No cabe duda que el tiempo, así como trae consigo cambios, también nos da nostalgias. Además de que la Ciudad de México ha sido cuna de grandes épocas artísticas, ha visto como su crecimiento se ha llevado consigo lugares icónicos.
Los cines que alguna vez fueron joyas arquitectónicas y lugares importantes, en la actualidad se han convertido en espacios abandonados, algunos hogares de personas indigentes, bodegas o simplemente un lugar de paso para los transeúntes.
La Época de Oro del cine en México se ha quedado como una postal; los cines clásicos que quedaban, progresivamente han bajado su telón.
En este artículo recordaremos algunos de los cines que marcaron a la ciudad y los que se resisten a desaparecer.
Cine Cosmos
Ubicado en la Calzada México Tacuba, el Cine Cosmos fue uno de los más importantes de la década de los años noventa y que en conjunto con el Cine Ópera, Teresa y Alameda, se denominaron como “corredor de cines mexicanos”. El Cine Cosmos proyectaba las películas del “Cine de Oro Mexicano”.
Con diversos proyectos culturales, se ha intentado rescatar el espacio para actividades artísticas y deportivas, además de un lugar especial para eventos, salones de usos múltiples y cafetería. También se pretende restaurar la fachada para conservar la historia y memoria del cine de la época.
Como dato, el Cine Cosmos fue el pionero en las funciones de matinés y las promociones de 2x1.
Foto: Juan Boites/El Universal
Cine Variedades
El cine está ubicado en el corazón del Centro Histórico en la Avenida Juárez y cobró vida en la época porfiriana. Al dia de hoy, lo único que se queda es una parte de su fachada y al fondo, un espacio vacío.
Foto: Archivo El Universal
El Palacio Chino
Conocido por su arquitectura y ambientación china, las decoraciones del Palacio Chino hacían sentir a los asistentes en el oriente. Ubicado entre Bucareli e Iturbide en el Centro Histórico, el Palacio Chino ha sido un lugar de cambios y transiciones de época.
En la década de los 30's y 40's , los cines del entonces Distrito Federal estaban divididos en tres ámbitos: piojo , l os de segunda y los premiere .
Los piojo eran los cines de barrio, aquí la entrada costaba 50 centavos. Los cines de segunda hacían referencia a los más concurridos entre los mexicanos y la entrada costaba entre dos o tres pesos. Por último, estaban los premier, lugares de lujo en los que el costo de entrada era a partir de veinte pesos. En éstos, las carteleras eran amplias, ya que también recibían películas extranjeras.
Es aquí donde aparece el Cine Palacio Chino .
Antes de ocupar el espacio como cine, el terreno era el antiguo Frontón Nacional, después se convirtió en la Arena Nacional que se destruyó con un incendio y, posteriormente, la propiedad se vendió.
Desde este momento, se comenzó a construir el Palacio Chino por Luis de la Mora y Alfredo Olagaray, quienes con su creatividad y profesión, hicieron de éste un cine de gran calidad. El Palacio Chino contaba con capacidad de 4000 personas y un suelo alfrombrado con butacas acojinadas.
Otro de los aspectos que cautivaba a los asistentes eran los murales que se plasmaron en todo el reciento donde dejaban conocer paisajes del Oriente.
Desafortunadamente el tiempo también cobró factura, pues se comenzó a reducir el espacio del cine y con ello, el número de personas que asistía era cada vez más bajo.
Foto: Berenice Fregoso. /El Universal.
Cine Ópera
Un espacio que impone con su magnifica fachada y ubicado en la calle de Serapio Rendón, en la Colonia San Rafael de la Ciudad de México, fue testigo y víctima de un hecho que lo llevó a cerrar sus puertas de manera definitiva.
La edificación es un art decó diseñado por el arquitecto Félix Nuncio y construido por el ingeniero Manuel Moreno Torres, inaugurado en marzo de 1949 y cerrado en 1998.
Este espacio cultural fue sede de uno de los conciertos del underground en los años noventa, de la agrupación Bauhaus. Cierto día, en un evento, cayó una gran lluvia que llevó a los asistentes que se quedaron fuera del evento a resguardarse en las escalinatas del cine, lo que provocó un portazo. Esa noche fue un caos, pues mientras se llevaba a cabo el concierto, los asistentes comenzaron a saltar tanto que se comenzaron a formar grietas en el techo.
Después de esto, se clausuró el espacio.
Actualmente, el Cine Ópera forma parte de los inmuebles de patrimonio del Instituto de Administración y Avalúo de Bienes Nacionales (INDAANBIN).
Foto: Valente Rosas/El Universal
Cine Teresa
Dicho cine, que se encuentra en Eje Central y fue sede de uno de los espacios cinematográficos de la industria del porno, también fue sede de la mejor época del cine mexicano.
En 1942, el cine abrió sus puertas para poner en pantalla la película “El Hijo de la Furia”. La arquitectura del Cine Teresa era art decó y su decoración era totalmente lujosa. Además fue uno de los cines llamados premiere por tener estrenos de Hollywood y contar la visita de personalidades de la elite mexicana.
Después de brillar por su calidad cinematográfica y decoración, el Cine Teresa tuvo su declive en los años noventa, cuando el nuevo dueño compró grandes cantidades de películas pornográficas y con su reproducción, ayudó a que el cine se salvara de una bancarrota.
En 2010, el Cine Teresa volvió a cambiar de dueño, quien cerró el espacio para darle una remodelación y mantenimiento al edificio transformándolo en una plaza comercial de artículos electrónicos. Ahora cuenta con tres plantas, la última se convirtió en sede alterna de la Cineteca Nacional.
Foto: Yaldin Xolalpa/El Universal
Teatro Metropolitan
Este lugar actualmente es sede de diversas manifestaciones culturales pero también fue un lugar en el que las estrellas del séptimo arte fueron vistas en pantalla grande.
Construido por el arquitecto Pedro Gorozpe Echeverría, el Teatro Metropolitan tiene más de 70 años de vida. La fachada se encuentra inspirada en el Rockefeller Center y el Radio City Music Hall.
Algunas de las personalidades que pasaron por este cine fueron María Felix, Dolores del Río, Andrea Palma, Pedro Armendáriz, entre otros. Fue en los años noventa que OCESA salvó el espacio y realizó una remodelación que convirtió al cine en un teatro con capacidad para 3000 personas.
Foto: Archivo El Universal
Cine Bucareli
Siendo el cine más barato de la ciudad, el Cine Bucareli ha cerrado sus puertas definitivamente debido al abandono y la serie de manifestaciones, plantones y cierre de comercios.
Fue durante el primer mes del año que el Cine Bucareli cerró sus cortinas para ya no volverlas a subir.
Se desconoce el dato de quien lo construyó pero su remodelación sucedió a finales de los años treinta, lo que provocó la desaparición de su estructura original y reinagurándolo en 1941, con una luneta, anfiteatro y 1,813 butacas.
Foto: Valente Rosas/El Universal