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Para celebrar el Día de la Madre , te proponemos una escapada de fin de semana en alguno de estos siete hoteles , a menos de cuatro horas de la CDMX. Son espacios que llenan de alegría la pupila por su diseño y relación con el entorno; inducen a la relajación total y se esmeran por cumplir grandes expectativas.
Portón del Cielo / Pátzcuaro, Michoacán
Por qué le encantará. Imagínate leyendo un buen libro cerca de una chimenea. Frente a ti, hay una ventana panorámica que da hacia el Lago de Pátzcuaro y sus islas; mientras se oculta el sol, afuera hace frío, pero tu habitación está calientita y bien iluminada. Así es, en pocas palabras, la experiencia de quedarte en Portón del Cielo , un hotel ambientado como una casona colonial. Sus techos son de teja, mientras los tonos rojizos y amarillos predominan en la fachada e interiores.
(Foto: Cortesía Portón del Cielo)
Es una propiedad un poquito apartada del centro del pueblo, rodeada de vegetación. Si te gusta el silencio y la paz, esto es una gran ventaja. Un placer que pocos conocen es salir muy temprano para subir a la cima de una pequeña colina, donde el amanecer resulta espectacular, aconseja Flor García, gerente operativa.
Las 18 habitaciones te dan vistas privilegiadas del escenario natural. Lo que las distingue entre sí son las piezas artesanales, originarias del estado de Michoacán. Hay muebles tallados, cobre martillado de Santa Clara, alfarería de San José de Gracia y jarrones de Cocucho.
(Foto: Cortesía Portón del Cielo)
Hay diversos recorridos que puedes emprender desde aquí. El personal del hotel te contacta con un guía “de confianza” para explorar talleres artesanales, hacer una ruta de templos por los pueblos cercanos o incluso visitar a cocineras tradicionales.
Es uno de los tres alojamientos michoacanos, fuera de Morelia, que presumen el distintivo de calidad Tesoros de México . En total, la entidad tiene ocho.
Suite estrella
. Te sugerimos quedarte en Jilguero . Es la única que te ofrece dos terrazas (una de ellas con hamaca). Además, está equipada con cabina de hidromasaje en el baño.
Matea Inn / Ixtapan de la Sal, Estado de México
Por qué le encantará. Por fuera, este hotelito familiar se ve como un conjunto de cabañas sencillas con techos de teja. Pero en el interior, las 11 suites fusionan el estilo rústico con detalles sofisticados: hay candelabros, muebles de apariencia contemporánea y pieles en diferentes tonos. Son bastante amplias y ofrecen todas las comodidades básicas, como pantallas o un minibar.
Como elemento extra, la mayoría de los dormitorios cuentan con sillones de masaje.
La piedra amarilla, material con el cual se construyó la propiedad, es típica de la región. Para ser amigable con el medio ambiente, el alojamiento emplea energía solar y biodigestores (depósitos para transformar residuos orgánicos en biofertilizantes y gas).
(Foto: Cortesía Matea Inn)
El hotel pertenece a una plaza comercial llena de áreas verdes. A solo unos pasos de tu habitación queda el restaurante Studio 57, especializado en cortes de carne tipo Black Angus. Como cortesía, todos los huéspedes obtienen un helado artesanal.
Suite estrella
. La identificas como Presidencial 2. Es la habitación más grande, con 110 metros cuadrados de espacio. También tiene una pequeña cava.
Hacienda San Gabriel de las Palmas Amacuzac, Morelos
Por qué le encantará. Dormir aquí es como pasar la noche en el interior de un museo. La hacienda fue construida en 1529, por instrucción del mismísimo Hernán Cortés. Con el paso de los siglos operó como monasterio, ingenio azucarero y hasta fue cuartel de Emiliano Zapata durante la Revolución . Hay muros que conservan agujeros de bala como huella de su pasado, cuenta Sebastián Maya, director.
