Una crítica puntual hacia la forma en que los seres humanos dejamos de interactuar en estos tiempos, y sobre todo hacia el egoísmo e indiferencia desmedida, es lo que Headphones , obra del artista Omar Zurita pretende transmitir a todo el mundo. La obra dejó por un instante los muros blancos de Galería Klandestina para tomar las calles de la Ciudad de México y escuchar las opiniones de todas las personas atraídas por lo plasmado en los cuadros.
En apariencia, Headphones podría parecer una oda a los órganos reproductores, sin embargo, el buen observador verá cómo se desvela ante sus ojos un lío de problemáticas sociales actuales. La vagina y el pene son el pretexto que sirven para llamar la atención, pero es necesario leer entre líneas para llegar al fondo de lo que el artista manifiesta o quiere conseguir de nosotros.
Foto: Cortesía
Se trata de una serie de 16 piezas que representan la forma de vivir en la sociedad y al mismo tiempo el placer de exponerse, como lo hacemos hoy todos los días en redes sociales.
Entre los temas que aborda está nuestro amor por el capital y las marcas que lo representan, nuestro mundo donde vivimos pegados a la pantalla esperando reconocimiento de seres ajenos a nuestra vida y los peligros de la tecnología.
La exposición sale a las calles y tomar sitios emblemáticos como el Palacio de Bellas Artes o el Monumento a la Revolución para demostrar que el arte es un reflejo del comportamiento de la sociedad.
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“Esta obra está enfocada en los problemas de comportamiento que tenemos como individuos y se genera por mi necesidad de no ser censurado en un mundo de dobles sentidos y dobles morales”, señala el pintor.
“A través de colores pastel, fosforescencias, grandes formatos y figuras en apariencia simples, Headphones nos incomoda porque sabemos que somos nosotros mismos reflejados en esas pinturas”, enfatiza Zurita.
Tras su salida a las calles,
volverá a ser parte de Galería Klandestina para ser visitada de manera gratuita en Campeche 115, Roma Sur, hasta el 31 de octubre de martes a sábado.
Las piezas que tomaron las calles de la Ciudad de México fueron:
Una obra polémica acerca de la pederastia por parte de la iglesia y cómo oculta a los agresores. Es una reflexión sobre la poca importancia que se le da a las víctimas de este crimen. Fue censurada en redes sociales por ser promocionada a pesar de que fue muy bien recibida por algunos espectadores. Para Omar es un análisis a la postura irresponsable de la iglesia ante esta situación.
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Una escena trillada del amor que pretende romper el estereotipo de la caballerosidad que supone ser hombre.
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Inspirada en un joven adicto de 20 años, cuyos padres patrocinaban su adicción. Esto impactó al artista por la postura que éstos tomaron frente a la situación. Esta obra trata de la soledad, la depresión y el suicidio.
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