La tradición del nacimiento o belén comenzó en 1223, gracias a San Francisco de Asís. Luego de un viaje a Belén pidió permiso a las autoridades religiosas para hacer una representación en un gruta de la región de Lazio, en Italia, de acuerdo con datos del Museo del Nacimiento, en San Juan del Río, Querétaro.
“Instaló un pesebre viviente para recordarle al pueblo el momento y la forma en la que había nacido Jesús : en un pesebre en medio de animales y en aquellas condiciones de pobreza. La noche de Navidad sorprendió a todos los habitantes del lugar al subir a la montaña alumbrada con antorchas y descubrir ese espectáculo”, se lee en el recinto en el que se pueden apreciar diversas representaciones de nacimientos de México y del mundo.
“La costumbre de los ‘belenes’ tiene que ver con un cambio de perspectiva. Anteriormente se ponía más énfasis en la muerte y resurrección de Cristo (...). Después se pasó a celebrar la natividad de Cristo. En el año 1000 —que se esperaba la llegada del Mesías— se cumplieron mil años del nacimiento de Cristo y, en 1033, de su muerte y resurrección”, explica Cossette Galindo Ayala, doctora en Ciencias de las Religiones, de la Universidad Iberoamericana.
La estudiosa destaca que la fecha elegida para el nacimiento de Jesús fue el 25 de diciembre porque coincide con el solsticio de invierno, que simboliza la muerte del tiempo estéril para la tierra; mientras que el nacimiento simboliza el reverdecimiento.
A partir del siglo XIV, los belenes fueron una herramienta de evangelización. Después, se crearon figuras que eran puestas en templos católicos y conventos italianos. Más adelante, la tradición se extendió por Europa.
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De acuerdo con la información del museo, en México el belén llegó junto con los españoles. Los frailes utilizaron las costumbres navideñas para facilitar la evangelización de los indígenas, y así se fusionaron ambas culturas.
“Se cree que en México la costumbre de hacer figuras para el pesebre data del año 1594, cuando las religiosas del monasterio de la Encarnación comenzaron a modelar figuras en cera. Al paso de los años, los mismos nativos artesanos comenzaron a elaborar piezas para el nacimiento de distintos materiales, lo cual se sigue haciendo, destacando las piezas artesanales de Tzintzuntzan, en Michoacán; Metepec, en el Estado de México; Ameyaltepec y Tulimán, en Guerrero, y Tlaquepaque, en Jalisco”, señala.
En México cada región imprime su sello característico en el nacimiento , que significa una de las influencias populares más relevantes de la religión católica.
Estos son cinco de los nacimientos más impresionantes alrededor del mundo...
1. Plaza de San Pedro en El Vaticano. Año con año, el pesebre cambia y casi siempre es donado por alguna ciudad italiana, incluso por otro país. En 2020 fue controversial: entre las piezas se encontraba un astronauta.
Las figuras de cerámica, superiores al tamaño natural, procedían de la localidad de Castelli y fueron realizadas entre 1965 y 1975 por alumnos del actual Instituto Estatal de Diseño. Su tarea era una actividad navideña en la que incluyeran personajes de coyuntura.
Para este 2021 llega un nacimiento desde la comunidad andina de Chopcca, en Perú. Consta de 30 piezas elaboradas por artistas reconocidos de Huancavelica.
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2. Nápoles, Italia. Es uno de los lugares donde los nacimientos son toda una tradición . Su historia se remonta a principios del siglo XVII, cuando la nobleza comenzó a decorar sus hogares con representaciones del Niño acostado en el pesebre, una práctica que solo se hacía en templos y conventos.
La calle de San Gregorio Armeno se distingue por sus más de 50 tiendas dedicadas a la venta de figuras y los talleres de artesanos. Además de la Virgen María, José, el Niño Jesús y los Reyes Magos, también incluyen a las celebridades del momento.
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3. Cinco Tierras, en la Riviera Italiana. Uno de los belenes más grandes del mundo se instaló en Cinco Tierras. De tamaño natural, se inauguró el 8 de diciembre, con un espectáculo de luces.
El nacimiento fue creado por Mario Andreoli, empleado jubilado de la empresa de ferrocarriles, quien desde 1976 se dedicó a la realización de una obra única en su género y luego de 30 años está a punto de cubrir toda la colina donde lo coloca. En 2007 entró al libro de los récords Guinness por ser el nacimiento más grande del momento. Está hecho con figuras iluminadas.
Para montarlo se requieren más de ocho kilómetros de cable eléctrico, 17 mil focos y más de 300 figuras de tamaño natural. En 2020 se añadió una figura para honrar a todo el personal médico y de enfermería.
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4. Trebechovice, en República Checa. El Belén de Trebechovice, también conocido como Belén de Probost, es una pieza mecánica totalmente tallada en madera de finales del siglo XIX. La obra de Josef Probost, Josef Kapucián y Josef Friml fue declarada monumento cultural nacional en 1999.
Mide siete metros de largo, tres metros de profundidad y cerca de dos metros de altura, y forma parte de la colección del Museo de los belenes de Trebechovice.
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5. Estadio Azteca, en Ciudad de México. En 2011 se montó un nacimiento afuera del estadio. Sus 18 mil metros cuadrados le valieron la entrada al libro de los Record Guinness con dos marcas: la del Nacimiento Más Grande del Mundo y el de mayor cantidad de figuras. Había más de cinco mil piezas distribuidas en 57 escenas instaladas en 70 días.
Además de la clásica escena, se añadieron calles texturizadas con arena, rocas y hasta un espejo de agua simulando un oasis con palmeras. Las figuras eran de tamaño real y algunas tenían movimiento.
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