Desde hace un par de semanas un socavón ha crecido sin parar en el municipio de Juan C. Bonilla, en el estado de Puebla. Por su aumento incesante de tamaño y su amenazante apariencia, ha generado todo tipo de reacciones: memes, videos, piezas de pan inspiradas en él y hasta venta de cerveza en los alrededores, como si se tratara de un atractivo turístico.
Esto nos hizo pensar en los diversos abismos que existen en todo el mundo y que, a diferencia de la formación de Puebla, sí pueden visitarse o incluso representan un destino en sí mismos por su belleza o vista espectacular. Aquí te dejamos 8 ejemplos.
1. Bear Rock Sinkhole - Canadá
Los espesos bosques de pino de los Territorios del Noroeste se ven abruptamente interrumpidos por un enorme agujero de forma ovalada. Se formó, según se cree, por el colapso de una gran cueva subterránea, dice la oficina de turismo local.
Está ubicado en un sitio bastante remoto y repleto de naturaleza, entre los pueblos de Tulita y Norman Wells, cerca de la Reserva del Parque Nacional Nááts'įhch'oh. Curiosamente, en esta región hay docenas de sumideros similares, “salpicados” en medio del bosque. Sin embargo, el más grande y famoso es Bear Rock.
Alcanza 40 metros de profundidad y 120 metros de largo, de acuerdo con el sitio web Fodor's. En el fondo se distinguen aguas de color turquesa.
2. Gran Agujero Azul - Belice
Foto: iStock
Uno de esos lugares que se deben ver al menos una vez en la vida. Desde arriba luce como un círculo casi perfecto de color azul cobalto, rodeado de arrecifes con tonalidades turquesa, propios del Caribe.
Alcanza 124 metros de profundidad, por lo que en su interior podríamos meter casi dos veces la Pirámide del Sol de Teotihuacán. El diámetro tampoco es nada despreciable: 320 metros.
Se ubica en Lighthouse Reef, un atolón o isla coralina a 69 kilómetros de la Ciudad de Belice.
Es posible sobrevolarlo en avioneta, visitarlo en lancha o bucear en su interior. No hay mucha vida marina, a diferencia de los sistemas coralinos cercanos, pero en las profundidades hay espectaculares estalactitas y tiburones de arrecife.
3. Agujero Azul de Dean - Bahamas
Foto: iStock
Junto a la maravilla natural de Belice que acabamos de mencionar, este es otro de los agujeros azules (es decir, abismos inundados completamente) más profundos del mundo. Debajo de la superficie hay 202 metros de distancia hasta el fondo.
Se encuentra en la Isla Larga de Bahamas.
Para añadirle belleza al paisaje, el abismo se encuentra rodeado de un anfiteatro de roca cubierta de vegetación y una pequeña playa de color turquesa. En la superficie su diámetro es de entre 25 y 35 metros, pero conforme desciendes a las profundidades se vuelve más ancho hasta casi alcanzar 100 metros.
En este lugar cada año se lleva a cabo una competencia de buceo, para ver quién logra llegar más lejos. En 2018 (la última edición que se ha hecho) el récord mundial fue de 130 metros.
4. Sótano de las Golondrinas – México
Foto: Sectur San Luis Potosí
Por sí solo, representa una vista impresionante (y un poquito imponente): es un abismo que alcanza 512 metros, cuya oscuridad sobresale en medio del paisaje frondoso de la Huasteca Potosina. Está dividido en dos tiros, el más grande con una caída libre de 376 metros. El diámetro es de 60 metros.
Está a media hora desde Aquismón (que es Pueblo Mágico) y a una hora y media de Ciudad Valles.
Al interior del sótano habitan miles de vencejos, aves que en el pasado eran confundidas con golondrinas y de ahí el nombre del sitio. Puedes madrugar y, al amanecer, ver la salida de los pájaros en un espectacular torbellino; la otra opción es visitarlos al atardecer, por si no logras despertarte temprano. Touroperadoras como Huaxteca te llevan.