Es una propiedad enorme con jardines, ríos y ojos de agua. Hay rutas para explorar a pie, una ciclopista y paseos a caballo.
Una parte de las habitaciones se instaló en el casco original; los grandes techos con bóveda y las paredes desgastadas son una muestra de ello. Las 21 suites contienen mobiliario de estilo colonial. Ninguna es igual a otra: algunas disponen de terraza, jacuzzi o chimenea.
(Foto: Cortesía Hacienda San Gabriel de las Palmas Amacuzac)
En el hotel , los testimonios históricos se mezclan con los lujos contemporáneos. Hay dos albercas rodeadas de muros de piedra, una bóveda del siglo XVI convertida en bar y un restaurante donde las recetas tradicionales se maridan con cerveza artesanal.
El vivero es un verdadero paraíso: lo conforman palmeras, árboles frutales, flores y bambús.
Si quieren conocer la región, se ofrecen tours por solicitud a Jardines de México (para mamás tranquilas) y para descender en balsa por el río Amacuzac (para aquellas que son intrépidas).
Suite estrella
. Quédate en la Villa Don Jorge, una de las habitaciones de categoría presidencial. Dispone de patio con alberca y jacuzzi.
(Foto: Cortesía Hacienda San Gabriel de las Palmas Amacuzac)
Casa Chichipicas / Valle de Bravo, Estado de México
Por qué le encantará. Es como una casa de fin de semana, pero con un equipo dedicado a complacerte. Su propósito es muy claro: descansar, leer al aire libre o pasar una tarde alrededor de la alberca, con tu pareja o en familia (si todos son adultos).
El hotel abrió sus puertas en enero de 2018. Al tener solo 10 habitaciones , garantiza que tu escapada será tranquila y silenciosa. Además, se localiza en una zona residencial, entre personas que han pasado su vida en Valle de Bravo . El centro del pueblo queda a 20 minutos a pie.
Las suites mantienen un diseño muy limpio, con detalles en madera y concreto; esto les da una apariencia de cabaña nórdica. Cada una es identificada por su número traducido en náhuatl.
(Foto: Cortesía Casa Chichipicas)
El alojamiento no tiene spa, pero puedes solicitar un masaje en tu habitación .
Para comer, hay un restaurante basado en el uso de productos orgánicos. Omar Torres, gerente de la propiedad, recomienda probar el pulpo a la parrilla, el camembert frito y las chuletas de cordero.
Si quieres agregarle un poco de acción a tu viaje, pide que te coordinen una actividad. Entre las opciones, sobresalen los tours de avistamiento de aves y el esquí acuático.
Suite estrella
. Las dos ganadoras son la habitación Ce (1) y Chicuace (6). Una tina de estilo vintage y una terraza con hamaca son, respectivamente, sus rasgos distintivos.
Amomoxtli / Tepoztlán, Morelos
Por qué le encantará. Pocos lugares presumen de una vista tan espectacular del Cerro del Tepozteco como la alberca de Amomoxtli . Prácticamente, no hay obstrucción alguna entre tú y la sierra tapizada de vegetación. Dos tinas de hidromasaje vuelven aún más irresistible la alberca, y del agua emergen algunas plataformas con tumbonas.
La propiedad está diseñada para que te desconectes por completo, reflexiones y te contagies de la buena vibra que caracteriza al Pueblo Mágico de Tepoztlán . Para inspirarte hay hermosos jardines, baños de temazcal y clases de yoga al aire libre.
Los viajeros que desean mayor privacidad se refugian en las suites de categoría Premium, con patio propio; disponen de fogatas y muebles de jardín. En las 37 habitaciones predominan los tonos neutros y los pequeños detalles decorativos en madera. Además, las amenidades de baño son orgánicas.
(Foto: Cortesía Hotel Amomoxtli)
Para ser congruente con su filosofía de conexión con la naturaleza, el hospedaje utiliza energía solar en un 80%.
