Si hace un año una persona nos hubiera dicho que alguna de las siguientes cosas pasaría, nos hubiéramos reído en su cara o dudado sobre su buen juicio. Sin embargo sucedieron, y seguirán teniendo efectos durante los próximos meses o años.
Enlistamos 8 cosas que cambiaron en los viajes internacionales en este 2020 y nunca imaginamos, todo a causa de la pandemia de Covid-19.
1. El mundo cerró sus fronteras
Conforme el Covid-19 se extendió por cada continente, los países fueron cerrando sus fronteras al turismo desde los primeros meses del año para prevenir más contagios.
La Unión Europea (junto con Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein) anunció el 17 de marzo que dejaría de recibir viajeros de otras naciones que llegaran por motivos considerados no esenciales. En junio comenzó su reapertura gradual, con una lista de países cuyos residentes ya pueden acceder al bloque; hasta ahora México no ha formado parte de la lista en ninguna de sus actualizaciones.
Otro ejemplo: desde el 21 de marzo han permanecido cerradas a los viajes no esenciales las fronteras terrestres entre Canadá, Estados Unidos y México. Sin embargo, es posible llegar a nuestro país vecino por vía aérea.
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2. Eventos cancelados
Los principales festivales y eventos internacionales que cada año atraen miles de visitantes se suspendieron durante 2020, sin importar que se tratara de conciertos masivos o tradiciones con siglos de antigüedad.
Uno de los primeros fue el Carnaval de Venecia, que detuvo abruptamente sus actividades debido a la pandemia. Entre los otros eventos que no se celebraron (al menos de manera presencial), aunque la lista real es mucho más amplia, está Coachella (Estados Unidos), Tomorrowland (Bélgica), Comic-Con (Estados Unidos), los desfiles del orgullo LGBT, el Oktoberfest (Alemania) y muchos mercadillos navideños de Europa. Mención aparte merecen los Juegos Olímpicos de Tokio.
En México se canceló de manera presencial la Pasión de Cristo en Iztapalapa, las procesiones de Semana Santa, la Guelaguetza y los desfiles de Día de Muertos en CDMX, por mencionar algunos ejemplos.
3. Bajamos del avión en orden
La mayoría de las aerolíneas han implementado cambios para agilizar el movimiento y evitar el contacto entre los propios pasajeros. Si hay uno que deberíamos destacar y que hemos visto sin falla en múltiples viajes por México, es el proceso de desembarque del avión.
Hace un año no existía la menor intención de que esto cambiara: en cuanto el avión se detenía, gran parte de los pasajeros se levantaba de su lugar y llenaba el pasillo central con la intención de estar entre los “primeros” en salir.
Actualmente una sobrecargo llama por filas para que los pasajeros bajen en orden. Todavía hay uno que otro rebelde, pero en general funciona.
Foto: iStock
4. Sin asiento de en medio
El asiento de avión más odiado por todos estuvo fuera de funcionamiento, al menos temporalmente y en algunas aerolíneas. Esta decisión se tomó para permitir mayor distanciamiento social.
En Estados Unidos aerolíneas como United, American Airlines, Hawaiian y Alaska Airlines implementaron la medida. Actualmente solo Delta y Alaska (hasta el 6 de enero) siguen llevándola a cabo.
No es una práctica apoyada por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que en su lugar recomienda el uso de cubrebocas, sanitización de las aeronaves y límite en el tránsito de pasajeros dentro del avión. De haber seguido el bloqueo de asientos centrales, según la IATA, las tarifas aéreas hubieran aumentado entre 43% y 54%.
5. La naturaleza reinó
Trata de hacer un recuento mental de todas las notas que has leído sobre avistamientos de animales o fenómenos poco comunes en destinos turísticos, debido al confinamiento por la pandemia.
Desde la bioluminiscencia en Acapulco y las playas color turquesa de Veracruz, hasta cientos de delfines “apoderándose” de las costas oaxaqueñas. Y ni siquiera hemos comenzado a hablar sobre los avistamientos a nivel internacional: un leopardo de las nieves en Rusia y un águila de cola blanca después de 240 años en Inglaterra son algunos de los casos más sonados.
6. A la montaña rusa, con cubrebocas
Como todos los negocios y atractivos turísticos, los parques de diversiones tienen nuevas reglas a nivel internacional. Pero ha llamado la atención una en especial: es obligatorio usar cubrebocas incluso en los juegos más extremos, como las montañas rusas. Esta medida se tomó porque el Covid-19 se transmite principalmente a través de partículas expulsadas por la nariz o la boca.
En Japón fueron mucho más radicales. Algunos de los parques más famosos, como Universal Studios, Tokyo Disney Resort y Fuji-Q Highland, tienen la instrucción para los visitantes de usar cubrebocas y abstenerse de gritar en medida de lo posible. Esto es un poco difícil si consideras que Fuji-Q Highland es conocido por algunas de las montañas rusas más extremas del mundo.
Foto: Cortesía Universal Orlando
7. Ahora pensamos en cuánto cuesta cancelar
Hasta el año pasado, no era tan común que a la hora de planear una vacación nos interesáramos en que las políticas de cancelación fueran flexibles. Debido a la enorme cantidad de viajes que tuvieron que suspenderse en 2020, ahora estas políticas son uno de los aspectos principales para considerar antes de cualquier reservación.
Por ejemplo, una encuesta realizada por la empresa Booking.com reveló que el 80% de los viajeros mexicanos preferirá las plataformas de reservación que sean transparentes con las políticas de cancelación, los procesos de reembolso y los seguros.
8. Los barcos dejaron de navegar
Aunque la industria entera del turismo de detuvo durante una buena parte de este 2020, ninguna ha sufrido una suspensión igual a la de los cruceros. Hasta ahora no es seguro que las navieras que salen de Estados Unidos zarpen de nuevo en los meses cercanos.
Es necesario aclarar que a partir de julio reanudaron operaciones los cruceros de río por Europa, aunque algunos han vuelto a cerrar por el aumento de casos de Covid-19. También se reanudaron los viajes en barco en otras regiones del mundo; en Singapur, Royal Caribbean incluso creó cruceros sin destino, que solo pasean por el océano para que los huéspedes disfruten el barco.
No obstante, la región más importante para la industria de los cruceros es el Caribe, y los barcos que la visitan salen de Estados Unidos. Aquí tienen una base de operaciones esencial algunas de las navieras más grandes, como Royal Caribbean, Carnival o Norwegian. También es muy importante para empresas de lujo como Crystal o Silversea.