También es posible acampar, pero con una autorización del Comité de Protección del ejido Unión de Guadalupe.
5. Sótano del Barro - Querétaro
Foto: Wikimedia Commons/ Aromgom
Otro espectacular sumidero cercano al Sótano de las Golondrinas, pero con su propio encanto. El Sótano del Barro, en la Sierra Gorda, es un abismo de piedra caliza con 455 metros de profundidad, cuya boca alcanza 420 metros (mucho mayor en diámetro que su “vecino” de la Huasteca); en el interior vive una colonia de guacamayas verdes. El origen de este sitio se remonta a un millón y medio de años atrás.
No se permite explorar por dentro, pero sí se puede admirar el vuelo de las guacamayas al amanecer y atardecer. Si quieres ir temprano, debes emprender una caminata a las cinco de la mañana con un guía local.
6. Lago Rojo - Croacia
Foto: iStock
Se trata del lago kárstico más profundo de Europa, con 300 metros bajo el agua en promedio; de hecho, una parte del lago llega por debajo del nivel del mar.
Nadie puede nadar en él, pues lo rodean paredes rocosas con hasta 550 metros de altura y se necesita equipo especial para descender.
Se encuentra a solo kilómetro y medio de otro espectacular cuerpo de agua, el Lago Azul, donde sí es posible refrescarse.
Sobre la formación de ambos lagos existe una leyenda local, que narra la historia de un hombre adinerado llamado Gavan y su esposa. La pareja era malvada y agresiva, pues lo único que les importaba era la riqueza. Se dice que un ángel los castigó provocando una temible tormenta, arrasando con la pareja y creando los lagos.
7. Pozo de Thor
Foto: iStock
Este abismo es más bien una extraordinaria ilusión óptica. Parece un agujero “sin fondo” que se traga el agua marina a su alrededor. Sin embargo, apenas alcanza seis metros de profundidad.
Se encuentra en la costa de Oregon, en Estados Unidos, muy cerca del área turística de Cabo Perpetua.
Se cree que este pozo inició como una cueva marina esculpida por las olas, cuyo techo colapsó.
El mejor momento para ver el pozo es cuando la marea sube o durante las tormentas, debido al violento estallido de las olas sobre las rocas y la fuerza con la que el agua entra al agujero. Sin embargo, es un sitio peligroso y no es recomendable acercarse mucho.
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8. Cenotes de la Península de Yucatán - México
Foto: Wikimedia Commons/ Tony Hisgett
En los estados de Quintana Roo, Yucatán y Campeche hay miles de cenotes con diferentes profundidades y atractivos, así que resulta casi imposible elegir solo uno. En lugar de eso, mencionaremos algunos de los ejemplos más célebres.
Pero antes, conviene hablar sobre exactamente qué es un cenote. Hasta hace unos 11 mil años, la península de Yucatán se encontraba sumergida en el mar. Cuando quedó al descubierto, las constantes lluvias fueron filtrándose en el piso de piedra caliza hasta crear ríos subterráneos que dieron forma de “queso gruyere” a la región. De esta manera surgieron los cenotes, manantiales alimentados por los ríos que corren por debajo de la superficie. Los más jóvenes están por completo cubiertos por roca, mientras los más antiguos tienen el techo colapsado.
La palabra “cenote” es una versión castellanizada del término maya ts’onot, que significa “agujero en el suelo”.
Como ejemplos, podemos mencionar cenotes tan famosos como Ik Kil (Yucatán), que tiene la forma de un pozo con 26 metros de profundidad decorado naturalmente con lianas que cuelgan desde las alturas, En Quintana Roo encontramos lugares tan espectaculares como la Laguna de Bacalar, cuyos cenotes de diferente profundidad dan origen a una amplia gama de tonalidades en el agua. Aunque los cenotes de Campeche son menos conocidos, resultan igual de espectaculares: uno de ellos es el Cenote Azul de Miguel Colorado, que se encuentra a cielo abierto, con paredes de 80 metros y un enorme diámetro de 250 metros.
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