Primeros confinados, primeros en buscar soluciones, los chinos mostraron antes que nadie lo que puede el mundo virtual en tiempos de acuartelamientos sanitarios. El coronavirus irrumpió en plenos preparativos de los festejos de su Año Nuevo lunar, que provoca las mayores migraciones del planeta dentro de China, y este año muchos optaron de manera satírica por viajes "caseros"... o, mejor dicho, dentro de la casa. Publicaron en las redes videos de visitas guiadas de sus viviendas, con fuentes termales incluidas (es decir: la bañera...).
Entre miles de otros ejemplos inventivos, sarcásticos y divertidos, fueron los pioneros de lo que quedará seguramente en la historia como la Gran Cuarentena de 2020. Hasta organizaron fiestas compartidas virtualmente vía redes sociales y las webcams o los celulares y actividades de todo tipo. ¿Los más movidos? Clases de bailes "grupales", pero con cada uno dentro de su casa.
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Las videos dieron la vuelta al mundo apenas se dictaron las primeras medidas de confinamiento en Italia . El virus mantuvo a los italianos en sus casas pero no pudo vencer su proverbial sociabilidad y alegría y, durante las primeras noches, aparecieron las fiestas públicas, compartidas de balcones a terrazas. Primero fue en Torino, una de las ciudades más afectadas, como el resto del norte de la península. Y la moda prendió en el resto del país muy rápidamente.
Estos raves público-caseros, por llamarlas de algún modo, mezclan los géneros y estilos musicales, desde el himno nacional (Fratelli d'Italia o Il Canto degli Italiani) hasta la Macarena o éxitos ochenteros. Los DJ instalan sus parlantes y consolas sobre los balcones, animando las veladas de sus vecinos en los barrios de las ciudades italianas. Aunque Italia sea por el momento el segundo país donde el virus ha sido más letal luego de Estados Unidos, no se podrá decir que los italianos no lucharon contra la adversidad con las mejores armas: buen humor y ganas de sociabilizar a pesar de todo. O como dirían allá, buon viso a cattivo gioco .
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En muchas partes del mundo la música se sumó a la lucha contra el encierro y la cuarentena. En España lo hicieron a lo grande y organizaron un Cuarentena Fest, un verdadero festival con unas 50 bandas que dan conciertos gratuitos desde las casas de sus músicos. Las transmisiones se hacen por medio de Youtube, Tumblr y los canales de los propios artistas. Hay cuatro cada día con la participación de muchos artistas unde r españoles -y también algunos argentinos- como Carlota, Papá Topo, El Petit de Cal Eril, Cuchillas, Lashormigas, Pixel de Stael, Valdivia, The Crab Apple, según anunciado por los propios organizadores de este festival de la era 3.0.
La idea fue adoptada por muchos otros músicos y algunas glorias del rock ibérico de las décadas pasadas hicieron presentaciones en vivo: entre ellos José Luis Moro, el alma pater de "Un Pingüino en Mi Ascensor", que se presentó hace unos días con canciones referidas a temas apocalípticos y trágicos (o mejor dicho, tragicómicos, cuando se trata de aquel pingüino). El concierto quedó en Youtube, al igual que los aplausos-comentarios.
En Alsacia (la región de Estrasburgo, fronteriza con Alemania, uno de los epicentros de la pandemia en Europa) se organiza un After Corona y las redes sociales están llenas de convocatorias para grandes fiestas de fin de epidemia. Con prudencia, se preparan para el mes de junio, unos días antes de la llegada del verano europeo.
Con mucha anticipación pero a lo grande: los preparativos involucran a asociaciones locales, municipios, fabricantes de cervezas artesanales y todo tipo de proveedores. Decenas de miles de personas siguen de cerca esta movida en las redes. Las fiestas poscuarentena serán quizás tan grandes como los "apéros" públicos que se vienen convocando espontáneamente desde hace unos años. En cuanto a la música, ¡ya está! El DJ Laurent Garnier puso en las redes una mixtape Cloud-Rave de 7 horas.
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La cuarentena no quita las ganas de divertirse. También es un buen momento para la autoformación y uno de los principales medios de Québec incentiva a sus lectores a apagar sus televisores, dejar de lado sus celulares y aprovechar el tiempo libre para salir del confinamiento dentro de unas semanas con nuevos horizontes en la cabeza. Cocina, Do it Yourself , transformación de su casa en un spa, redacción de un diario de cuarentena... Sobrará tiempo y abundan ideas para poder aprovecharlo.
La cuarentena es un buen momento para apoyar a las editoriales nacionales descubriendo nuevos autores o haciendo maratones de lectura. Es ideal para la autoformación gracias al universo infinito de las páginas web o de los podcasts (allá los llaman balados ): repensar una decoración, manualidades, retomar un curso o una formación a la distancia. La cuarentena es un buen momento para hacer una introspección a lo Marie Kondo y reorganizar la casa hasta en el estante más chiquito. Y qué tal de aprender un nuevo idioma... En internet las propuestas abundan, desde los clásicos (francés, inglés, alemán) hasta otros más exóticos (holandés, sueco, coreano, vietnamita, vasco).
Que el fin de la cuarentena nos encuentre con buena salud y con la cabeza más llena.
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