Durante el invierno, Viena se transforma en una de las ciudades más pintorescas y alegres de Austria, no solo por la magia e iluminación que irradian sus calles, sino también porque en ellas reaparecen los mercadillos navideños , una tradición medieval que comenzó en 1298, cuando se dio la concesión a los ciudadanos vieneses para organizar un krippenmarkt o mercado decembrino.
Aunque con el paso de los siglos ha variado su dinámica, lo que no ha cambiado es esa esencia festiva que identifica al espíritu de la época y que se presta para compartir con quienes más queremos. Por eso, estos son cinco de los mercados más emblemáticos de la capital austriaca que vale toda la pena conocer.
Durante el último cuarto del siglo XVIII y hasta prácticamente mediados del siglo XIX, la Plaza Freyung alojó al que era reconocido como el más antiguo de los mercados de la ciudad. Desde hace 33 años este espacio del casco histórico ha recuperado su fama como uno de los más nostálgicos, concurridos y queridos por los vieneses, donde es posible encontrar manualidades, cocina típica de temporada y un interesante programa cultural con actividades para toda la familia. Su belén, catalogado como el más largo de Austria, es una réplica del de 1839, realizado por el pintor y dibujante Josef Ritter von Führich (weihnachten.altwiener-markt.at).
Foto: Cortesía OesterreichWerbung. Astrid Bartl
El estilo barroco de la antigua residencia de veraneo del príncipe Eugenio de Saboya es el escenario para la instalación de una pintoresca villa navideña ambientada con bandas de música tradicional y grupos corales. Además de adquirir alguna obra de arte o artesanía, probar el clásico ponche o las delicias culinarias locales, no hay que perder la oportunidad de dar un paseo por los jardines del palacio o entrar en la pinacoteca para admirar una de las pinturas más célebres de Gustav Klimt: El beso (weihnachtsmarkt.at).
Foto: Cortesía OesterreichWerbung. Harald Eisenberger
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Considerado uno de los mercados más extensos, tuvo distintas sedes antes de su emplazamiento actual que data de 1975. A lo largo de esta icónica plaza, se colocan decenas de puestos de artesanías y comida tradicional, una gran pista de patinaje en hielo, juegos mecánicos y belenes artísticos que este año tienen como temática la Natividad en Italia. En la Rathausplatz está el ayuntamiento. En cuyos portales hay talleres infantiles para cocinar galletas, decorar cajas de madera o confeccionar velas, además de conciertos los fines de semana (wienerweihnachtstraum.at).
Foto: Cortesía OesterreichWerbung. Harald Eisenberger
El patio de este majestuoso palacio Patrimonio de la Humanidad alberga un espectacular árbol de Navidad . Alrededor, se colocan más de 80 expositores locales y de países vecinos que venden desde miniaturas, joyería artesanal, cojines decorativos y figuras de pewter o porcelana hasta dulces, chocolates, pasteles y platillos caseros con acento gourmet. Este mercado se prolonga unos cuantos días después del año nuevo y en su programa de actividades culturales integra talleres para niños y adultos, y conciertos diarios a partir de las seis de la tarde (weihnachtsmarkt.co.at).
Foto: Cortesía OesterreichWerbung. Karl Thomas
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Después de un día de recorrido por el Distrito de los Museos, es buena opción acercarse hasta este renovado, bohemio y romántico suburbio del periodo Biedermeier, cuyo mercado navideño celebra este año su 25 aniversario con más de 150 expositores de artesanías y cocina internacional y un completa agenda de representaciones teatrales, conciertos y talleres para todo gusto y edad (spittelberg.at).
Foto: Cortesía Oesterreich-Werbung
Con información de Casa Batlló