Vivimos tiempos de calor y escasez de lluvias, por lo que el tema del agua es bastante alarmante.
El problema es tan grave que, según el Servicio Meteorológico de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), solo el 25.57% del territorio de México no presenta problemas de sequía.
Más allá de los datos serios y oficiales, te contaremos una leyenda sobre una profecía prehispánica del último lugar del mundo con agua.
El lugar en cuestión es el cenote Xcabachen, que se traduce literalmente como ‘pozo’. En realidad, no es un depósito de agua enorme, sino una pequeña caverna semiabierta, con tan solo un ínfimo ojo de agua en el fondo.
Dato histórico: cuando los españoles llegaron a la región, la entrada de este cenote fue testigo del "acto de fe" (quema de códices, documentos y esculturas mayas), ordenado por Fray Diego de Landa, con el fin de comenzar la evangelización de los pueblos mayas.
Su entrada está rodeada por una barda de piedra y un portón de aspecto antiguo. Hay una escalinata empinada que te llevará hasta el fondo de esta caverna, considerada sagrada para los mayas.
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El cenote Xcabachen es el protagonista de una antigua leyenda que cuenta que, hace mucho tiempo, en el pueblo vivía una hechicera con poderes de adivinación, concedidos por los dioses del Mayab.
Supuestamente predijo la llegada de los españoles, que grandes ‘animales’ (autos y aviones) trasladarían a los humanos por largas distancias y hasta una guerra por el agua.
La misma hechicera indicó que, cuando el mundo esté llegando a su fin y este recurso se agote, el cenote Xcabachen será el último lugar con agua en la Tierra.
La leyenda dice que, en el momento que eso suceda, una guardiana maya saldrá de la cueva con una serpiente en la mano (el dios Kukulkán) y demandará el sacrificio de seres inocentes, limpios de maldad, a manera de ofrenda y como alimento para este reptil.
Cuando el acto se consuma, la guardiana ofrecerá, por cada uno de esos seres, una cáscara de cocoyol con agua. Quien tenga la fortuna de mojar sus labios con ese líquido, jamás volverá a sentir sed.
El cenote Xcabachen se encuentra a un par de calles del centro histórico de Maní, uno de los pueblos mágicos de Yucatán.
En los alrededores, podrás ver muestras de arquitectura tradicional maya, con algunas casitas de estilo vernáculo, construidas con troncos, ramas y techos de palma, así como otras casonas que se remontan a la época de la Colonia, como la que ahora ocupa el Restaurante Los Frailes o el impresionante Exconvento de San Miguel Arcángel, construido a partir de 1549.
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Maní se ubica a poco más de una hora en auto desde Mérida.
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