“No somos mar Caribe, sino golfo”: la primera aclaración que hace Jahir Jiménez. La segunda es que Holbox no es una isla, “sino un islote gigante porque, si cavas profundo, vas a encontrar agua, en vez de roca madre”. Tercera: después de ‘covid’, Holbox ya no ha tenido temporadas bajas.
Jahir Jiménez nació en Veracruz. Desde hace más de 9 años vive en Holbox, junto con su esposa y su pequeña hija. Es fotógrafo, hace video, promueve los atractivos de la isla y también es el humano (o ‘papá) de Murphy, un perrito golden retriever de 5 años que se volvió viral en febrero pasado, tras un video publicado en Tiktok (@murph_holbox).
En este video, Jahir contaba la curiosa anécdota sobre la vez que su perro fue invitado a una boda en la playa y él no. Novios, invitados y Murph se tomaron fotos, convivieron y, a la hora de la cena, al peludo más famoso de Holbox le sirvieron un plato especial con pollito.
En redes sociales, Jahir no solo publica fotos y reels del ‘niño’ (como se refiere a su golden) haciendo amigos en la playa, también muestra las maravillas de su isla y da muy buenas recomendaciones a quienes quieran visitarla.
Por cierto, si vas a Holbox, es probable que te encuentres a Murph: ahí lo ves chapoteando en el mar, con su pelota y sus lentes de sol elaborados especialmente para él, llamando la atención de los turistas, sabiéndose toda una estrella.
Jahir Jiménez, creador del canal de Youtube @murph_holbox, platicó con Destinos y nos preparó una gran guía de viaje para quienes nunca hayan pisado la isla o quieran redescubrirla.
Isla Holbox es parte de Yum Balam, una Reserva de la Biósfera en el extremo norte del estado de Quintana Roo, cerca de los límites con Yucatán. Está unida a tierra firme a través de canales de agua.
En Holbox, solo se usan carritos de golf y bicis; las banquetas es lo único que está pavimentado. La atmósfera es desenfadada.
La reserva es un santuario de aves, especialmente de flamencos rosados, entre abril y octubre; de tiburones ballena y tortugas marinas. El color del mar y de la laguna Yalahau es una paleta variada de verdes y azules que van de lo más transparente hasta el azul profundo, resaltando el azul turquesa.
Yum Balam es un paraíso de pequeñitas islas, de bancos de arena que aparecen y desaparecen, de canales de agua rodeados por manglares y humedales y playas de arena blanca libres (sí, libres) de sargazo.
Hay tres opciones para llegar al puerto de Chiquilá, de donde parte el ferry hacia Holbox.
La mayoría son hoteles boutique. Para proteger el medio ambiente y las vistas maravillosas al manglar o a la playa, están prohibidas las construcciones de más de tres pisos.
Villa Flamingos. Un hotel boutique de lujo eco-chic, de aire rústico, con 40 villas y bungalows. Algunas tienen techo de palma, jacuzzi privado y regadera exterior. Es el alojamiento más grande de Holbox, pero no por su construcción, sino por la extensión de la selva que se respetó en la propiedad.
Para Jahir es de los hoteles con más rincones para fotografiar, como las pequeñas plataformas de madera en forma de pisadas a la orilla del mar, las albercas en la playa que emulan cenotes u ‘agujeros negros’ en honor al nombre de la isla; la enorme estructura geométrica de bambú, tejida a mano, que aloja la recepción; los camastros en forma de barquitos… Cuenta con day pass limitados por día.
Villas Caracol. La atención es personalizada. “Bajo una megapalapa están todas las habitaciones. Está enfocado en parejas jóvenes, incluso con bebés. Atrae a mucho mexicano”, así lo describe Jahir.
Únicamente son 15 habitaciones de interiores frescos con un toque moderno. Tiene restaurante y beach club.
