México vio florecer a muchas culturas prehispánicas. Sus zonas arqueológicas, distribuidas a lo largo y ancho del país., son un testimonio de su existencia y genialidad.
No hay duda, nuestros antepasados fueron grandes constructores y artistas. Visitar sus ciudades, palacios y templos siempre brinda una experiencia de asombro.
Hay que aclarar que en México no existen pirámides como tal (aunque popularmente sean nombradas así), pues estas terminan en punta. Las estructuras de nuestro país son basamentos piramidales, una serie de cuerpos escalonados que, en su mayoría, tienen uno o varios templos en su parte más alta.
Entendiendo esto, hagamos un recorrido para conocer cuáles son las 5 'pirámides' más altas de México.
Comenzamos este top 5 a una hora de distancia de la CDMX, en el Estado de México, en la zona arqueológica de Teotihuacán, ciudad construida entre los siglos I y III d.C. Fue un importante centro religioso y poblacional, llegando a albergar hasta 100,000 personas en su máximo esplendor. Fue catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997.
Una de sus estructuras más reconocibles es la Pirámide de la Luna, en el extremo norte. Mide 45 metros de altura y estuvo dedicada a la diosa de la vida, relacionada con el agua y la Luna.
Se dice que su forma puede emular al Cerro Gordo (cercano a la ciudad sagrada) y, algo más curioso, es que algunos arqueólogos afirman que debajo hay un sistema de cuevas y pasadizos artificiales que imitan el inframundo teotihuacano.
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Ahora vamos a Campeche, dentro de la gigantesca Reserva de la Biósfera Calakmul, que junto con la antigua ciudad maya de Calakmul fueron inscritos como un bien mixto (natural y cultural) del Patrimonio Mundial de la Unesco.
En medio de la espesa selva, entre los años 250 a.C. y el 700 d.C. los mayas construyeron una de las ciudades más importantes de la región en épocas precolombinas, de la cual hoy sobreviven más de 6,000 estructuras, destacando la Estructura II, con sus 55 metros de altura, que se dice asemeja una montaña y que resguardaba hasta 9 tumbas de reyes y sacerdotes de alta jerarquía.
Fue la construcción principal de Calakmul y llegó a medir aproximadamente 60 metros de alto. Hoy en día, puede apreciarse su parte frontal, una gran escalinata y una subestructura en su parte superior. Lo demás está cubierto de espesa vegetación.
Regresamos al Valle de México y a la ciudad sagrada de Teotihuacán, que gana la medalla de bronce en este top 5, gracias a la Pirámide del Sol, la estructura más grande de la ciudad, edificada durante el primer siglo de nuestra era.
Mide 65 metros de alto, aunque se dice que en su apogeo pudo ser más alta, pues ontaba con un templo en la cima. Al igual que la Pirámide de la Luna, la del Sol cuenta con un túnel, del cual aún se desconoce por qué lo hicieron.
La plata va para el pueblo mágico de Cholula, en Puebla. Mucha gente puede confundirse en este punto, pues la ‘Gran Pirámide’ cholulteca es la más grande del mundo en cuanto a su basamento, de 450 metros de ancho, pero en este caso estamos midiendo la altura.
Aunque la cultura cholulteca habitó la zona aproximadamente 7 siglos antes de nuestra era, este edificio comenzó a construirse en el siglo II a.C. Se hizo en distintas etapas. Cuando los españoles llegaron, ya estaba abandonada y parecía un cerro. Años después, el padre fray Toribio de Benavente descubrió que se trataba de un teocalli o una estructura piramidal coronada por un templo.
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Mide 66 metros de alto. En 1594, se edificó en su cima el Santuario de la Virgen de los Remedios, una muestra de la evangelización en épocas de la Colonia y del sincretismo religioso.
Regresamos a la selva maya, pero ahora al Valle de Ocosingo, en Chiapas.
Toniná floreció en nuestra era, del año 600 al 900, tiempos en los que desafió a Palenque y construyeron una gran acrópolis, donde se ubica el basamento piramidal más alto del país.
Es gigantesca, con aproximadamente 320 metros de ancho y 74 metros de altura. Se compone de 7 grandes plataformas que asemejan las montañas de la región (sagradas para los mayas). Fue ocupada para honrar y reverenciar a los dioses del Sol, la Luna, Venus y la Tierra.
En sus plataformas fueron construidos diversos templos, palacios y unidades habitacionales, de las que hoy pueden apreciarse sus ruinas.
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