Junto a los perros, los gatos son los animales domésticos más populares y queridos alrededor del mundo, por lo que no resulta raro que la ‘michimanía’ sea responsable de motivar a crear y experiencias enfocados en estos felinos.

Hoy se celebra el, por lo que, si eres un michilover (o no), te invitamos a hacer un viaje para descubrir sitios curiosos donde los gatitos son los protagonistas.

Templo Gotokuji, Japón

Todo el mundo ha visto una figurita de un ‘michi’ que mueve su patita, como si estuviera saludando. Se trata del maneki-neko o el gato de la suerte, cuyo origen se remonta a una leyenda en el Templo Gotokuji, en Japón.

Foto: Unsplash
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Al oeste de Tokio, este santuario budista fue construido en el siglo XVII y se dice que fue habitado por un monje muy pobre que compartía su escasa comida con su única compañía: una gatita.

Un día de tormenta, un señor feudal pasaba por el templo, por lo que buscó refugio bajo un árbol. Desde ahí, observó una gata que levantaba una de sus patitas y hacía ‘señas’ para que se acercara. El hombre, sorprendido, caminó en dirección al felino, y justo en ese momento cayó un rayo en el árbol.

En agradecimiento por haberle salvado la vida, el hombre donó campos de arroz, tierras de cultivo, reparó el templo y le dio prosperidad. A partir de ahí, nació esta figura gatuna tan icónica que, según las creencias, atrae bienestar y dinero.

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Hay varias pagodas, incluida una de 3 pisos de madera, original de la época. Hay miles de figuritas de gatitos dejados como ofrenda por los visitantes, haciendo de este espacio un spot instagrameable.

En su cementerio existe una área dedicada exclusivamente a entierros de ‘michis’.

Isla Tashirojima, Japón

Continuamos en el país del sol naciente, pero ahora nos alejamos de la mega urbe de Tokio para visitar la costa este de Japón: la pequeña Isla Tashirojima, en la Prefectura de Miyagi.

Según estimaciones, hay tan solo 60 personas residentes en la isla por más de 100 gatos semisalvajes. No por nada se le llama la ‘isla de los gatos’, cuya llegada al sitio se remonta al siglo XVII, cuando Tashirojima era un importante centro productor de seda.

Foto: Unsplash
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En algún momento, los ratones invadieron la isla y se comieron los gusanos de seda, poniendo a la industria en riesgo. Por ese motivo, el shogunato decretó que los gatos debían estar en total libertad, con el fin de que cazaran a los roedores. Este hecho efectivamente sucedió y, desde ese momento, los gatos se apoderaron de Tashirojima.

Actualmente merodean por toda la isla, particularmente en sus 2 pueblos: Odomori y Nitoda. También tienen un santuario llamado Nekokamisama y, en la Isla del Manga, hasta hay un campamento con temática de gatitos y manga japonés.

Museo del Gato, Malasia

Hay una ciudad dedicada a los gatos, lleva por nombre Kuching (que se traduce como gato del malayo) y está en la exuberante isla de Borneo, en Malasia, país asiático donde también se considera al felino como símbolo de prosperidad.

Los gatos no solo están presentes en su escudo de armas, también por toda la ciudad, representados en estatuas y monumentos en las principales áreas públicas.

Y, que esto no te sorprenda, la ciudad les dedicó un Museo del Gato, dividido en 4 salas que exponen más de 4,000 objetos.

Foto: Facebook "Dewan Bandaraya Kuching Utara (DBKU)"
Foto: Facebook "Dewan Bandaraya Kuching Utara (DBKU)"

Entre esculturas, arte, pinturas e infografías, se da un recorrido histórico sobre la historia de los gatos, su importancia en culturas asiáticas y occidentales; sus leyendas; las especies que habitan Borneo y Malasia; pero también incluye los más icónicos, como Garfield.

Algunas de sus atracciones más llamativas son un gato momificado procedente de Egipto (de los años 3000 a 3500 a.C.) y un gato de Borneo disecado, una de las especies más exóticas y poco comunes.

El costo de entrada al museo es de 10 ringgits malayos (unos $43 pesos mexicanos).

Museo Gabinete de los Gatos, Ámsterdam

Llegamos a Ámsterdam, la cosmopolita capital de los Países Bajos. Sin duda, esta ciudad fue y aún sigue siendo un centro artístico muy importante, con museos imperdibles, como el Rijksmuseum o el Van Gogh.

Pero si tú eres un ‘michilover’, debes saber que existe un museo con temática de gatos. Se llama KattenKabinet (Gabinete de los Gatos) y fue fundado en 1990 por Bob Meijer en memoria de su querido gato Morgan.

Foto: Facebook "Cat Cabinet"
Foto: Facebook "Cat Cabinet"

Se encuentra dentro de una casa de 1667 y se divide en 5 salas que exponen principalmente pinturas, dibujos y esculturas que detallan el papel de los gatos en el arte. Se exhiben obras de renombrados artistas, como Pablo Picasso y Rembrandt.

