De acuerdo con la tradición cristiana, la Semana Santa es una de las conmemoraciones más importantes. Representa algunos de los hechos de mayor relevancia. La última cena, la crucifixión y la resurrección de Cristo. Pero, al parecer, también hay leyendas oscuras. En Durango, por ejemplo, se cuenta la leyenda del Diablo que se suelta durante estos días de guardar y de solemnidad.
A pesar de que la mayoría de las leyendas de México se remontan a la Colonia, incluso a tiempos prehispánicos, la leyenda del Diablo en Durango llama la atención porque todo ocurrió supuestamente en abril de 1990.
Cuentan que el Viernes Santo de ese año, una joven de 18 años, de nombre Josefina, decidió irse a bailar con un grupo de amigos en la discoteca Cyclons, uno de los lugares más exclusivos de aquel momento en la ciudad de Durango.
La belleza de la joven destacaba de resto y llamó la atención de un apuesto hombre de elegancia y gran porte que lucía un traje negro.
Él se acercó a Josefina para pedirle que bailara con él, y ella aceptó de inmediato. Una canción llevó a otra, y su química era tal que, casi sin darse cuenta, ya habían llamado la atención de los presentes quienes formaron un círculo a su alrededor para verlos bailar y aplaudirles.
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Hasta ahora no parece más que una historia de atracción y diversión tal como las que suceden todos los fines de semana, pero aquí viene la parte escalofriante.
Mientras se encontraban bailando, en uno de los pasos, todos los asistentes pudieron ver cómo, aquel atractivo hombre, en lugar de pies, tenía pezuñas de cabra.
Por supuesto, el descubrimiento asustó a todos pero eso no fue lo único sobrenatural que vivieron. Los testigos aseguran que el lugar poco a poco comenzó a llenarse de un fuerte olor a azufre y que quedaron inmovilizados sin poder actuar.
Las personas en el lugar afirman que, de pronto, alguien gritó: ¡Ave María Purísima! Y, entonces, las luces se apagaron dejando todo en total oscuridad.
Poco tiempo después, la luz regresó y entonces encontraron a Josefina desmayada en el suelo, con el vestido quemado y la piel de la espalda al rojo vivo.
A pesar de que se llevaron a cabo investigaciones policiales sobre el incidente, nadie logró encontrar al misterioso hombre ni dar una explicación lógica sobre lo que había sucedido. Es más, se dice que Josefina fue llevada al hospital, pero después desapareció sin dejar rastro.
Así nació la leyenda urbana del Diablo visita Durango durante Semana Santa para divertirse un rato. En la actualidad el Cyclons se encuentra en total abandono, pero hay quienes afirman que se pueden escuchar siniestras risas en su interior.
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