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En diversas regiones del mundo, el hielo es capaz de modelar paisajes surrealistas, que a primera vista no considerarías reales. La buena noticia es que muchos se pueden visitar para comprobar su existencia y fascinarte con sus formas.
Aquí enlistamos 7 de esas formaciones naturales de hielo, ¿cuál te gustaría ver en vivo y a todo color?
1. Lago Baikal congelado
Ya es bastante impresionante por sí solo: se trata del lago más antiguo de nuestro planeta, cuya edad se calcula entre 20 y 25 millones de años, y el cuerpo de agua continental más profundo, que alcanza hasta mil 620 metros como máximo. Es Patrimonio de la Humanidad.
Durante el invierno se congela y en algunas zonas el hielo puede tener un metro de grosor. Se forman enormes “rayones” en gran parte de su superficie, creando miles de mosaicos. Según el sitio web Bored Panda, hay partes de poca profundidad donde el hielo es tan claro que puedes ver el fondo perfectamente.
Foto: iStock
Con sus debidas precauciones, viajeros llegan cada año para recorrer grandes distancias dentro del lago patinando o incluso acampan sobre él, según relata la BBC. También se hace una “carretera” temporal por donde transitan vehículos. El hielo permanece hasta mayo, pero desde abril la gente deja de pararse en la superficie.
Otro atractivo son las islas e isletas del Lago Baikal, que suman aproximadamente 45. La más grande se llama Olkhon y oculta cuevas donde el hielo se organiza en filosas estalactitas.
Foto: iStock
2. Icebergs de Groenlandia
A excepción de la Antártida, en ningún lugar del mundo encontrarías tantos icebergs como en el fiordo helado de Ilulissat, ubicado en la costa oeste de Groenlandia, 250 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico. Las miles de masas de hielo provienen del glaciar Sermeq Kujalleq, uno de los más activos y rápidos que existen. Ilulissat está catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Los icebergs pueden verse en todas formas y tamaños: desde paredes sin un límite aparente y columnas que parecen esculpidas por un artista, hasta arcos tan grandes que los barcos pueden pasar por debajo. Pero recuerda que la parte visible del iceberg es solo el 10%, aproximadamente, de su masa total. También resulta espectacular su juego de luces y sombras, además de la combinación con los tonos del cielo.
El paisaje luce distinto dependiendo de la temporada del año. En primavera, una delgada capa blanca cubre el horizonte con miles de pedacitos de hielo; en verano se distinguen monumentales masas en camino al océano y durante el invierno los icebergs se quedan congelados en su sitio.
Foto: Visit Greenland
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3. Cuevas de hielo en Islandia
Hay muchos lugares en el mundo donde es posible visitar cuevas de hielo, pero el Parque Nacional Vatnajökull, en Islandia, es uno de los más icónicos. Nacen en invierno y, a diferencia de lo que ocurre en otros países, el resultado siempre es distinto cada año.
Estas cuevas se hallan en la región de Vatnajökull, uno de los glaciares más grandes por volumen de Europa. Las cuevas surgen como canales por donde fluye el agua desde las profundidades del glaciar; esto sucede en el verano, pero el agua deja de correr y el hielo se endurece hasta el invierno.
Visitar una cueva de hielo es como estar en el interior de un diamante, donde resplandece una gran gama de azules, de los oscuros a los más brillantes.
Es indispensable llegar hasta ahí con un guía experto, porque las cuevas pueden ser muy peligrosas. Para entrar se usan crampones y casco.
Foto: Unsplash. Valdemaras D.
4. Penitentes de los Andes
Lucen como filosas dagas clavadas en el piso del desierto, y se les llama penitentes porque su silueta recuerda a los creyentes católicos que se cubren el rostro con un atuendo cónico en la Semana Santa. Estas formaciones de hielo nacen en la región de los Andes de Chile y Argentina, en alturas por encima de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, según explica la BBC.
Los penitentes se hacen por una combinación de condiciones climáticas que incluyen vientos extremos, cambios de temperatura bruscos y una fuerte radiación solar. Miden desde unos cuantos centímetros hasta cinco metros de altura.
Foto: Wikimedia Commons. ESO/B Tafreshi
5. Monstruos de nieve en Japón
Aquí hicimos un poco de trampa, porque estas formaciones naturales son de nieve, no solo hielo. En las alturas del Monte Zao, un volcán situado entre las prefecturas de Yamagata y Miyagi, en el mes de febrero aparecen figuras fantasmagóricas: son los árboles alpinos, que en esta temporada quedan atrapados bajo capas de nieve y hielo, provocadas por fuertes precipitaciones y vientos.
Conocidos también como “juhyo”, los monstruos de nieve pueden medir varios metros de altura. Se han convertido en una atracción turística que se disfruta desde una góndola, en senderos delimitados o con iluminación nocturna.
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6. Burbujas de hielo en Canadá
Cada invierno, cuando el Lago Abraham se congela, miles de burbujas quedan atrapadas bajo la superficie creando un paisaje anhelado por fotógrafos profesionales y amateurs.
El fenómeno no es tan extraño, pues sucede en otros cuerpos de agua (como el Lago Baikal en Rusia, incluso); sin embargo, la gran concentración de burbujas es la principal característica del Lago Abraham. En realidad se trata de burbujas de metano, que se generan cuando la materia orgánica muerta cae al fondo del agua y las bacterias se alimentan de ella, liberando el gas.
Está súper prohibido fumar, pues el metano es un gas inflamable y las burbujas son capaces de reventarse, liberándolo.
Se trata de un lago artificial creado en 1972, al oeste de la provincia de Alberta, en la región de las Montañas Rocosas.
Foto: iStock
7. Perito Moreno, Argentina
Todos los glaciares, casi por definición, son espectaculares: se trata de masas enormes de hielo perenne y nieve, las cuales se extienden sobre la tierra como lenguas.
El Perito Moreno, en Argentina, es uno de los más visitados y hermosos del mundo. Su frente, la parte que normalmente se visita, mide unos cinco kilómetros de ancho; el glaciar tiene 170 metros de profundidad (aunque solo se ven 78) y abarca una superficie de 250 kilómetros, ¡mayor que la ciudad de Buenos Aires (203km2)!
Nunca deja de moverse, por lo que frecuentemente es posible atestiguar la caída de grandes bloques de hielo desde el glaciar.
Se localiza en la provincia de Santa Cruz, al sur del país. Se puede admirar desde pasarelas con miradores, en diversos paseos en bote o navegando en kayak, por mencionar ejemplos.
Foto: iStock