Más allá de los grandes atractivos en el Caribe, desde Cancún hasta Punta Cana, en este mar color turquesa hay una diversidad adicional de bellas islas menos concurridas, pero no menos impresionantes. Estos paraísos serían poco prácticos de visitar individualmente, pero a través de las opciones ofrecidas por un crucero resultan muy atractivos.
Para quienes desconocen las bondades de un crucero, puede parecer aburrido, pero es todo lo contrario: la oferta de experiencias a bordo es tan grande, que una semana no es suficiente. Esto aplica en la ruta caribeña del Norwegian Viva: siete islas en siete días, así que no hay tiempos muertos.
Antes de visitar la página de reservaciones, imaginaba que el precio por esta experiencia sería el equivalente al de un auto. La naviera Norwegian Cruise Line ofrece una travesía del 24 de noviembre al 1 de diciembre desde 17 mil pesos en cabina interior por persona; con vista al mar, 25 mil 364 pesos; y con balcón, 27 mil 260 pesos. El barco zarpa en Miami e incluye República Dominicana, Islas Vírgenes, Islas Vírgenes Británicas y Bahamas. El paquete contempla bar abierto, restaurantes de especialidad y algunas excursiones. Para aprovechar estos precios se recomienda reservar con un año de anticipación.
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Conoce algunas de las curiosidades del Norwegian Viva:
Acerca de las temporadas, es útil saber que la ruta de islas a visitar es diferente entre un mes y otro, y que se puede llegar a bordo de distintos navíos. Antes de comprar toma una actitud de aventura y flexibilidad a la par de la disposición de tu agenda. Por ejemplo, el puerto de salida puede ser Puerto Rico, y la ruta puede incluir Saint Kitts, Dominicana, Curaçao y Aruba. Si hay amenaza de tormenta, el capitán puede decidir cambiar el itinerario.
Aunque las islas a visitar sean repúblicas independientes, dominios británicos, franceses o de Países Bajos, para turistas mexicanos la única visa requerida es la de Estados Unidos.
Seleccionada tu semana de aventura y preparados los vuelos, es momento de hacer las maletas. Entre lo que no debe faltar, si viajas al Caribe, son, al menos, dos atuendos elegantes para las cenas y los musicales. No olvides un impermeable ligero, pues aunque el clima se vea favorable pueden surgir chaparrones de pronto.
Para facilitar tu entrada, lleva tu pasaporte, visa e impresión de tu reservación cuando llegues al centro de atención en el muelle.
Accede tan pronto como puedas a la red inalámbrica del barco. Para cada cabina se brinda acceso gratuito para dos dispositivos. Una vez en la red del Viva, úsala para reservar tus cenas.
¿Porqué la prisa? Notarás que algunos pasajeros rápidamente se plantan frente a las pantallas de información o hacen fila en los mostradores para reservaciones. Estos viajeros saben que los restaurantes de especialidad tienen cupo limitado y por eso buscan las mejores cenas cuanto antes.
Si bien las tarifas por cabina incluyen alimentos y bebidas a bordo, hay algunos parámetros a considerar. El primero es que, como ya se mencionó, los restaurantes de especialidad, como el francés, Le Bistro; los cortes del Cagney’s Steakhouse; el italiano, Onda by Scarpetta; el japonés de sushi, Nama; y el mexicano, Los Lobos, requieren de una reservación. Si los lugares se agotan, no tendrás oportunidad de disfrutar de su carta. Una opción japonesa adicional, con cargo extra, es Hasuki, donde se mezcla entretenimiento, cena y convivencia, codo con codo.
Pero no dejes que las reservas te agobien: las propuestas abundan. El barco ofrece, sin necesidad de reservar, la opción del restaurante digitalizado The Indulge: con una tableta en la mesa podrás hacer tu pedido usando la llave de tu camarote.
Desayunos, comidas y cenas a tres tiempos están disponibles sin reserva en el Hudson. Igualmente puedes elegir entre fusión asiática en el Food Republic o el menú mediterráneo en Palomar.
