Te presentamos 7 etnias alrededor del mundo que te muestran en persona su visión del mundo y costumbres. Algunas están en riesgo y en el turismo encuentran su esperanza, mientras otras se adaptan a las tierras más inhóspitas.
Isla Tiburón, en Sonora.
En alguna ocasión, hace varias décadas, un grupo de sonorenses adinerados querían comprar la Isla Tiburón. Don Antonio, quien era presidente del Consejo de Ancianos, les contestó: “¿Saben cuánto cuesta? La sangre de nuestros guerreros”. De acuerdo con Joaquín Barragán, antropólogo y guía especializado de turistas, esta era una anécdota que el mismo don Antonio solía contar. Y también es una muestra de resistencia del pueblo comcáac o “la gente”, como prefieren ser llamados. El nombre “seri” tiene origen yaqui y significa “hombres de la arena”.
Desde tiempos de la Conquista la etnia ha preservado su cultura de manera casi intacta, sin ceder ante la ocupación de gran parte de su territorio y los intentos de evangelización. Aunque hablan español, no dejan de lado su lengua.
Foto: Sonora Turismo
Los comcáac tienen su propia celebración de año nuevo, que ocurre durante la luna nueva de julio. Para ellos representa el inicio de otro ciclo relacionado con los elementos naturales de los cuales dependen, como las lluvias y cosechas.
Según su cosmogonía, en la antigüedad hubo un ser llamado Cuacöj Cuasol u “hombre amarillo”. Con un pedazo de carne arrojado al mar creó la tortuga caguama, y le ordenó que tomara un puño de arena para originar la tierra.
Foto: Archivo EL UNIVERSAL
Es fácil reconocer a las mujeres comcáac por su pintura facial, que consiste en líneas finas y puntos de colores. Tradicionalmente utilizan el azul, blanco y rojo, los cuales significan tranquilidad, sangre y mar, respectivamente.
No es posible ir por tu cuenta, y Joaquín Barragán (Tel. 662 202 6937) es el único guía autorizado para llevarte a Isla Tiburón. Trabaja con tres familias locales que te reciben para mostrarte sus hogares y danzas tradicionales. Las experiencias son personalizadas y puedes pasar una noche de campamento o glamping en la isla.
Kazajos - Mongolia
Su mayor asentamiento es la provincia de Bayan-Ölgiy, ubicada en el extremo noroeste de Mongolia.
Todos los inviernos, los cazadores kazajos se internan a caballo en las heladas estepas del Macizo de Altái para obtener provisiones y pieles. Cada uno lleva un águila real en el hombro, la cual sigue sus órdenes y es capaz de matar animales tan grandes como un lobo.
Más que un animal de trabajo, el águila se convierte en compañero de vida. El cazador la cuida, entrena, “consiente” y acostumbra a su presencia desde su captura, a los dos años de edad. El adiestramiento requiere mucha paciencia y puede ser una tarea bastante intimidante: un águila pesa hasta 10 kilos y el despliegue de sus alas alcanza más de dos metros. El animal trabaja durante poco más de una década, hasta que su dueño decide liberarla definitivamente.
Foto: iStock
La etnia kazajo tiene origen turco, pero proviene directamente de Kazajistán. Es la minoría más grande en Mongolia, y la única población que profesa la religión musulmana.
Como otros grupos indígenas del país, lleva un estilo de vida nómada. Viven en gers o yurtas, que son estructuras circulares fáciles de desmantelar.
Foto: iStock
Algunas touroperadoras especializadas como Discover Mongolia o Nomadic Expeditions hacen viajes de varios días a Bayan-Ölgiy. Puedes explorar las montañas a caballo, sostener un águila y dormir en un ger. Lo mejor es viajar en octubre, cuando se realiza el Golden Eagle Festival: verás a 500 personas soltando sus águilas al mismo tiempo.
Foto: Nomadic Expeditions
Uros - Perú
En el lago Titicaca, cerca de la ciudad de Puno.