En el restaurante cocinan recetas tradicionales de Morelos, como los tamales de colorines e itacates (son como gorditas en forma triangular, rellenas de guisados). Los ingredientes se obtienen en el mercado del pueblo o de un huerto. Si quieres una celebración romántica, te proponen una comida junto a un estanque.
Suite estrella
. Si viajas con familia, quédate en el Cottage . Es una cabaña de adobe con capacidad para siete personas. Tiene tres habitaciones, sala con biblioteca y terraza. Considera que solo se aceptan huéspedes mayores de 13 años.
CasaReyna / Puebla, Puebla
Por qué le encantará. Se trata de una propiedad con historia, pues abarca seis casonas con varios siglos de antigüedad. Para estar en armonía con el centro de la ciudad, las 46 habitaciones están amuebladas con piezas de madera tallada a mano y decoradas con talavera. Los huéspedes duermen bajo sábanas de algodón egipcio, disponen de un menú de almohadas a elegir y se refrescan con amenidades de baño de la marca Pineda Covalín.
La propiedad ostenta el sello de excelencia “ Tesoros de México ”, de la Secretaría de Turismo (Sectur), y los cinco diamantes otorgados por la Academia Americana de Ciencias de la Hospitalidad (AAHS).
(Foto: Cortesía Casa Reyna)
Las áreas comunes incluyen alberca, jacuzzi y una pista para trotar. En esta última te puede acompañar tu amigo peludo, pues el alojamiento es pet friendly.
Hay una excursión al taller Talavera de la Reyna . Ahí te muestran cómo se elabora la artesanía más famosa de Puebla, y te asesoran para que tú mismo diseñes tu propia pieza. El taller queda a media hora del hotel ; bajo solicitud, el traslado se hace en un auto de la marca Audi, como parte de una alianza con esta empresa.
(Foto: Cortesía Casa Reyna)
Mención aparte merece el restaurante, centrado en cocina tradicional del estado. Rodrigo Álvarez, director de CasaReyna, recomienda pedir una degustación de cuatro moles o el filete de res con tuétano a la mexicana.
Suite estrella
. Por su tina, solicita una habitación de categoría Junior.
L’Ôtel / San Miguel de Allende, Guanajuato
Por qué le encantará. Ocupa el piso más alto de un bazar llamado Dôce 18, el cual se especializa en arte y productos artesanales. La planta baja de la casona que lo aloja fue construida en el siglo XVIII. Para llegar a los talleres de artesanías, boutiques de accesorios únicos y tiendas de decoración, solo es necesario usar un elevador privado desde el hotel .
Parte de los creativos que participan en Dôce 18 también intervinieron las 10 habitaciones . La artista plástica Marisa Boullosa plasmó ramas de magnolias en todos los muros; y las frazadas para las camas fueron bordadas por mujeres de la comunidad maya de Ixmul, la cual colabora con la fundación Hilando México. La sofisticación no se queda atrás: casi todas las suites poseen tina al aire libre y una chimenea.
(Foto: Cortesía L’Ôtel)
La terraza es el sitio más deseado por todos los huéspedes. Toda la familia puede refrescarse en una alberca con diseño de tablero de ajedrez y, de fondo, están algunas cúpulas del centro histórico de San Miguel .
(Foto: Cortesía L’Ôtel)
La zona gastronómica del bazar puede enviar cualquier pedido hasta tu dormitorio. Para darte una idea, hay hamburguesas gourmet con carne de res obtenida de manera sustentable, un “laboratorio” de tacos muy creativos y un elegante restaurante de autor enfocado en la cocina mexicana.
No olvides avisar al personal que estás celebrando el Día de las Madres . Recibirás una amenidad especial, como una cajita de macarrones o un buen coctel, cuenta el gerente general de L’Ôtel , Carlos Moreno.
Suite estrella
. La Master cuenta con acceso directo a la alberca. Hay un patio privado con una cama para descansar al aire libre.