El estado de Hidalgo puede presumir de dos nuevos pueblos mágicos, otorgados el pasado lunes 26 de junio por parte de la Secretaría de Turismo del Gobierno de México.
Estos destinos son Acaxochitlán y Metztitlán, dos localidadades con atractivos muy contrastantes. Los nuevos pueblos mágicos están a menos de tres horas desde CDMX. ¿Quieres saber qué es lo que hay en ellos?
Empezamos con Acaxochitlán, situado casi en los límites con Puebla, al este del estado de Hidalgo. Se trata de un lugar entre bosques húmedos y un clima de templado a frío y, además, lluvioso.
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Metztitlán, en cambio, es semidesértico y está más al norte, no muy lejos del estado de Veracruz. Desde la CDMX, será un recorrido de tres horas por las llanuras del sur del estado hidalguense, luego por las frías montañas de Pachuca y Real del Monte y finalmente una bajada a la Sierra Baja hasta llegar a Metztitlán.
A una hora de Pachuca y a dos de la CDMX, Acaxochitlán está enclavado en el corazón de la Sierra de Tenango, también conocida com la Sierra Otomí Tepehua, con cadenas montañosas no tan altas, grandes extensiones de bosques, arroyos, cascadas y saltos de agua.
Centrado en el ecoturismo, uno de los lugares imperdibles del ‘lugar donde abunda la flor de caña’ (su significado en náhuatl) son las Cascadas de Chimalapa, de 10 metros de altura, rodeadas por una atmósfera de calma en sus senderos y espacios para picnics al aire libre.
A las afueras están las presas Omiltemetl y Tejocotal, ambos espacios ideales para la relajación, caminatas, paseos en lancha, recorridos en cuatrimotos o para preparar una parrillada.
Cerca del centro está el parque ecoturístico La Montaña Viviente, con renta de rústicas cabañas, temazcal curativo, senderos interpretativos, tirolesas, bicicletas de montaña, kayaks y camping. También está el ‘sendero mágico de los duendes’, un parque temático en el bosque con más de 110 representaciones de estos seres.
En cuanto a turismo cultural, visita la Parroquia de Asunción de María en el centro. En una de sus capillas se resguarda al Señor Colateral, santo patrono que se le celebra los primeros días de mayo con gran fervor elaborando monumentales tapetes de aserrín pintado.
Tampoco te pierdas de su gastronomía: zacahuil, cecina y los curiosos panes ‘cuelga’, que son moldeados y adornados con formas geométricas o florales.
Hay varios conjuntos de cabañas alrededor del pueblo, como el Hotel Boutique Agua Morada. Puedes elegir pasar la noche en una de sus casas del árbol, totalmente de madera.
Cuentan con un muy buen restaurante abierto a todo público, masajes y fogatadas.
Otra opción de alojamiento es alguna de las 12 habitaciones de la señorial Hacienda Yemila, con amplios jardines y arcos coloniales.
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En el corazón de la rica y diversa Reserva de la Biósfera Barranca de Metztitlán en la Sierra Baja de Hidalgo se encuentra el pueblo homónimo, cuyo nombre proviene del náhuatl: ‘en el lugar de la Luna’. Este lugar es famoso desde tiempos prehispánicos, ya que el señorío que habitaba la región jamás fue doblegado por el imperio azteca.
Su principal atractivo es el Exconvento de los Santos Reyes, construido por los agustinos entre 1540 y 1560.
De estilo plateresco, conserva casi la totalidad de su arquitectura conventual, sus pinturas murales y cinco retablos dorados. Es uno de los monumentos históricos más importantes del estado.
Cerca, aprovechando las bondades naturales de la región y de la reserva, visita la Laguna de Metztitlán para dar un paseo en lancha, admirar las barrancas áridas, sumergirte en los asombroso manantiales Kinjua escondidos entre cañones de roca imponentes, con aguas termales azul turquesa y cuevas con pinturas rupestres.
Para más aventura, continúa hacia el Centro Ecoturístico Luna y Sol. Cuenta con una tirolesa en bicicleta de 250 metros de longitud por 80 de alto que atraviesa la barranca y el río Amajac. También hay tirolesa normal, senderismo interpretativo, juegos de equilibrio y cabañas.
Para hospedaje, además de las cabañas de Luna y Sol, puedes pasar la noche en el Hotel Granaditas, con habitaciones sencillas; y las Cabañas Angelita, con restaurante y un pequeño balneario.
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