Ningún lugar en el mundo se parece a las islas de los uros, en el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, a tres mil 800 metros sobre el nivel del mar. La razón: fueron construidas desde cero con totora, un tipo de junco que crece bajo el agua, que adquiere un color amarillento cuando está seco. Las casas de fueron levantadas con el mismo material.
La importancia de la planta para el grupo indígena no se queda ahí. Con ella elaboran sus balsas, obtienen leña para cocinar y, desde hace un par de décadas, hacen artesanías. Cuando a la totora se le quita la corteza, queda expuesta una fibra blanca que forma parte de la dieta local.
Foto: iStock
La vida en las islas artificiales tiene sus retos. Aunque el piso de cada una puede alcanzar tres metros de grosor, casi cada mes debe renovarse la capa más superficial, ya que el peso de las personas lo desgasta. Si la conservan bien, una isla entera es habitable por 30 años.
Hoy en día existen alrededor de 80 islas. Han sido el hogar de los uros desde hace más de 500 años, cuando la etnia fue desplazada por los incas. Sin embargo, se calcula que es la población más antigua de este territorio, estableciéndose cerca del año 1200 a.C.
Por la influencia que tiene la etnia aymara en la región de los Andes centrales, los uros dejaron su lengua. Actualmente hablan aymara y español.
Muchas agencias de viaje, como Titicaca Travel Perú te llevan a las islas de los uros y los hoteles ubicados a orillas del lago hacen sus excursiones. El traslado toma una media hora, y puede hacerse en una balsa de dos pisos hecha de totora.
Cuando llegas a una isla, los uros te cuentan cómo construyen sus hogares y muestran la elaboración de artesanías; por supuesto, hay venta de canastas, bolsas y accesorios.
Si quieres dormir en una isla, el alojamiento consiste en hostales, albergues y casas familiares.
Foto: Promperú
Ainu - Japón
En la isla y prefectura de Hokkaido, al norte del país.
Se trata de la única etnia que existe en Japón y que en el último siglo ha luchado contra la discriminación. En febrero de este año fue reconocida oficialmente por el gobierno como un grupo indígena y se aprobó una ley que busca apoyarlos.
Para los ainu o “humanos”, cada elemento u objeto de la naturaleza es una deidad llamada “kamuy”: desde las plantas y animales, hasta las montañas y las casas familiares. No se trata de dioses con poder absoluto, sino de entidades que pueden cometer errores o castigar a los humanos. Por eso se les dedica oraciones, peticiones y ceremonias.
Foto: EFE
Las danzas ainu, creadas por motivo ritual o de esparcimiento, son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2009.
La caza y pesca son parte fundamental de su cultura. Un método tradicional consistía en lanzar flechas y espinas envenenadas.
Por tratarse de una cultura en riesgo, que se ha homogenizado con la sociedad japonesa, actualmente no hay comunidades tradicionales que sea posible visitar. Sin embargo, existen proyectos turísticos donde participan miembros de la etnia. Lake Akan Ainu Kotan es un complejo ubicado a las afueras del Parque Nacional Akan: tiene la recreación de un hogar tradicional hecho con fibras vegetales, tiendas de artesanías y representación de danzas.
En el interior del parque nacional se estrenó, en julio de este año, la experiencia nocturna Kamuy Lumina : es una exposición multimedia montada en la naturaleza, que combina video mapping, esculturas y escenarios para contar una leyenda ainu.
Foto: EFE. Everett Kennedy Brown
Inuit - Groenlandia
De las 56 mil personas que integran la población de Groenlandia, 50 mil son inuits. La etnia se encuentra por todo el país.
Alrededor del año 1300, los thule llegaron a esta isla. Desde hacía tres mil 800 años atrás, otros grupos indígenas habían poblado la región, pero todos desistieron. Solo los thule se quedaron y dieron origen a los actuales inuit.
Muchas de sus tradiciones perduran en la actualidad, como el uso de trineo jalado por perros como medio de transporte y el kayak, que se ha convertido en símbolo nacional. Los inuit todavía cazan ballenas y focas, y los niños pequeños capturan sus primeras presas antes de ir a la escuela.
