Barcelona, a pesar de las recientes manifestaciones en contra de turistas, es de aquellas ciudades que debería estar en la bucket list de cualquier viajero para vivirla, al menos, una vez en la vida. Llena de encanto e historia en cada una de sus calles, de genialidad arquitectónica y arte, gastronomía irresistible y buenas tardes de cava, caña y vermut es uno de los destinos más visitados de España.
Alberto Alcocer (@beco.mx) es fotógrafo especializado en destinos, vida silvestre y deporte motor, además de embajador de Sigma Photo en México. Vivió varios años en Barcelona a donde regresa constantemente. Desde su mirada y experiencia nos comparte, a continuación, sus recomendaciones para explorar la capital catalana, ya sea para planear un viaje de primera vez o uno de vuelta.
Dónde dormir
Siempre es bueno quedarse en alguna zona céntrica, donde la magia de la ciudad suele suceder. Para esto, hay tres barrios que lo tienen todo, desde hostales de 30 euros la noche, hasta hoteles, como el Mercer, en una antigua fábrica de cartón, cuya noche oscila alrededor de los mil euros. Estos son el Barrio Gótico, el Raval y la Ciutat Vella (Ciudad Vieja); los tres, a los costados de las Ramblas.
Del aeropuerto a tu hotel
El aeropuerto del Prat está increíblemente bien conectado con el centro de la ciudad por todos los medios del transporte público. Mis favoritos son:
1. Taxi. Cuesta alrededor de 50-60 euros hasta el centro de la ciudad y es perfecto cuando viajan dos o más personas juntas.
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2. Aerobús. Viaja directo a la Plaça Catalunya con solo dos paradas por 7.25 euros, por viaje; y 12.50 euros, el billete redondo. De allí, ya es muy fácil conectar a donde sea en Metro, en un taxi más local o incluso a pie.
Restaurantes y bares alejados de los turistas
Cada vez es más difícil distinguir las trampas para turistas en Barcelona, pero la ciudad defiende sus clásicos a capa y espada. Estos pueden ser restaurantes de manteles largos con tanta tradición que son, sin duda, parte de la ciudad por méritos propios, como el 7 Portes, cerca de la Barceloneta; o bares pequeños pero emblemáticos, como Bodega La Puntual o El Xampanyet, ambos en el Barrio Gótico, con sus callejones laberínticos.
Algunos barrios clásicos, no tan en boga, mantienen sus plazas limpias de especulación y con un gran servicio a quien se siente en sus barras o mesas, como los que hay alrededor de la Plaça de la Revoluciò, en el tradicional barrio de Gràcia, por los rumbos del barrio viejo de la Barceloneta o alrededor de la Citadella.
Muévete con tarjetas de prepago
La empresa estatal de transporte de Barcelona, la TMB, es la responsable de operar todos los transportes públicos de la ciudad: Metro, bus y tranvía. Para todos estos se utiliza el mismo sistema de cobro. Esto trae ventajas para todos, por ejemplo, los viajes integrados se consideran un solo viaje mientras estés en el sistema sin importar la línea o medio de transporte, en un lapso de una hora y 15 minutos; es decir, si tomas la línea 1 y posteriormente sales para tomar un autobús, sigue siendo un solo viaje, mientras no excedas una hora y 15 minutos.
Su sistema de tarjetas de prepago puede parecer un poco complejo al principio pero, al final, es muy fácil. Las tres opciones que siempre uso son:
1. T-Casual: una tarjeta que incluye 10 viajes. Es muy cómodo para cuando viajas solo unos días por la ciudad. Cuestas 13 euros.
2. T-Usual: una tarjeta que incluye viajes ilimitados por 30 días, contando a partir del momento que pasas la tarjeta por la taquilla por primera vez. Cuesta unos 23 euros.
3. T-Grup: una tarjeta que incluye 70 viajes en 30 días. A diferencia de las anteriores, la pueden utilizar varias personas al mismo tiempo. Cada una debe registrar su viaje. Cuesta 85 euros.
