Según estimados científicos citados por la Universidad de Yale, solo entre el 10% y 20% de las especies que habitan la Tierra ha sido formalmente descrito. En un esfuerzo por hallar al resto en un futuro cercano, fue creado un mapa que indica dónde podría haber animales que todavía no son descubiertos.
Hace algunos años, los investigadores de este proyecto habían desarrollado el “Mapa de la Vida”, una base de datos global que muestra la distribución de especies conocidas alrededor del mundo. Ahora quieren dedicar esfuerzos a las especies que falta por conocer.
El nuevo proyecto es una sección del “Mapa de la Vida”. En él, las zonas sombreadas en diferentes colores indican las regiones con mayor probabilidad de albergar nuevos mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Mientras la tonalidad es más oscura, significa que la región podría ser hogar de más especies desconocidas.
“Al ritmo actual del cambio climático global, sin duda muchas especies estarán extintas antes de que hayamos sabido de su existencia y tenido la oportunidad de considerar su destino”, dijo Walter Jetz, profesor que encabezó el proyecto.
Mario Moura, asociado de Jetz, afirmó que los investigadores solo se enfocan en las especies conocidas para buscar soluciones de conservación, por lo que los animales desconocidos quedan fuera de esta tarea importante. "Encontrar las piezas faltantes del rompecabezas de la biodiversidad de la Tierra es, por lo tanto, crucial para mejorar la conservación de la biodiversidad en todo el mundo", afirmó.
Foto: Captura
¿Cómo se hizo el mapa de especies desconocidas?
Tal vez al leer los párrafos anteriores te preguntaste de qué manera se puede predecir en qué parte del mundo hay animales sin descubrir. La clave para el estudio del Mapa de la Vida sin Descubrir fue replantearse una pregunta como “¿Cuántas especies sin descubrir existen?” y enfocarse en cuestiones como “dónde” y “qué”. Es decir, donde podría haber animales desconocidos y pertenecientes a qué clase del reino animal.
Durante la creación del mapa, Moura y Jetz utilizaron información que incluyó la locación, rango geográfico, fecha de descubrimiento y características biológicas de aproximadamente 32 mil vertebrados conocidos en la actualidad. Este análisis les permitió extrapolar dónde y qué tipo de especies podrían seguir sin identificar, además de predecir en qué regiones.
Por ejemplo, los mamíferos grandes con amplias áreas de distribución geográficas y cerca de lugares poblados posiblemente ya fueron descubiertos; un nuevo encuentro con un animal así sería raro. En cambio, las especies pequeñas y que habitan en zonas de distribución limitadas, además de regiones más inaccesibles, tienen mayor probabilidad de no haber sido detectadas aún.
Foto: Wikimedia Commons. Ariovaldo Giaretta
El descubrimiento no funciona igual con todos los animales. Mario Moura cita el caso del emú, ave nativa de Australia que fue encontrada desde 1790, poco después de que comenzaran formalmente las descripciones taxonómicas de especies en el mundo. Sin embargo, la elusiva y pequeña especie de rana Brachycephalus guarani se halló hasta 2012, lo cual sugiere que podría haber más anfibios así.
Según el mapa de las especies desconocidas, regiones como Sudamérica, África y el Sudeste Asiático son lugares con mayor probabilidad de encontrar reptiles y anfibios que el ser humano aún no conoce.
El sureste de México, en estados como Veracruz, Oaxaca y Chiapas, es la región nacional con mayor probabilidad de albergar nuevas especies de anfibios y aves, según el mapa. No obstante, gran parte de nuestro país tiene posibilidades de alojar reptiles que no conocemos todavía.
Puedes explorar el mapa en este sitio web.
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Por qué es importante este proyecto
En pleno siglo XXI las personas creerían que con las herramientas tecnológicas y el fácil acceso a la información sería más sencillo conocer todo lo que rodea al mundo y que además se tendría registro de ello.
Pero la gran biodiversidad que nos rodea y el difícil acceso a ciertas zonas de algunos países, sumado a la falta de investigaciones sobre este tema y el calentamiento global, ha dado como resultado el desconocimiento de miles de animales.
Según la revista de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, los primeros indicios de vida —las bacterias— aparecieron aproximadamente hace unos 350 millones de años.
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La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad relata en su artículo "¿Cuántas especies hay?" que en el mundo podrían existir 8.7 millones de especies vivas, de las cuales apenas se conoce el 1.5% del total.
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