Y, ¿qué crees? En el museo habitan algunos gatitos con los que podrás interactuar.

La entrada tiene un costo de 7.50 euros ($158 pesos) por persona. kattenkabinet.nl/en/

Tour de gatos en Reikiavik

Reikiavik es la capital y ciudad más poblada de Islandia, un pequeño país insular nórdico, que destaca por sus paisajes nevados, con glaciares, montañas, fiordos y cascadas.

Esta nación también ha sido hogar de gatos desde tiempos inmemoriales. Prueba de ello es la antigua leyenda del gato Yule, quien merodea por el país y se come a toda aquella persona que no haya recibido ropa nueva en la víspera de Navidad.

Foto: Viator
Foto: Viator

Se cuenta que, prácticamente, todas las casas de Reikiavik tienen al menos un ‘michi’ y, con motivo del legendario Yule, todos deben ser tratados con respeto y mucho cariño.

Siguiendo esa tradición felina, la página web Viator ofrece un tour por la ciudad con temática gatuna. Mientras el guía cuenta los mitos, leyendas e historias de los gatos en Islandia, haces paradas en puntos emblemáticos, como la plaza Ingólfur, el lago Tjornin, la iglesia Hallgrimskirkja, el Museo de Arte y Escultura Einar Jonsson y finalmente el cat café Kattakaffihúsið, donde además podrás convivir con gatitos.

Tiene un costo de $1,064 pesos por persona. viator.com/es-ES/

Algonquin Hotel, Nueva York

A unos pasos de Times Square y la Quinta Avenida de Nueva York, se encuentra el lujoso e histórico Hotel Algonquin, que abrió sus puertas en el lejano 1902 y, desde aquellos tiempos, ha sido un ‘santuario’ y lugar de tertulias entre artistas y escritores, tales como Dorothy Parker, Robert Benchley y Alexander Woollcott.

No obstante, el ambiente bohemio, elegante y sofisticado del Algonquin no es lo que más llama la atención, sino que este hotel ha sido hogar de gatitos desde los años 20, cuando Frank Case —el dueño del establecimiento en ese entonces— adoptó a Billy, un ‘michi’ callejero que se ganó el cariño de los huéspedes y de los trabajadores.

Foto: The Algonquin Hotel
Foto: The Algonquin Hotel

Ahí comenzó la ‘tradición’ de contar con estos felinos en el hotel, los cuales pasean libremente por la recepción, los salones y los pasillos. Incluso, se les festeja su cumpleaños, los cepillan a diario y hay un equipo especial que se encarga de ellos.

Por cierto: si son machos, llevan el nombre de Hamlet, debido a que el actor John Barrymore ‘bautizó’ así a un gatito cuando fue huésped del hotel. Si son hembras, se les llama Matilda, aunque no se sabe el origen específico de este nombre.

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Heladería Garros, CDMX

¿Qué tal te caería un heladito artesanal o un chocolate calientito mientras acaricias un gatito y escuchas su ronroneo? Lánzate a Heladería y Chocolatería Garros, un coqueto espacio en la CDMX, cuya inspiración principal son los gatos.

En Garros elaboran postres de autor utilizando únicamente insumos naturales como especias, semillas y raíces milenarias… todo a través de procesos artesanales.

Foto: Facebook "Heladería y Chocolatería Garros #deligatessen"
Foto: Facebook "Heladería y Chocolatería Garros #deligatessen"

Prueba sus helados de cacao, almendra , canela, mazapán de cacahuate, pepino, limón o perejil. Por supuesto, tampoco dejes de acariciar los ‘michis’ que viven en Garros y, si lo deseas, puedes llevar al tuyo para convivir.

Se encuentran en calle Chihuahua 131-1, Colonia Roma Norte, muy cerca de la Plaza Luis Cabrera y la Avenida Álvaro Obregón.

Hotel Sofitel, CDMX

Finalizamos el paseo en CDMX y es que, si buscas un lugar coqueto para descansar y hospedarte junto a tu gatito, el Sofitel Mexico City Reforma es una gran opción.

Este moderno edificio que conservó la fachada de una casona de los años 30, ofrece una de las mejores vistas de la ciudad en cualquiera de sus lujosas habitaciones, además de deliciosa gastronomía en sus restaurantes Bajel, Balta y en su increíble terraza Cityzen Rooftop.

Foto: Sofitel Mexico City Reforma
Foto: Sofitel Mexico City Reforma

El hotel de lujo ofrece un plan de estancia perfecto para las mascotas, pues no solo es dog friendly, también es cat friendly. La estancia junto a tu gato incluye bienvenida especial, una camita, platos para comida y agua, galletitas, una experiencia gourmet y servicio personalizado.

Las tarifas inician desde los 40 dólares ($770 pesos) por mascota y es importante mencionar que es independiente al costo de la habitación. sofitel-mexico-city.com/es/

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