Tras el 19 de septiembre, dos emblemas del Pueblo Mágico de Malinalco, en el Estado de México, presentaron importantes afectaciones. El Ex Convento Agustino y el Templo del Divino Salvador, fundados en el siglo XVI, sufrieron daños estructurales, mientras que el Santuario del Señor de Chalma tuvo fracturas en su bóveda principal y coro.

"Afortunadamente no hubo pérdidas humanas, pero se reportaron daños materiales en la arquitectura y monumentos del pueblo", aseguró a EL UNIVERSAL Gerardo Baldemar, presidente municipal.

Aunque entre semana el destino no es muy concurrido, suele llenarse de turistas el fin de semana, de acuerdo con Sheila Peralta, secretaria técnica en el ayuntamiento. Este viernes se encontró vacío, asegura Peralta. “Justo lo que necesitamos es turismo, alterno a todo estamos preparando una estrategia para reactivarlo”.

Los hoteles y restaurantes están operando con normalidad, así como la zona arqueológica de Cuauhtinchan, otro de los atractivos turísticos del pueblo.

La comunidad

María Luisa Pedroza es un ama de casa, que vive en el barrio de San Martín, Malinalco. Tras el sismo, su casa quedó inhabitable. “Estábamos en mi casa hasta que se sacudió muy feo, vimos cómo se empezó a abrir la casa”, relata. Parte del techo, construido de teja, se partió, y se dañó un pedazo de pared. “La casa se va a demoler”, agrega.

María Luisa cuenta que algunos vecinos suyos perdieron definitivamente su hogar. Las más afectadas fueron las construcciones de adobe, mientras que las estructuras de losa casi no presentaron daños.

La familia de María Luisa (con cinco integrantes, incluyendo a su hija de 11 meses), está viviendo provisionalmente en una pequeña cocina, propiedad de ellos. Otras familias han sido menos afortunadas y no tienen dónde quedarse; se han refugiado en el interior de la iglesia de San Martín, que también presentó algunas afectaciones. Aún no saben qué va a pasar con sus propiedades.

No hay albergues, afirma María Luisa, pero la ayuda ha provenido de otros vecinos del municipio y los centros de acopio. Les ha llegado de todo: víveres, sábanas, etc.

Sheila Peralta cuenta que el municipio ha recibido apoyo de brigadistas, voluntarios, Sedena, y la policía federal y estatal. Los primeros días, el personal del ayuntamiento se dedicó a levantar escombros. En el pueblo también se instaló un centro de acopio.

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