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Todos vamos a morir. Se podría decir que la muerte es lo único que une a toda la humanidad, sin embargo, casi nunca hablamos de ello. Es por eso que el profesor e investigador social, Veeranut Rojanaprapa , abrió en Bangkok , Tailandia , una extraña cafetería llamada Kid Mai Death donde los comensales s e sientan al lado de calaveras y reciben mensajes que los hacen pensar en la muerte mientras saborean algún postre y una malteada.
Uno de los atractivos de la cafetería Kid Mai Death es su ataúd, disponible para quien se atreva a usarlo durante unos minutos con la tapa cerrada. Si lo haces, podrás obtener un descuento en la bebida que elijas.
A oscuras y un poco sofocado por la falta de ventilación, el cliente puede meditar desde dentro de un ataúd sobre su actual forma de vida: “el cliente puede estar encerrado el tiempo que quiera, Al principio lo ve como una experiencia nueva, pero en un determinado momento comienza a cuestionarse asuntos personales del estilo : ' ¿cuál es el propósito de mi vida?', comenta Veeranut.
El empresario y académico especializado en problemas sociales señala que los intrépidos usuarios resurgen del féretro con la calma interior fortalecida, con 'menos codicia e ira'” y convertidos en “mejores personas”.
En el contexto de una sociedad donde el 90% de la población es budista, Rojanaprapa comenta: “Nuestro principal objetivo es transmitir la palabra de Buda basada en la enseñanza. Cuando uno es consciente de su muerte disminuye su nivel de egoísmo” . Sea la emoción que sea, dentro del féretro nadie queda indiferente a la experiencia.
Al salir del ataúd , la reacción de los clientes no tarda en aflorar. La mayoría de los comensales “resucitados” se apresuran a plasmar sus pensamientos en un libro de recuerdos anexo a la tumba ficticia. Algunos llegan al punto de escribir sus epitafios.
Este café no tiene un aspecto lúgubre ni tétrico, al contrario, tiene un jardín con abundantes plantas, luz natural y todos los servicios propios de un café, aunque el tema de la muerte está presente en las bebidas y alimentos, con frases para reflexionar en los pasillos.
Para completar la experiencia, los clientes pueden redactar su última voluntad, planificar su futuro rito fúnebre o escribir una carta que le será enviada en 10 años.