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Tus pies tiemblan un poco si miras hacia abajo. Tampoco puedes evitar hacerlo, pues a cada metro de altura la vista te muestra un paisaje de montaña más escarpado, con abismos más profundos. Es espectacular y a la vez intimidante. Subes paredes verticales con la ayuda de escalones de metal anclados a la roca. Aunque estás protegido con arneses, el nervio se impone y sientes la necesidad de sacar hasta las uñas para aferrarte al muro.
La vía ferrata es la opción más segura y sencilla que puedes encontrar para escalar una montaña o cualquier formación rocosa digna de causar vértigo. Hoy en día se han creado numerosos recorridos que admiten un amplio rango de edades, sin requerir experiencia previa.
(Foto: Mountain Torq)
En qué consiste
Su pasado se relaciona más con la guerra que con los viajes de placer.
Literalmente, una vía ferrata (en italiana significa “ camino de acero ”) es una serie de instalaciones de metal empotradas en las rocas y paredes de una montaña para alcanzar grandes alturas . Para que sea considerada como tal, debe tener tramos verticales que solo puedan escalarse. Las estructuras que facilitan el ascenso son muy variadas: cuerdas, escaleras, puentes o hasta tirolesas para volar de un punto a otro.
(Foto: Natura Vive)
Pasado bélico
En 1843, en la montaña austriaca de Dachstein se construyó la primera vía ferrata. Consistía en varillas de hierro, cuerdas, elementos de madera y puntos de apoyo tallados en roca.
Las siguientes rutas, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, aparecieron en territorios austriaco y alemán, según la Federación Internacional de Escalada y Montañismo .
Fue hasta la Primera Guerra Mundial que el uso de este sistema alcanzó verdadera trascendencia. En las montañas Dolomitas, que actualmente pertenecen a Italia, se hizo un gran esfuerzo para construir vías ferratas de uso militar, con el fin de obtener puestos de avanzada en los Alpes . Con ayuda de estructuras artificiales, los soldados alcanzaban, sin problema, superficies accidentadas, considerando las difíciles condiciones del clima.
(Foto: Giuseppe Ghedina)
Esos mismos caminos ahora se utilizan para divertirse. Casi en su totalidad las vías han sido restauradas; también se han inaugurado nuevas rutas. Quedan algunas reminiscencias del pasado: trincheras y refugios antiguos . En las Dolomitas orientales están los Túneles de Lagazuoi , un conjunto de cavidades talladas para atravesar montañas.
En la región, la temporada para escalar va de junio a octubre. Los itinerarios duran de cinco a ocho días y ofrecen distintos niveles de dificultad. Solicita un tour guiado por un profesional en www.dolomitemountains.com.
Austria
e Italia son los reyes de esta actividad. El primero tenía 550 vías ferratas en 2012, mientras que el segundo contaba con unas 400.