Entre Quintana Roo y Yucatán , en el municipio de Tizimín, se extiende una tranquila playa de arena blanca. El Cuyo es un paraíso escondido que no está en el mapa de la mayoría de los viajeros que habitan fuera de la península de Yucatán. Su mar es de oleaje suave y de color azul turquesa, muy similar al del Caribe mexicano.
Esta hermosa playa poco concurrida se encuentra dentro del Parque Natural Ría Lagartos declarado por la Unesco Reserva de la Biósfera . Aunque es una zona protegida, hay zonas donde están permitidas las actividades de aventura y ecoturismo .
Manglares cuyos canales de agua cambian de color dependiendo de la época del año, una laguna roja y cientos de flamencos rosados son parte de este paisaje tropical único en México.
Foto: Cortesía Sefotur Yucatán
La playa recibe su nombre del puerto El Cuyo , un poblado pequeñito de casitas coloridas de madera, calles espolvoreadas de arena blanca que puedes recorrer a pie o a bordo de un carrito de golf, y paredes pintadas con murales que retratan la vida en esta región.
Si deseas pasar unos días en este destino, hay cabañas y hoteles muy pequeños.
Foto: Cortesía Sefotur Yucatán
Cada mañana los pobladores se levantan muy temprano para aprovechar la marea alta y salir a pescar en sus lanchas.
En El Cuyo se alza un faro. Debajo de este yace un tesoro prehispánico: unas ruinas mayas cubiertas por la naturaleza. Desde la cima del faro puedes obtener una panorámica de la playa. Para subir, hay que obtener un permiso especial; simplemente acércate a la comunidad y ellos te orientan. Su horario es de lunes a domingo, desde las 10 am hasta la 1 pm. La entrada no tiene costo pero se aplican algunas reglas y el tiempo de estancia es limitado.
Renta una bici para pasear por el pueblo y visitar los murales realizados por artistas locales.
Foto: Cortesía Sefotur Yucatán
La playa El Cuyo enamora a cualquier viajero que busca escenarios naturales, rústicos y solitarios. Sus tranquilas aguas de color azul turquesa en pleno golfo de México , son ideales para nadar en ellas. Este destino te invita a tomar el sol y a relajarte. Entre blanca arena todavía puedes hallar pequeñas conchas marinas y caracolas.
De enero a septiembre, en El Cuyo , se pueden contemplar flamencos rosados . Las tortugas marinas desovan en esta playa durante junio y agosto. Además, todo el año el cielo se llena de más de 250 especies de aves.
Novatos o experimentados podrán practicar kitesurf . Si nunca has practicado esta actividad, podrás tomar alguna lección. La fuerza del viento en el último rincón de Yucatán , propicia las condiciones favorables para hacerlo: te subes a una tabla, sujetas un manubrio que se conecta al cometa o kite , y ahí empieza la diversión: deslizarse a toda velocidad en el agua.
Otra de las actividades que se ofrecen en esta playa es el paddle board . Aquí la fuerza de tus piernas, abdomen y tu equilibrio serán tus mejores aliados para poder remar de pie sobre una tabla.
Foto: Cortesía Sefotur Yucatán
El kayak en el mar no requiere de experiencia y es mucho más relajado. Puedes alquilarlo para una o dos personas.
Junto a la playa, se extiende Ría Lagartos. La arena blanca es reemplazada por palmeras, ceibas (el árbol sagrado de los mayas) y manglares.
En esta reserva se formó una laguna roja, misma que separa a Yucatán de Quintana Roo. Su color se debe a las grandes cantidades de sal que concentra. No hay otro lugar en México donde el paisaje combine la tonalidad rojiza de este cuerpo de agua, el verde de la selva, el azul turquesa del mar y el color rosado las lagunas salobres de Las Coloradas, muy cerca de El Cuyo.
Foto: Cortesía Sefotur Yucatán
La comida típica de lA playa El Cuyo son los mariscos y los pescados frescos. Pero, los antojitos yucatecos como la cochinita pibil, los tamales horneados y la sopa de lima también triunfan en los restaurantes populares cerca de la playa.
Tu vista a playa El Cuyo no está completa hasta que visites El Chile Gordo, el restaurante del chef Oscar Flores. Sus platillos enaltecen la cocina yucateca y de otras regiones de México. Cada detalle, desde la comida hasta la decoración, es muy cuidado. Abundan las formas orgánicas y todo es un tributo a los orígenes del pueblo.
Este lugar tiene una extensión de 80 kilómetros, el cual abarca tres municipios de Yucatán: San Felipe, Río Lagartos y una parte de Tizimín. Ría Lagartos fue declarada Reserva de la Biósfera en 1979 por la abundancia de aves, cocodrilos y otras especies de animales que viven en esa zona.
Si estás buscando relajación y naturaleza este sitio es perfecto. Contrata los servicios de una embarcación para recorrer los manglares. De todas las aves que puedes observar aquí, el flamenco rosado se lleva los reflectores. Se dice que esta ría ha recibido a más de 20 mi ejemplares en un año.
Foto: David Peña. Unsplash
A ocho kilómetros de l a Reserva de la Biósfera Ría Lagartos , está el puerto pesquero de San Felipe con tradiciones muy arraigadas. La comida por excelencia son los pescados y mariscos. Desde ahí, puedes hacer un paseo en lancha hacia isla Cerritos, una diminuta isla del golfo de México ocupada por comerciantes mayas, quienes le agregaron 120 metros cuadrados de terreno (al estilo chinampa). Es posible bajar y hacer una caminata. Además de los vestigios mayas podrás hacer avistamiento de aves. Se cree que esta isla formaba parte de una importante ruta comercial hacia Chichén Itzá.
Playa Cancunito o Cancuncito es calificada por muchos como una de las playas vírgenes más bonitas de Yucatán. También se localiza en el municipio de Río de Lagartos, a 30 minutos de El Cuyo. Su arena blanca es suave, el oleaje es tranquilo y sus aguas también son cristalinas, como si estuvieras en pleno Caribe mexicano. No hay tiendas, hoteles o restaurantes para así conservar su entorno natural. Puedes visitarla, nadar en el mar, llevar sombrilla y comida. Sin embargo, es obligatorio que no dejes ni un rastro de basura y que uses cubrebocas.