Web: villascaracol.com
Hotel Arena. De sus recomendaciones, este hotel es el más accesible. Se encuentra en el centro. Su azotea es famosa por su bar y su alberquita. Es un alojamiento solo para adultos. hotelarenaholbox.com
En un día extraordinario puedes sumergirte y ver hasta 200 tiburones ballenas al mismo, como le pasó a Jahir en una ocasión. En otras puedes ver 50, 20 o solo unos cuantos. La naturaleza es la que manda, pero aun así, esta experiencia lo vale.
La temporada oficial para el avistamiento del pez más grande del planeta va del 15 de mayo al 15 de septiembre. El paseo dura 8 horas, y la embarcación (con los debidos permisos) puede llevar entre 8 y 14 personas.
Para contemplar a aquel animalón hay que lanzarse al agua en pareja y con la compañía de un guía: son 2 inmersiones a lo más. Mantente alerta, no cierres los ojos y disfruta ese momento fugaz.
El tour incluye snorkel para ver tortugas, mantarrayas y peces en Santa Paula, un bracito de la isla en la que se une el mar con la laguna, o en Cabo Catoche, la puntita más al norte de la península de Yucatán y área de descanso de aves.
De comer, te preparan cebiche. Precio: $3,850 pesos por persona. Recomendación de Jahir: vipholbox.com
Este fenómeno ocurre todo el año, pero se aprecia mejor cuando hay ausencia de luz y aumenta la temperatura del agua, lo que favorece la presencia de plancton (el mismo que consume el tiburón ballena). Así que en esta temporada de calor puedes verlo más seguido y con más intensidad. Hay dos lugares para presenciar la bioluminiscencia en Holbox:
En esta zona es donde hay más gente y “el agua es bajita, te llega a la rodilla”, dice el ‘papá’ de Murph.
Desde que empiezas a remar, notarás esos destellos verdosos bioluminiscentes. En el banco de arena, un guía te explica por qué ocurre este fenómeno y, también, con un láser, te muestra constelaciones y estrellas. Van por ti a tu hotel.
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Precio: entre $800 y $1,000 pesos por persona. Este recorrido comienza alrededor de las 8:00 pm.
Por cierto, Jahir recomienda que no enciendas tu celular para tomar fotos de la bioluminiscencia: en primera, porque la luz hace que se pierda el efecto y, además, molestas a los demás viajeros; en segunda, porque tus imágenes van a salir oscuras; no lograrás capturar nada, salvo que lleves equipo profesional.
“Hay muchísimos murales. Hace como 7 u 8 años venían a pintar artistas de fuera. La comunidad les daba asilo y comida. Eso ya no existe, pero aún continúan creando murales en hoteles, restaurantes... Tienes que verlos. Renta una bici por día o por hora, están muy bien cuidadas”, resalta Jahir.
“de día, el de Punta Cocos es muy bonito porque hay un muelle. El banco de arena aparece y desaparece dependiendo de las mareas”. Caminar sobre una acumulación de arena blanca rodeada por un mar de tonalidades turquesa, no ocurre todos los días. Este paisaje también puedes apreciarlo desde el restaurante de Villas Flamingos. En la orilla del mar se colocaron unas plataformas en forma de pisadas que parecen dirigirse hacia ese banco hundiéndose en el agua. Excelente spot para una foto.
Explora las otras maravillas naturales de la reserva de Yum Balam durante este paseo que incluye la visita al cenote abierto Yalahau (en tierra firme a una media hora en lancha desde Holbox) en donde puedes nadar; Isla Pájaros habitada por aves endémicas y migratorias (puedes subir a su mirador y caminar por su largo muelle); e Isla Pasión, zona de flamencos durante la temporada y donde también hay bancos de arena.
De esta última, Jahir nos cuenta el chismecito: “se le llama así porque los lugareños antes iban a esa isla a echar novio.”
En el banco de arena, en alguna alberca, en los murales o en una playa puedes tener una sesión de fotos a cargo de Jahir Jiménez. ¿Y en esa sesión podemos incluir a Murphy? ‘Sí, puedo llevarlo, pero es como un niño, hay que estar cuidándolo, y la atención con el cliente tal vez no sea la misma que si voy solo’. Contáctalo: Tel. (998) 240 7933.
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