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Muchas veces viajamos con la intención de conocer nuevos lugares y culturas. Sin embargo, dentro del recorrido podemos llevarnos grandes sorpresas si prestamos atención a la naturaleza que nos rodea.
Los fenómenos naturales se presentan ante nosotros como experiencias únicas, de manera fugaz, a veces en sitios remotos y, en ocasiones, no vuelven a repetirse en el mismo lugar hasta muchísimos años después.
Fenómenos naturales para disfrutar en tu viaje
Si eres amante de la aventura, definitivamente tienes que visitar algunos de estos lugares. Todos ellos destacan por sus costumbres, tradiciones y por los paisajes extraordinarios e inusuales con los que enamoran a los viajeros.
Aurora boreal desde una cueva de hielo
Cuando se habla de fenómenos naturales, la aurora boreal es la más mencionada. Se trata de un despliegue de colores en el cielo, el cual se produce por las partículas cargadas de ondas electromagnéticas. Procedentes del espacio, una vez que tocan la atmósfera de la Tierra se transforman en luces vibrantes.
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Si quieres apreciarlas en su máximo esplendor, la recomendación es viajar a Alaska, Canadá, Noruega, Islandia o Laponia, Finlandia. En esta última, son visibles alrededor de 200 noches del año, y hasta puedes apreciarlas desde una cueva de hielo.
De acuerdo con National Geographic, las auroras boreales iluminan el firmamento en tonalidades verdes, rojas, azules y moradas, las cuales dependen de los fotones, los átomos de oxígeno y el nitrógeno molecular.
Bioluminiscencia de Mosquito Bay
Bioluminiscencia significa "más brillante de la Tierra” y ocurre principalmente en Mosquito Bay, en la costa sur de Vieques, Puerto Rico.
El efecto de las aguas brillantes es causado por pequeños organismos (bacterias y fitoplancton) que brillan en la oscuridad cuando se les "agita". Según la Universidad de Costa Rica, estos eventos son espontáneos y no pueden ser predecidos.
Esto suele ocurrir en lagunas, en el mar y en la arena. Isla Holbox también es un gran destino para observar esas lucecitas de tonos azules verdosos fluorescentes que parecen destellar como estrellas en el cielo.
Deben cumplirse algunas condiciones para que este fenómeno se haga visible: no debe haber luna, no debe llover y también su aparición depende de la temperatura del agua.
Por ello, es común encontrar tours organizados por pescadores que tienen en claro la periodicidad de la bioluminiscencia. Además, algunos de los animales del ecosistema acuático tienen esta cualidad y pueden aparecerse ante los visitantes.
Sol de medianoche
Este espectáculo ocurre en el verano boreal de Alaska, Canadá, Noruega, Suecia y Finlandia. Los países cercanos al polo norte o sur del planeta tienen luz las 24 horas del día, como consecuencia de la inclinación de la Tierra.
Así es como nace el sol de medianoche, fenómeno contrario a la "noche polar", que deja en completa oscuridad al hemisferio opuesto. Aproximadamente, el primero tiene una duración de 6 meses, de mayo a agosto.
Genera puestas de sol inusuales, ya que todo el día se perciben resplandores amarillos y rojos en el cielo, similar al crepúsculo. El astro rey jamás se esconde en el horizonte, sino que permanece visible todo el tiempo.
Nubes de gloria de la mañana
Conocido como "nube morning glory", ocurre principalmente en Australia. Se trata de formaciones nubosas con una extensión de mil kilómetros de largo y en forma de rollo, que se acompañan por ráfagas de viento.
A causa de las circulaciones 'mesoescalares' de las brisas marinas en la península y el golfo de Carpentaria, las nubes de gloria de la mañana aparecen en septiembre y octubre.
Y aunque no son un evento atmosférico frecuente, hay quienes consideran que son igual de increíbles que mirar un eclipse solar. Los "rollos flotantes" parecen rodar de manera horizontal, pese a que solo alcanzan una velocidad de 60 kilómetros por hora.
El mejor lugar para apreciarlas es Burketown, población que no supera los 300 habitantes, pero se ha convertido en un sitio atractivo por las nubes de gloria de la mañana.
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