¿Cuántas veces te has quejado de que no pudiste dormir durante un vuelo , o despertaste adolorido por las poses poco naturales que debes adoptar para descansar un poquito? Una startup estadounidense cree tener una solución: asientos tipo litera en clase económica , para que tanto tú como tu vecino puedan estirar las piernas libremente.
La empresa se llama Zephyr Aerospace y actualmente tiene una campaña para conseguir inversiones a través de la plataforma Republic. Jeffrey O’Neill, fundador, explica en el sitio web que su diseño es una solución para ganar espacio sin gastar demasiado. Además, podría resultar conveniente en estos tiempos de distancia social.
Foto: Cortesía
El nuevo tipo de asiento está pensado para vuelos largos en la clase premium economy. Es decir, una subcategoría de la clase económica en la cual consigues un espacio más grande y algunos beneficios extra como menús especiales; aunque pagas un poco más, sigue siendo más accesible que reservar un asiento de tipo business o en primera clase. O’Neill está convencido de que mucha gente estaría dispuesta a darse el lujo de pagar un boleto de premium economy con tal de poder dormir cómodamente durante el vuelo.
El diseño consiste en un asiento de dos pisos con espacio para dos viajeros con las piernas estiradas, quienes pueden acostarse ahí para dormir. El viajero de arriba utiliza una escalera desplegable, que no estorba a quienes transitan por el pasillo. El asiento también tiene un espacio para recargarse, poner bebidas o comida.
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Entre sus ventajas está el hecho de que la configuración de las cabinas no tendrían que cambiar para instalar los nuevos asientos, y cada aerolínea podría personalizarlo con cortinas o sistemas de entretenimiento.
La empresa asegura que se encuentra en pláticas con Boeing, Airbus y siete aerolíneas internacionales para implementar el nuevo asiento tipo litera : Delta, British Aiways, Lufthansa, Virgin Atlantic, Qantas, Air New Zealand y Japan Airlines.
Sin embargo, aunque llegaran a un acuerdo pronto, aún faltaría mucho para que los nuevos asientos fueran una realidad en clase económica . De entrada, tendrían que pasar pruebas de seguridad y funcionamiento para ser certificados.
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