Histórica y cosmopolita, a lo largo de los siglos Tánger , en Marruecos , ha sido punto de encuentro entre las civilizaciones a ambos lados de Europa y África . Desde los fenicios (los primeros en llegar a estas tierras) pasando por los cartagineses —quienes fundaron la ciudad en el siglo IV a.C. con el nombre de Tingi— hasta los romanos, árabes, portugueses, franceses, españoles e ingleses, todos han dejado una huella indeleble dotándola de una identidad que ha inspirado a artistas de todas las épocas.
(Foto: Istock)
Lo ideal es iniciar el recorrido en la medina amurallada para adentrarse a la auténtica esencia de la también llamada “Ciudad Blanca”.
Al seguir por sus estrechos callejones irás descubriendo el encanto de una zona bulliciosa y llena de vida donde abundan pequeñas tiendas, pintorescos bazares y cafés.
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Además de la plaza del gran zoco y el Parque de la Mendubia , en esta área del casco antiguo también hay que ir a Rue de Siaghines (una de las más calles más típicas, que conduce hasta el pequeño zoco); Bab el Bahr (la “puerta del mar”, debajo de la cual verás el puerto pesquero); la Legación Americana ; la Gran Mezquita del siglo XVII , así como la impresionante Kasbah; junto a ella veras el Dar el Mekhzen , antiguo palacio de un sultán. Hoy alberga un museo dedicado al arte marroquí .
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Reflejo de la herencia europea del siglo XX es la Ville Nouvelle o Ciudad Nueva . Aquí se ubican dos de los lugares favoritos para pasear sobre todo al atardecer: la Plaza de Francia y el bulevar Pasteur (no dejes de visitar el Gran Teatro Cervantes, notable ejemplo del art decó español). Al final del bulevar, la Plaza Faro es uno de los mejores sitios para tomar fotografías panorámicas del puerto y la bahía.
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Otros puntos de interés cercanos son la necrópolis púnica y el célebre Café Hafa (uno de los símbolos de Tánger ), situado en un acantilado desde el que tendrás una relajante vista del Mediterráneo y el Atlántico.
Considera un par de días más para viajar a las míticas Grutas de Hércules (en Cabo Espartel); Asilah, encantador poblado de estilo árabe andaluz con raíces portuguesas; y los vestigios romanos y cartagineses de Lixus, cercanos a la antigua ciudad de Larache.
(Foto: Diego Delso/Flikr)
PARA DORMIR
Hilton Tanger City Center Hotel & Residences. Confort estilo americano a unos pasos de todo. Alberca, gimnasio. Ideal en plan familiar. Tanger City Center Place du Maghreb Arabe. www.hiltonhotels.com
PARA COMER
Dall’Italiano. Genuina cocina italiana de casera sazón en moderna atmósfera. Avenida Mohamed VI.
(Foto: Facebook Dall’Italiano)
El Tangerino. Frescos pescados y mariscos con acento mediterráneo en pleno bulevar marítimo. Avenida Mohamed VI.
Morocco Club. Platillos franceses y marroquís en la zona de la Kasbah. Agradable terraza y bar de ambiente. Place du Tabor.