Desde hace 35 años, la selva que rodea al río Amazonas ha sido el lugar de trabajo de Juan Tejada. Gran parte de su tiempo pasa en zonas donde los árboles son tan frondosos y la vegetación tan espesa, que una gota de lluvia puede tardar varios minutos en tocar el suelo y es necesario viajar con linterna. En su labor de guía naturalista, lleva a turistas de todo el mundo a observar caimanes, nadar con delfines y pescar pirañas.
Juan nació en una aldea de 120 habitantes, en las orillas de la Amazonia peruana. Desde los 20 años es guía y actualmente vive en Iquitos, la principal puerta de entrada a la Reserva Nacional Pacaya Samiria, la segunda área natural protegida más grande de su país y hogar de la mayor región de bosque inundable en la selva amazónica. Cuando creces en un lugar así, “aprendes a vivir en armonía con los ríos, lagos, bosques y animales”, relata. Actualmente trabaja con la naviera Jungle Experiences Amazon River Cruises, dedicada a los cruceros de río.
Aquí en Destinos, te compartimos algunos de los datos y curiosidades que Juan nos platicó durante una entrevista.
1. Encuentros con anacondas
Cuando le preguntamos sobre el encuentro animal más impactante que ha tenido, Juan Tejada cuenta la primera vez que encontró una anaconda excepcionalmente grande. Sucedió durante un recorrido con una familia mexicana, proveniente de Morelia. El grupo pudo ver a la enorme serpiente a la orilla de un lago: el ejemplar alcanzaba entre ocho y 10 metros de largo, y su cuerpo medía unos 40 centímetros de ancho, aproximadamente.
Después de ese tour tuvo un sueño, “no sé si era coincidencia o advertencia. Una señora que estaba en el lago me dijo que no llevara más turistas, pues esa no era la anaconda más grande de ahí, no salía aún la 'madre'”.
Foto: Cortesía Jungle Experiences
Una anaconda de ese tamaño es muy inusual, normalmente llegan a medir hasta cinco metros, dice el Parque Zoológico Nacional Smithsoniano (Estados Unidos). Pensarías que la gente local se ha acostumbrado a estas especies, pero Juan aclara que ellos les tienen mucho respeto y hasta temor.
No es un animal agresivo y los reportes de ataques a humanos son raros, pero no dejan de ser imponentes. Se trata de la serpiente más pesada del mundo, con un máximo de 500 kilos, y es capaz de cazar presas tan grandes como un jaguar.
Los guías reciben entrenamiento para responder correctamente durante un encuentro de esta naturaleza. Es posible ver una serpiente de cerca, siempre y cuando el grupo de viajeros esté de acuerdo (muchos prefieren interferir lo menos posible en el ecosistema).
Foto: Cortesía Jungle Experiences
2. Pirañas, ¿asesinas?
¿Es seguro tocar el agua? Esta es una de las preguntas más frecuentes que hace la gente cuando inicia un recorrido en lancha, dice Juan. Uno de los mayores temores es la presencia de animales peligrosos y, entre ellos, las pirañas siempre aparecen en la conversación.
Sin embargo, la mayor parte de lo que “sabemos” sobre las pirañas viene de Hollywood, aclara el guía. Existen más de 30 especies y, aunque sí tienen dientes filosos, no todas son carnívoras como tal; algunas no cazan, sino se alimentan de frutos o carroña. Incluso las que comen carne no representan un peligro para los humanos.
En los cruceros, además, está la oportunidad de pescar pirañas. En la Amazonia peruana se consumen pirañas en sopas, además de asadas y ahumadas.
Y, respondiendo a la pregunta inicial, sí se puede tocar el agua e incluso nadar. Hay partes del río donde los viajeros pueden nadar con total seguridad, pero es obligatorio usar chaleco salvavidas por la densidad del agua.
3. El animal al que debes temerle
Después de una hora de caminata por la selva, es normal que se te ocurra recargarte en un árbol para descansar. Sin embargo, podría resultar una pésima idea. Hace unos años Juan se encontraba explorando y, sin reparar mucho en ello, puso la mano sobre una rama; de pronto sintió el pinchazo de una hormiga bala.
El diminuto ataque resultó en fiebre, una mano totalmente hinchada al cabo de 20 minutos y cerca de ocho horas de dolor. De hecho, se considera que esta especie tiene una de las mordidas más dolorosas en el mundo de los insectos.
