes debe incluir uno de sus iconos: el Museo Nacional de la Muerte . Al encontrarte en la tierra de José Guadalupe Posada , el creador de La Catrina , es posible que tu expectativa sea la de apreciar diversas representaciones de este personaje. La realidad es que la temática del recinto es muchísimo más amplia, pues a borda las percepciones que se han tenido de la muerte en México desde la época prehispánica.
Una de sus salas se acondicionó en las profundidades de una cisterna para mostrar un sepulcro precolombino que simula estar enterrado. Entre los espacios más impactantes, está la sección dedicada al México Independiente. Incluye una pequeña exposición sobre la antigua costumbre de origen español que consistía en fotografiar a los difuntos.
(Foto: Sergio Tapia. El Universal)
Se habla del origen del Día de Muertos . Y resulta inevitable sentirse profundamente orgulloso de nuestra riqueza cultural al llegar a la sala de arte popular. Por supuesto, ese sentimiento aparece mucho antes, al momento de encontrarte con la célebre “ Catrina ”.
IMPERDIBLES
Dónde dormir
Casa del Jardín
es un hotel boutique localizado en el centro histórico de la ciudad de Aguascalientes . Se instaló en una casona del siglo XIX, con vista hacia el Jardín de San Marcos . Tiene un ambiente íntimo, ya que sus nueve habitaciones están distribuidas alrededor del lobby, el cual está decorado con azulejos. Las suites son muy grandes, y cada una posee un tema propio. “Atelier” es una de las más bonitas, porque está inspirada en la tradición textil del estado; es muy colorida y tiene un gran mural de flores como cabecera.
(Foto: Sergio Tapia. El Universal)
Dónde comer
Mezquite. Sus paredes de piedra están expuestas y lucen “carcomidas”, como si las elegantes mesas se encontraran entre ruinas. Todos sus platillos incluyen ingredientes de la cocina mexicana (como el ayocote, el tipo de frijol más grande de nuestro país) y están presentados de manera novedosa. No dejes de probar sus cocteles de mezcal.
(Foto: Sergio Tapia. El Universal)
Tasca y cava. Es un restaurante de autor, que pone un cuidado muy especial en la obtención de sus ingredientes. Por ejemplo, su queso de cabra proviene de un rancho propio, y los animales son alimentados con pan artesanal. Todo el tiempo están lanzando creaciones nuevas, como el huauzontle relleno en salsa de soya, o el helado de maple con trozos de tocino.
La Estación. Justo enfrente del Museo Ferrocarrilero , se encuentra este restaurante regional. Es perfecto para ir a desayunar: hay café de olla y pan calientito acompañado de una montañita (literalmente) de deliciosa nata. Los platos están muy bien servidos. Es casi una obligación probar sus chiles rellenos.
Relájate
Si visitas el Pueblo Mágico de Calvillo , relájate un ratito en Yolihuani. Es un spa que ofrece sesiones de temazcal, cuyo vapor se produce con hierbas medicinales. También hay masajes y paquetes románticos con alojamiento.