Se ubica en Jojutla, Morelos , y es el parque floral más grande del mundo . Está conformado por siete áreas naturales que evocan diferentes ambientes : el del trópico , el Renacimiento italiano , los exóticos aires de Japón y la gran diversidad de cactáceas mexicanas . En tu visita no olvides el Laberinto de los Sentidos , donde el objetivo no es perderse, sino descubrir esculturas de afamados artistas, como Fernando Botero .
(Foto: Adrian Hernandez)
2. JARDÍN ETNOBOTÁNICO
Dentro del Exconvento de Santo Domingo , en la ciudad de Oaxaca , hay cientos de plantas oaxaqueñas , desde las más cálidas, hasta las más húmedas o selváticas.
(Foto: Cortesía Turismo de Oaxaca)
Todas se exhiben en la antigua huerta de los frailes dominicos . Su diseño es obra de los artistas Francisco Toledo y Luis Zárate . Solo puedes conocerlo mediante una visita guiada .
El Jardín Etnobotánico de Oaxaca es uno de los 10 jardines de Norteamérica que merecen visitarse, según el Consejo Canadiense de Jardinería . Abre todos los días en horarios específicos. Costo: 50 pesos.
En San José del Cabo , junto con esculturas de Leonora Carrington y Manuel Felguérez , se resguardan más de mil 500 especies de cactáceas en peligro de extinción, traídas de todo el mundo . Este acervo forma parte del desarrollo turístico Puerto Los Cabos , cuyo diseño emula el centro ceremonial de la cultura huichola . Puedes explorarlo en bicicleta .
(Foto: Archivo El Universal)