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Reikiavik
es una urbe pequeña y tranquila, aunque moderna; colorida y con una clara conciencia sustentable . Su nombre —que significa “bahía de humo” — alude a los manantiales termales que la rodean y que son parte de los rasgos de la cultura y estilo de vida de poco más de 220 mil habitantes.
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Caminar o rentar una bicicleta son las opciones para acceder a lugares emblemáticos. Lo ideal es empezar por el centro de la capital de Islandia , conocido como 101, en referencia a su código postal, muy concurrido por sus cafés, bares y restaurantes, donde además de numerosas galerías de arte y museos (el de Reikiavik y el de Arte son son estupendos), podrás conocer la icónica catedral de Hallgrimskirkja , los edificios del ayuntamiento y el parlamento, y el Lago Tjornin.
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Programa una tarde de shopping por las calles de Laugavegur y Skolavordustigur (las principales del distrito comercial), para acercarte después hasta el viejo puerto, curiosear en el pintoresco mercado de Kolaportid (abierto los fines de semana) y consultar la cartelera de la vanguardista sala de conciertos Harpa.
Vive la experiencia de un relajante baño en alguna alberca termal o en la popular playa geotermal de la Bahía de Nautholsvik . Otra alternativa es escapar un par de días a Blue Lagoon , a 50 minutos de la ciudad. Es un complejo termal que reúne spa con alojamiento y buen restaurante (www.bluelagoon.com) .
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Considera un tour para observar ballenas o lanzarte a la aventura en el glaciar Langjokull (el segundo más grande del país), así como una visita al Museo Perlan que te adentrará al fascinante mundo de los glaciares y la vida silvestre de Islandia .
No dejes de ir al Parque Arqueológico de Hoffstadir que se remonta a la época de los vikingos; a la Isla Videy ; al Monte Esja (desde su cima verás las mejores panorámicas de la ciudad) y al área geotermal de Krisuvyk .
Estos sitios son una parada obligada para los amantes del sol de medianoche en verano y de la aurora boreal, de septiembre a abril.
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PARA DORMIR
101 Hotel. Cómodo, contemporáneo y chico, así es este hotel boutique de diseño en pleno centro. www.101hotel.is
PARA COMER
Dill. Icono de la gastronomía escandinava contemporánea, encabezado por Ragnar Eiriksson. No olvides reservar. Hverfisgata 12.
Fish Market. Moderna propuesta de fusión asiática con frescos pescados y mariscos. Pregunta por el menú degustación. Adalstraeti 12.
Grillid. Clásico de la cocina islandesa con más de cinco décadas, pero en constante reinvención, bajo la dirección del chef Sigurdur Laufdal. Miércoles a sábado, sólo cenas. Radisson BLU Saga.