Foto: iStock
Algo que distingue a los inuit de Groenlandia es su traje típico. En estructura es parecido a los atuendos de piel de otras regiones árticas. La diferencia radica en la decoración con cuentas y telas de colores, las cuales fueron introducidas en los siglos XVII y XVIII por colonizadores europeos. Ahora es un vestuario festivo.
Según la creencia inuit, cada elemento de la naturaleza tenía un alma, tal como los humanos; al morir, el espíritu podía migrar a otro cuerpo.
En toda la costa oeste, la cual resulta más accesible por sus características geográficas, hay touroperadores que crean itinerarios inspirados en la cultura inuit. Entre ellos se encuentran Greenland Tours y X-plore. Lo más impresionante es combinar las aventuras con las costumbres locales: hacer un paseo en kayak frente a bloques de hielo o subirte a un trineo. Dato curioso: en este país no puedes jugar con los perros, pues se consideran animales de trabajo.
Foto: Visit Greenland/ Mads Phil
Haida - Canadá
La etnia habitó el archipiélago de Haida Gwaii, en la provincia canadiense de Columbia Británica. En 150 islas, aproximadamente, se hallan sus vestigios y sus descendientes realizan experiencias turísticas.
Es uno de los grupos indígenas más antiguos de Norteamérica, pues se tienen registros de que llegaron hace más de ocho mil años. Según su creencia, el cuervo es el ser que dio origen al mundo, cuando animó a los hombres a salir de sus escondites debajo de las conchas en la playa.
Uno de sus rasgos más distintivos es la decoración de grandes tótems de madera, formados a partir de los árboles más altos. Tallaban diseños muy elaborados que contaban historias familiares o servían para los ritos funerarios.
Foto: Destination BC
En la sociedad haida existían dos grandes grupos divididos en pequeñas familias: cuervos y águilas. Cada uno tenía sus propias costumbres, economía y organización. Sin embargo, una persona solo se podía casar con un miembro del clan opuesto, y sus hijos pertenecían al hogar de la madre.
El archipiélago de Haida Gwaii cuenta con una organización de turismo, la cual agrupa diversas empresas que hacen recorridos y viajes por la región; además, emplean guías con ascendencia haida.
La región, llena de bosques densos y acantilados dramáticos, es perfecta para las experiencias enfocadas en la naturaleza, como los tours de pesca en botes de alta velocidad o para ver las implacables tormentas invernales desde una cabaña segura junto al mar.
Para una perspectiva cultural, no olvides visitar el Centro Patrimonial Haida, en la comunidad de Skidegate.
Foto: Destination BC
Bereber - Marruecos
Aunque habitan en otros seis países, Argelia y Marruecos cuentan con la mayor población bereber. En Marruecos, la etnia se extiende por la cordillera del Atlas, la cual abarca parte del Sahara, así como la región del Rif.
Se calcula que la etnia apareció hace unos cuatro mil años, al norte de África. Ellos prefieren el nombre amazigh, que significa “gente libre”, pero los árabes les llamaron bereber, una derivación de “bárbaro”, como se le conocía en la antigüedad a quien no hablara griego o latín.
Por influencia árabe también se adoptó el islam como religión. No obstante, hay algunas creencias que perduran hoy en día. Muchos artesanos buscan transmitirle “baraka” (un poder espiritual) a sus textiles. Se dice que tal cualidad aleja a las malas energías, y se obtiene a través de ciertos símbolos o tonalidades en los diseños.
Foto: iStock
La costumbre dicta que las mujeres lleven tatuajes en la cara para representar el paso de la adolescencia a la adultez. Como el islam lo prohíbe, utilizan henna.
Visitar la cordillera del Atlas requiere un traslado de dos horas desde Marrakech. Por lo tanto, es sencillo organizar un viaje de uno o varios días por la región natural. Atlas Sahara Tours es una de las empresas que hacen itinerarios.
Enclavado en las montañas se encuentra el hotel Kasbah du Toubkal, operado por miembros de la comunidad bereber. Hacen talleres inspirados en el arte local, visitas a casas familiares en los pueblos indígenas y tours en camello por el Sahara con fogatas.
Foto: iStock