El más concurrido es el Surfside Café, con buffet en base a platillos de múltiples géneros a tres turnos, además de una parrilla con hamburguesas y hotdogs. La sugerencia es no caer en lo simple y degustar cada una de las alternativas.
Eventos deportivos se muestran en las pantallas de The Local, por lo que, si durante la travesía hay juego de tu equipo favorito, este será tu lugar.
La naviera ofrece el paquete de bebidas incluido, pero si deseas whiskeys single malt, botellas de tinto de gama alta o champaña, entonces adquiere el paquete adicional ‘premium plus’. La abundancia de opciones de bar se alinea con cualquier humor que tengamos, desde el cervecero al lado de la piscina, sofisticado en el bar de whiskey, reflexivo en el Soleil a cielo abierto, o romántico en el Luna Bar. Cervezas, vino, licores y cocteles abundan por todo el barco, incluyendo bebidas ecológicas de frutas recuperadas de la operación del crucero.
Arriba del Norwegian Viva las actividades se multiplican en temática, intensidad y alcance. Al aire libre están los toboganes en mojado y en seco, con 10 cubiertas de caída; la pista de carts eléctricos, Viva Speedway. El Aqua Park es una zona infantil con una variedad de rociadores y surtidores.
Bajo techo, las experiencias continúan, empezando por el casino. Para los más digitalizados hay una zona de videojuegos y 3D, el pabellón Galaxy, el cual cuenta con carreras 4x4 y golf virtuales, además de un cuarto de escape.
Ten en cuenta que solamente hay dos lugares donde se permiten cigarrillos en el Norwegian Viva: una esquina de la proa y un área del casino. Si tu elección es fumar puro, el ambiente en el recinto ‘Humidor’ es de alta sofisticación y convivencia. Ahí, no son bien vistos los cigarrillos, vapeadores ni nada que no sea puros.
Al centro del barco está el enorme spa, con una alberca de hidromasaje, sauna; vapor; hielo; y sauna salino, infrarrojo y con carbón caliente; además de regaderas de experiencia con luces, temperaturas y chorros intermitentes.
El Norwegian Viva dispone de un enorme gimnasio donde las caminadoras ven hacia la proa.
La alberca superior de la cubierta 16 es bulliciosa y de ambiente festivo. Tiene su propio bar y DJ, flanqueada por dos albercas de hidromasaje con mirador panorámico.
En el nivel 8, a cada lado del barco, hay piscinas mirador, modalidad infinity, con servicio de bebidas y camastros para asolearse.
Una posibilidad inesperada es disfrutar de un musical con calidad de Broadway y, además, basado en un personaje tan vistoso como es Beetlejuice, con un twist marítimo y mucha comedia. Terminando este show el teatro toma una transformación rápida y se vuelve antro, donde continúa la fiesta con música y un sofisticado espectáculo de luces.
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Para risas está el club de comedia The Improv at Sea, mientras que la atmósfera del Syd Norman es de bar de rock, con música en vivo y el memorable show de Fleetwood Mac, Rumors.
Desde la aplicación de NCL elige alguna de las excursiones con cargo a tu cuenta o, bien, al crédito a bordo disponible. ¿Por qué una excursión en tierra? Existen varios factores: el primero es que, usualmente, las playas más bellas están lejos del puerto; otra más es que, al ser eventos validados por la naviera, los guías tienen especial cuidado con los horarios de retorno al barco. La estancia en playa es solamente una opción, entre muchas otras: excursiones en catamarán, paseo en kayak, tour fotográfico, de aventura, ecológico o cultural. Puedes reservar desde el app, en las pantallas del barco o, bien, en el mostrador. Los boletos son entregados en tu cabina la noche anterior.
Aquí algunos consejos por si te aventuras en una de estas excursiones:
Teléfono: (55) 8650 8920.
Página web: ncl.com.mx
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