Más allá de la tradicional Feria de San Marcos , la ciudad de Aguascalentes destaca por su arquitectura, historia e interesante vida cultural, por eso resulta ideal para una escapada familiar o entre amigos de fin de semana.
Una buena manera de impregnarse de la esencia de esta pintoresca ciudad colonial es caminándola.
En tu itinerario del primer día, empieza con alguno de los sabrosos desayunos regionales de La Estación (los tacos de nata y el tamal de queso y mantequilla son insuperables) y considera un recorrido por los dos recintos más importantes: el Museo José Guadalupe Posada, en el barrio El Encino, y el Museo Nacional de la Muerte, único en su estilo en el mundo.
Tampoco dejes de lado una visita a la Isla de San Marcos, al Museo de Aguascalientes (su colección incluye obras de Diego Rivera y Rafael Coronel), a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, a las iglesias de San Diego y Nuestra Señora del Rosario, al Palacio de Gobierno y al jardín de San Marcos.
Por la tarde, toma rumbo hacia la céntrica calle Nieto, un sitio muy típico donde podrás comprar finas artesanías locales, como textiles, bordados, piezas de cerámica, talabartería, herrería, y marquetería.
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Para comer o cenar te recomiendo las pastas y pizzas a la leña de Augusto’s (los fines de semana además tiene un variado bufete).
Si buscas algo con acento gourmet, ve a Xoconostle, especializado en cocina contemporánea mexicana.
Destina el segundo día para conocer alguno de los atractivos cercanos a la capital, como Calvillo , un Pueblo Mágico de Aguascalientes con mucho encanto, famoso por sus deshilados y dulces de guayaba. Otra opción es agendar un tour guiado por los viñedos de Hacienda de Letras y Casa Vitivinícola Leal.
Si lo tuyo es la naturaleza, planea un día de campo en el Parque Ecológico El Sabinal, en las faldas de la Sierra Fría.
Recomiendo que reserves hospedaje en el Fiesta Americana o en el hotel Marriott, ambos están muy bien ubicados y cuentan con todas las facilidades y servicios para una estancia cómoda.