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#ElViajeQueNoFue
Karen Arroyo pasó un par de meses muy estresantes planeando su viaje romántico por Europa , pues el tiempo disponible era muy ajustado para ella y su novio. Pero, justo cuando las vacaciones parecían a punto de realizarse, el coronavirus se extendió por el mundo y fue imposible hacer el viaje .
Ella es solo una entre los miles de viajeros que, tan solo aquí en México, han visto sus planes frustrados por la pandemia . Karen nos contó su historia por medio de redes sociales, y a continuación te la presentamos.
Karen trabaja en una agencia de viajes y a veces asiste a cursos donde llevan a cabo rifas; en una de ellas, a principios de 2019 se ganó una cortesía que incluía un circuito de 15 días por Europa , en los destinos que ella eligiera, y un descuento del 50% para un acompañante. Junto con su novio, eligió septiembre de 2020 como su fecha ideal para viajar. Sería el primer viaje de ambos al extranjero, además de una celebración de aniversario.
El problema es que la pareja no revisó bien la vigencia del regalo. “Lo dejé a la desidia y, confiando en que aún faltaba, en enero de 2020 empiezo a reunir los documentos que necesitaba para hacer válido el certificado de descuento. Cuando lo leo, me doy cuenta de que vencía a finales de marzo. No lo podía creer y a la vez sentí culpa, porque me confié muchísimo”, cuenta Karen.
Para no perder el viaje decidieron irse en marzo de este año, sabiendo que disfrutarían menos días de vacaciones (sería más difícil pedirlos en esa época del año). Sin embargo, Karen consiguió vuelos que coincidían con un puente, por lo que su travesía quedaba de nuevo intacta y el problema estaba resuelto.
Todo iba quedando perfecto: escogieron fecha, tenían las vacaciones autorizadas y su circuito romántico incluía Roma, París y Londres. Ella apartó los vuelos, pero “cuando salgo del trabajo recibo una llamada de mi novio, un poco preocupado, y me dice: ‘No podremos salir de viaje, me acaban de llamar de una empresa y quieren contratarme’. ¡No lo podía creer!”. El novio de Karen propuso que ella viajara con alguien más, pero ni ese era el plan original y ¿quién se uniría con apenas un mes de anticipación?
Karen ya había considerado invitar a su cuñada para que el viaje no se perdiera, pero poco después su novio decidió no aceptar la oferta de trabajo y el problema se resolvió de nuevo. Una vez más, todo parecía perfecto.
Pero todavía faltaba un problema, y ante él había muy poco qué hacer: el coronavirus . Apenas 15 días antes de partir, la Covid-19 llegó a Italia. “Yo decía, ¿es el destino, casualidad, suerte, qué está pasando? Si no nos pasa una, nos pasa otra cosa”, dice Karen. Aun así lograron mover su itinerario.
En ese periodo de tiempo todavía era posible hacer viajes internacionales no esenciales. La pareja consultó con doctores si era viable irse de vacaciones evitando Italia, y les dijeron que la condición era tener cuidado al regreso. Algunos lugares, como el Museo de Louvre, ya estaban cerrando, pero el plan siguió.
“Ya teníamos todo listo, saldríamos el viernes por la noche. El jueves despierto y veo las noticias: ‘París cerrará fronteras’. ¿Qué? ¿Es una broma?”.
De esta manera la pareja perdió definitivamente el viaje, a un día de conocer Europa . Aun así, al menos tuvieron la satisfacción de haber hecho todo lo posible por cumplir ese sueño. Pudieron recuperar el dinero de un vuelo, el otro quedó abierto para reprogramar y todavía están organizándose con el operador del viaje para hacer válido el descuento. “Aunque debo confesar que me siento un poco salada”, dice Karen.
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SMGH