Estas tarjetas pueden comprarse en línea (y ser usadas desde el teléfono) o desde las máquinas expendedoras en todas las estaciones del Metro.
¿Tarjetas con descuento, sí o no?
En algunos casos, la Barcelona Card puede ofrecer ahorros para quienes buscan conocer todo de la ciudad en tres, cuatro o cinco días. Incluye acceso a varios museos y espacios culturales, así como transporte ilimitado en Metro, bus y tram.
La mejor temporada para ir a Barcelona
Para mí, Barcelona en octubre tiene una magia especial: no hay tanta gente, los atardeceres previos al invierno iluminan la ciudad con una luz muy especial y el calor húmedo del verano en la playa no nos acosa durante el día.
Mis 5 rincones secretos
Se tiene la tradición de honrar los establecimientos que han sido parte de la ciudad durante muchos años con una placa en la acera, delante de la puerta de entrada: “en reconocimiento a los años de servicio a la ciudad”. Así es como librerías, relojerías, joyerías, sombrererías y un sinfín de tiendas de barrio, especiales para los locales, han sido reconocidas con esta placa.
Fuera de esos lugares que hay por toda la ciudad, personalmente recomendaría estos:
- 1. Casa Almirall: uno de los lugares más antiguos, actualmente en servicio. Entrar a este bar es viajar a la Barcelona de mediados del siglo XIX, en el barrio del Raval.
- 2. Librería Altaïr: una de las librerías de viajes más impresionantes que jamás haya visto. Los estantes están divididos en dos: arriba están colocadas todas las posibles guías de viaje que hay en cualquier lugar del mundo; abajo encuentras la literatura de y acerca de la zona. Por ejemplo, arriba encuentras las guías de Nueva York y abajo la obra del escritor Paul Auster; o de la misma Barcelona, con la Routard o Lonely Planet, arriba; y los libros de la saga de La Sombra del Viento, abajo.
- 3. El Hospital de Sant Pau es reconocido como la obra más importante del modernismo catalán, y no fue concebida por el genio Antoni Gaudí, sino por Lluís Domènech i Montaner. En 1978 fue declarado Monumento Histórico Artístico y en 1997 Patrimonio Mundial por la Unesco.
- 4. Entrar a un concierto en el majestuoso Palau de la Música Catalana. Compra las entradas con anticipación para evitar problemas de acceso. Si no se presenta algún espectáculo, optar por la visita guiada en el interior del recinto.
- 5. Barcelona es un lugar de encuentros, de culturas que convergen en el mismo espacio, y esto no es cosa de los últimos años; es parte fundamental de Barcelona como puerta al y del Mediterráneo. Una sugerencia poco ortodoxa, pero muy honesta, es disfrutar como local los manjares de lo extranjero, interpretados por cocineros locales: las espectaculares hamburguesas del Foc i Oli en l’Eixample o los currys de Casa Masala a unas cuadras; los shawarmas del Cuiner de Damasc; y uno de los pocos restaurantes mexicanos en el extranjero que me hacen sentir en casa, el Tlaxcal, al lado del Mercat del Born. Todos son mencionados conscientemente como lugares de referencia de muchos barceloneses. No son advenedizas trampas de turistas.
Agrego uno más a esta lista: el Centre Cultural del Born, un espacio dentro del Mercat del Born donde se presentan los hallazgos arqueológicos de la zona que significan varios siglos de historia de la ciudad en un espacio descubierto al público.
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Los imperdibles de Barcelona
Aquellos lugares buscados por el turismo pero que son parte de la esencia de la ciudad:
- Basílica de Santa María del Mar y, luego, perderse entre los callejones del Barrio Gótico por un día.
- Parc Güell y La Pedrera, ambos de Antoni Gaudí.
- Hospital Sant Pau.
- Caminar de la Plaça Catalunya hacia la catedral por el Passeig de l’Angel.
- El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA).
- Montjuïc, su castillo y el museo de la fundación Miró.
- La Basílica de la Sagrada Familia, también de Gaudí.
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