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Pasar diversos periodos de tiempo en tierras desconocidas, llevando “ tu vida” en una maleta. Algunas veces hay que completar jornadas de trabajo que rozan las 12 horas, anticipando las necesidades de cientos de personas y siguiendo estrictos protocolos. Y todo esto, con una sonrisa amable y un aspecto impecable. Parece fácil y glamoroso, pero el trabajo de una sobrecargo puede ser bastante estresante.
Hace un par de semanas, fuimos invitados a conocer la nueva línea de uniformes para los sobrecargos de la aerolínea Delta. Fue creada por el diseñador Zac Posen y entrará en funcionamiento a partir del 29 de mayo. Te contamos cómo fue la experiencia y algunos secretos sobre la colección.
Foto: Cortesía Delta
Una prueba de vestuario
En 12 ciudades estadounidenses y dos internacionales, se instalaron “clínicas” para que los empleados eligieran su nuevo uniforme. Nosotros asistimos a una recreación de estos espacios y pasamos el mismo proceso que el personal.
Antes de saber lo anterior, mi primer pensamiento fue que habían creado un minimuseo. Había una línea del tiempo acerca de los antiguos atuendos de la aerolínea y las nuevas piezas estaban en exhibición. Al avanzar un poco más, el lugar se parecía al backstage de un desfile de modas: había una sala de espera con pantallas que mostraban información sobre la ropa, una especie de bodega con miles de prendas colgadas correspondientes a todas las tallas, y una pasarela que culminaba en un gran espejo de tres ángulos. Aquí comencé a emocionarme.
Me asignaron una estilista para verificar mis tallas. Para esta labor, se contó con estudiantes del colegio de Arte y Diseño de Savannah, Georgia. Debo admitir que no me sentía muy segura al principio, al ver las fotos de sobrecargos de cuerpos estilizados.
Lo primero que me probé fue el vestido distintivo de las sobrecargos, que presenta la principal tonalidad que eligió Posen para sus creaciones: un violeta que el diseñador denominó “passport plum” (algo así como “ciruela pasaporte”). Mi mayor asombro fue la facilidad con que la prenda se ajustó de manera perfecta a mi silueta, haciéndola lucir bastante bien. La tela daba una sensación parecida a la de la ropa deportiva: transpirable, ligera y elástica.
Esa comodidad se debe a las necesidades del personal. Según me contó James Sarvis, vicepresidente de operaciones en vuelo (y quien lleva 43 años en la industria), era muy importante que la ropa no se estrujara y pudiera repeler líquidos. “Los espacios son limitados en un avión. Un sobrecargo debe agacharse para habilitar la puerta de emergencia, buscar productos en lugares altos, estirarse o acomodarse en los asientos especiales, que son más estrechos”, dijo.
Incluso se cambiaron detalles de los trajes para facilitar las actividades. En los comienzos del proceso de creación para esta línea, las blusas tenían cuello alto con un doblez. Esta característica se modificó cuando las mujeres se dieron cuenta de que al mirar hacia abajo para hablar con los pasajeros, la tela les rozaba.
Lo más divertido fue usar los accesorios. Guantes que permiten usar pantallas táctiles, bolsos y lentes, acapararon la atención.
Foto: Samantha Michelle Guzmán
Tardé una hora aproximadamente en probarme todo, entre vestidos y trajes con falda. Se utilizan tonos rojos y el famoso “passport plum”. Las prendas de los hombres incorporan el gris. Aquí la idea es que la ropa sea identificable y el equipo se sienta destacado, pues tanto los asientos como las alfombras de los aviones normalmente son azules.
También pude usar los uniformes del equipo que trabaja en pista, los cuales no fueron hechos por Posen, pero él participó como asesor.
Finalmente, nos mostraron los cubículos con iPads desde donde los empleados hicieron su orden. Fue la parte triste, pues los invitados no podíamos pedir prendas “de recuerdo”: se debe contar con certificación para usar la ropa.
Foto: Cortesía Delta
El proceso
La colección se estrena después de tres años de trabajo. Zac Posen “experimentó lo que significa ser sobrecargo, antes de crear el diseño”, me platicó James Sarvis, para saber los retos a los cuales se enfrenta el personal aéreo.
Los empleados formaron parte de la labor, pues se probaron las prendas en aproximadamente mil personas de todas las tallas. A partir de esto, se hicieron 165 modificaciones.
Los participantes siguieron instrucciones precisas acerca del cuidado de la ropa: cómo lavarla, secarla o doblarla.
Foto: Cortesía Delta
Las prendas debían someterse a prueba, pues muchas veces los ritmos de trabajo o los servicios disponibles en un determinado destino, no permiten que un uniforme se lave después de una sola puesta.
Además, hay vuelos que duran hasta 16 horas, con lapsos de dos horas para que los sobrecargos descansen. Su ropa debe ser cómoda y deben seguir luciendo bien cuando se levanten.
En números
- 60 mil personas utilizarán los uniformes. La última actualización para empleados de vuelo se había hecho en 2006.
- 71 colecciones de uniformes han sido lanzadas para el personal de la aerolínea desde 1934.
- 7 colores fueron utilizados en el diseño de los nuevos atuendos.