Pinal de Amoles se convirtió en el séptimo pueblo mágico de Querétaro. Se trata de un municipio cubierto de montañas y bosques envueltos en la neblina, entre otras maravillas naturales, monumentos históricos fuera de serie, además de una deliciosa gastronomía y mucha historia. En plena Reserva de la Biósfera de Sierra Gorda hay mucho que hacer y ver en el destino, así que te presentamos sus mejores atractivos.
La mayoría de los atractivos están alrededor de la cabecera munic pero no tan lejos del pueblo (de 20 a 40 minutos en auto).
Pinal de Amoles tiene una posición privilegiada al noreste de Querétaro, no muy lejos de Hidalgo y San Luis Potosí. Es la entrada a la Reserva de la Biósfera de la Sierra Gorda y se levanta a 2,400 metros sobre el nivel del mar. Generalmente es de clima frío y húmedo, así que ve preparado.
De pasado minero, el pueblo se caracteriza por sus casitas pintadas en tonos ocre, amarillo y naranja, con techos de teja roja. La mayoría de sus calles son adoquinadas y accidentadas debido a la orografía de la región.
Llegar es una completa experiencia, pues tendrás que atravesar paisajes semidesérticos, como el de Tolimán o Peñamiller. Después, irás observando que el paisaje cambia paulatinamente a uno más verde y vivo en la sierra.
Desde la ciudad de Querétaro, tardarás aproximadamente dos horas; mientras que, desde la CDMX, unas cuatro horas. El trayecto, que es de muchas curvas, te regalará vistas muy bonitas por sus cerros, cañones y sierras.
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El máximo atractivo de Pinal de Amoles es el ecoturismo, gracias a la abundante y fascinante naturaleza de la Sierra Gorda.
Desde tu llegada encontrarás spots mágicos. Así será en la llamada ‘Puerta del Cielo’, un tramo carretero que, por ser de subida y estar rodeado de montañas en ambos lados, genera una ilusión óptica, como si te encaminaras a una especie de portal hacia el paraíso; aún más cuando la luz del Sol pasa e ilumina ese resquicio.
El imponente Mirador Cuatro Palos, a 2,727 metros sobre el nivel del mar, otro imperdible. Tendrás una panorámica que abarca del semidesierto a los bosques de pinos, incluido el gigantesco Cerro de la Media Luna y, si tienes suerte, Peña de Bernal. La experiencia se enriquece en las mañanas, cuando un mar de nubes se asienta debajo del mirador.
Otra joya es el Cañón de la Angostura, llamado así por un angosto y pequeño sendero que debes cruzar, atravesando el cristalino río Escanela. El paisaje es maravilloso: paredes de piedra natural tapizadas de musgo y escaleras voladas improvisadas, empotradas en la misma pared de roca. Al final, espera Puente de Dios, un encantador paraje ideal para nadar en aguas cristalinas y apreciar una cueva con estalactitas.
Además de las cascadas que se forman en los cañones, hay un par más para destacar en Pinal de Amoles. Se trata de El Salto y El Chuveje.
La primera se rodea de helechos, musgo y árboles de álamo antiguos; tiene una altura de 35 metros y su caída forma una poza natural de 15 metros de diámetro. Para verla de cerca, hace falta bajar 359 escalones entre la naturaleza.
Cascada El Chuveje tiene la misma altura pero una ‘alberca natural’ más grande, de 30 metros de diámetro; además, es más curiosa debido a que escurre sobre una pared de roca llena de musgo que ha sido moldeada por la erosión.
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Fundado por frailes franciscanos en el siglo XIX a orillas del río Extoraz, fue la última misión en la región para evangelizar a los indígenas. De sobria arquitectura, sin acabar, persisten sus ruinas semiabandonadas. En su interior resguarda un museo con fotografías, objetos religiosos, prehispánicos y de minería que relatan la historia de Pinal de Amoles.
El Exconvento de Bucareli es una obra envuelta en una atmósfera de misterio que puedes visitar a bordo de una cuatrimoto.
Muy cerca se encuentra el parque ecológico y de aventura Bucareli Extremo Campamento Rivera del Río, a la orilla del río Extoraz y el arroyo El Plátano. Aquí hay un circuito de tirolesas y puentes colgantes de hasta 350 metros de altura y 800 de largo. También organiza caminatas para visitar cuevas con pinturas rupestres y para darte un chapuzón en el río.
Tiene un restaurante, área de campamento y cabañas que puedes rentar para descansar.
Otra opción de alojamiento es el Campamento Ecoturístico El Jabalí, no tan lejos del anterior. Inmerso en un pequeño cañón flanqueado por montañas que custodian el Extoraz. Ofrece caminatas guiadas entre cañones y bosques, así como tours en cuatrimoto.
Para dormir, El Jabalí tiene cabañas de lujo o glamping a modo de tiendas de safari, sobre pilotes, ideales para pasar la noche en medio de la naturaleza sin perder el glamour.
Las montañas de Pinal de Amoles son escenario de varios conjuntos de cabañas para descansar. Una de ellas es la Casa de los 4 Vientos, que tiene dos cabañas/lofts de estilo moderno en la cima de un cerro.
Otras más rústicas y ‘tradicionales’ son las Cabañas 5 Pinos, construidas con grandes tabiques, madera y techos de lámina. Están equipadas con todo lo necesario para una cómoda estancia y cuentan con vistas fascinantes del mar de neblina.
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