El eclipse solar total de abril próximo no será el único evento astronómico que podremos apreciar desde la Tierra en este año, pues muy pronto podrá avistarse el Cometa Diablo, un cuerpo celeste que solo es visible en nuestro planeta cada 71 años.
Alista los binoculares o el telescopio porque, como ves, este cometa no suele presentarse muy seguido. Te contamos cómo es, cuándo y algunos destinos recomendados en México para verlo.
La NASA define a los cometas como “restos congelados de la formación del sistema solar compuestos de polvo, rocas y hielo que orbitan alrededor del Sol”.
Regularmente, al estar a bajas temperaturas, pueden tener el tamaño de un pueblo pequeño, pero conforme se acerca al Sol, “se calienta y arroja polvo y gases en una cabeza gigante y brillante, más grande que la mayoría de los planetas”. Esta “cola” se llama coma y puede medir millones de kilómetros.
Durante esta trayectoria, se producen los llamados ‘estallidos’, que puede traducirse a liberaciones repentinas de materia. Cuando esto sucede, los cometas brillan aún más.
En la actualidad, la misma organización declara que existen unos 3,910 cometas conocidos.
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Uno de ellos es el Cometa 12P/Pons-Brooks, también conocido por su apodo ‘Cometa Diablo’, debido a que después de haber tenido un estallido, se le formaron un par de cuernos.
Este cuerpo celeste fue descubierto en el año 1812 por Jean-Louis Pons en Marsella, Francia y redescubierto en 1883 en Nueva York por William Robert Brooks. De ambos personajes viene su nombre.
Es muy grande, pues algunos cálculos arrojan que su núcleo mide unos 35 kilómetros. Tan solo imagina: la mayoría de cometas que pueden observarse tienen un tamaño de 1 a 5 kilómetros.
De acuerdo al sitio especializado Cometografía, está clasificado como un cometa tipo Halley, aquellos cuya órbita solar está entre los 20 y 200 años, pudiendo observarse 1 o 2 veces en la vida.
En el caso del Cometa Diablo, orbita nuestro Sol una vez cada 71 años, aproximadamente.
Desde julio pasado, el cometa ha experimentado varios estallidos, lo que ha provocado que adquiera mayor brillo y su avistamiento sea cada vez más notorio.
En estos días ya es posible verlo en los cielos nocturnos del Cono Norte (particularmente en América), siempre y cuando se utilicen herramientas como telescopios o binoculares.
Conforme se acerque al perihelio (el momento en que esté más cerca del Sol), hay más posibilidades de verlo, incluso a simple vista. Esto sucederá el próximo 21 de abril, aunque podrá avistarse desde antes y un poco después de esta fecha, en un rango del 14 al 30 de abril, según el Doctor René Ortega Minakata, del Instituto de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM.
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Ortega Minakata recomienda acudir a zonas donde no exista tanta contaminación lumínica, pues señala que los cometas son difíciles de encontrar, ya que no es una luz que se concentre en un punto, sino una estela extendida.
Fuera de las grandes ciudades y en medio de la naturaleza es una la mejor opción para ver este cometa. Para ello, la NASA dice que se debe mirar hacia el noroeste, particularmente al finalizar el atardecer, a una altitud de 62° sobre el horizonte.
Hay un par de lugares recomendados: el primero es el geositio Peña del Aire, en Hidalgo, que desde hace unos años busca convertirse en Parque de Cielo Oscuro, por ser uno de los mejores sitios para contemplar el cielo nocturno, ya que está “protegido” por la Sierra de Pachuca y la Reserva de la Biósfera Barranca de Metztitlán, por lo que la contaminación lumínica es baja. Este lugar (cerca del pueblo mágico Huasca de Ocampo), ofrece columpios extremos, noches de campamento, tirolesa y otras actividades.
El otro es el Parque Ecológico Joya-La Barreta, entre la ciudad de Querétaro y San Miguel de Allende. Reconocido como Parque Urbano para Cielos Oscuros por la asociación DarkSky International. Es un parque enfocado en el astroturismo y ofrece campamentos, rutas de ciclismo y muchas actividades en la naturaleza.
Eso sí, el cometa también podrá verse durante el eclipse solar total del próximo 8 de abril. Si deseas “juntar” la experiencia de ambos fenómenos astronómicos, los mejores destinos del país (e incluso del mundo) para verlos serán: Mazatlán, Nazas, Durango, Cuatro Ciénegas, Torreón y Monclova.
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