El solsticio de invierno es un fenómeno astronómico que marca el inicio del invierno en el Hemisferio Norte y el inicio del verano en el Hemisferio Sur. Durante este evento, el Sol alcanza su posición más baja en el cielo al mediodía, lo que produce el día más corto y la noche más larga del año.
En Destinos te contamos por qué ocurre este fenómeno, cuándo sucederá y cómo se vive este día en diversas culturas alrededor del mundo.
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¿Por qué sucede el solsticio de invierno?
De acuerdo con Ciencia UNAM, este fenómeno ocurre debido a que el eje de la Tierra tiene una inclinación de 23.5 grados y, durante el invierno, en el Hemisferio Norte, esta mitad está inclinada hacia el lado opuesto del Sol, lo que deja al Polo Norte prácticamente en total oscuridad. Lo anterior se traduce en días más cortos para esta mitad del planeta.
Por otra parte, en el Hemisferio Sur ocurre el solsticio de verano, ya que este lado queda de cara hacia el Sol, dando paso a días más largos, aunque en el Ecuador no hay tantos cambios significativos en las horas de luz del día.
¿Cuándo será el día más corto del año?
En México, el solsticio de invierno ocurrirá el sábado 21 de diciembre de 2024, a las 03:20 horas, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
El solsticio tiene una gran relevancia cultural e histórica, y en México se han documentado prácticas ancestrales que giran en torno a la observación del cielo y los cambios estacionales, como las celebraciones y rituales de los mayas, aztecas, entre otros pueblos, quienes entendían el impacto de estos ciclos en la naturaleza y la agricultura.
¿Qué impacto tiene el solsticio de invierno en las culturas del mundo?
Ciencia UNAM informa que, desde tiempos antiguos, muchas culturas ya identificaban el solsticio de invierno y construían edificaciones alineadas con este fenómeno para marcar el inicio del ciclo anual de la Tierra.
Ejemplos notables son los templos, como el del “dios descendente” en Tulum, y el edificio conocido como “El Caracol” o “El Observatorio” en Chichén Itzá. Estas estructuras están diseñadas de tal forma que, durante el solsticio, la luz del Sol se alinea o penetra por puntos específicos de las construcciones.
En diversas culturas alrededor del mundo, el solsticio de invierno ha sido celebrado durante siglos como un momento de renovación y esperanza. En China, el festival Dōngzhì reúne a las familias con comidas especiales para enfrentar el frío. En Irán, la noche de Yalda celebra la victoria de la luz sobre la oscuridad con frutas, nueces y poesía.
En la Grecia antigua, las festividades dedicadas a Poseidón eran desenfrenadas y posteriormente influyeron en la Saturnalia romana, que honraba a Saturno con días de banquetes y libertades.
En la Europa medieval, el solsticio era un momento para celebrar con hogueras y banquetes tras la cosecha. En la Escandinavia precristiana, el festival de Juul celebraba el renacer del Sol con el tradicional “tronco de Yule”, una costumbre que se extendió a otros países y dejó huella en la actual Navidad.
Si algo tienen en común todas estas tradiciones y festividades es el significado de renovación que nos recuerda nuestra conexión con los ciclos de la naturaleza. Ya sea en rituales, festivales o reuniones familiares, el espíritu de estas celebraciones sigue vigente, invitándonos a reflexionar, compartir y celebrar la continuidad de la vida.
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