De acuerdo con el sitio web The Culture Trip, una mordida ha sido descrita como algo parecido a “caminar sobre carbón ardiente con un clavo enterrado en el talón”. Se sabe que el dolor producido puede durar entre cinco y 24 horas.
Por esta razón, es necesario seguir al pie de la letra las indicaciones del guía durante un recorrido. Hay que pisar con cuidado y no recargarse. No obstante, los guías siempre llevan medicamentos antinflamatorios y antihistamínicos, además de que están preparados para responder a emergencias.
Foto: Wikimedia Commons. Graham Wise
4. Avistamientos frecuentes
Cuando comienza una expedición, es imposible garantizar que habrá avistamientos espectaculares. Sin embargo, sí hay animales que se dejan ver más seguido.
No es raro ver caimanes y monos durante un recorrido en la selva. Las aves representan uno de los mayores atractivos de la experiencia: puede haber guacamayas, ejemplares de martín pescador, tucanes, loros verde y cotorras.
Dependiendo de la temporada, las condiciones climáticas y la zona donde te encuentres, el guía te dice qué animales podrían aparecer. Por la cercanía con la naturaleza, sus sentidos parecen agudizarse muchísimo; Juan asegura que pueden distinguir el sonido de una guacamaya o un mono a unos dos kilómetros, e identificar el olor de ciertas especies.
Foto: Cortesía Jungle Experiences
En un tour nocturno no siempre es seguro ver animales, pero sí es una garantía disfrutar la “sinfonía de la selva”, cuenta Juan. A veces apagan por completo el motor de la lancha para escuchar el movimiento de las especies nocturnas, ver pasar un caimán y avistar miles de luciérnagas.
Los delfines rosados también son un “favorito” de los viajeros. Se trata de animales muy sociables, que se acercan a las lanchas por curiosidad y pasan tanto tiempo en los alrededores que se puede grabarlos sin problema. Cuando la gente se mete a nadar prefieren mantener su distancia, pero su actitud sigue siendo amigable.
Foto: Cortesía Jungle Experiences
5. Avistamientos imposibles
En todos los años que ha trabajado como guía, solo una vez Juan se ha encontrado directamente con un jaguar melánico (de color negro). Fue durante una expedición nocturna, un ejemplar se detuvo justo frente a ellos, de manera que podían enfocarlo perfectamente. “Sus ojos brillaban como diamantes, entre celeste y amarillo. No volteaba, y de repente desapareció como por arte de magia”.
Aunque el jaguar es el felino más grande del continente y el tercero mayor del mundo, resulta muy difícil verlo por sus hábitos nocturnos. Mucho más si se trata de un ejemplar melánico.
Foto: Wikimedia Commons. Bardrock
6. Observación nocturna
Quizá no es lo primero que se te ocurre cuando piensas en un viaje a la Amazonia, pero puede tratarse de un lugar espectacular para disfrutar el cielo nocturno.
Con frecuencia es fácil observar con claridad la Cruz del Sur, constelación visible en el hemisferio austral, y el Cinturón de Orión. También son muy comunes las estrellas fugaces.
Foto: Cortesía Jungle Experiences
7. Los protectores del bosque
En las poblaciones ubicadas a orillas de la selva amazónica existen muchísimas leyendas relacionadas con figuras misteriosas que fungen como guardianas, cuenta Juan. Uno de esos mitos habla sobre el Chullachaqui, un ser similar a un duende que puede adoptar diversas formas; utiliza su habilidad para engañar a los viajeros y provocar que se pierdan en la jungla, de manera que nunca encuentren el camino de regreso y su alma se quede en la naturaleza.
Las leyendas pueden adoptar muchas variantes y tú decides cuánto creer en ellas. Sin embargo, a veces las anécdotas extrañas que ocurren en la selva son innegables. El guía cuenta que en una ocasión su suegro, un pescador local, se adentró entre la vegetación mientras cortaba frutos de su jardín y pasó 12 horas desaparecido, sin hallar el camino de regreso en un lugar donde ha pasado gran parte de su vida.
Cómo son los cruceros por la Amazonia
Los cruceros de Jungle Experiences parten desde la ciudad de Iquitos, a orillas de la Reserva Nacional Pacaya Samiria. A esta ciudad se puede llegar mediante un vuelo desde Lima.
Estos viajes se llevan a cabo a bordo de barcos que mezclan la comodidad y la cercanía con la naturaleza. Se trata de embarcaciones relativamente pequeñas, que navegan por el mismísimo río Amazonas; los grupos de pasajeros son pequeños, por lo que la experiencia se vuelve más personalizada.
En tu cabina del barco, es posible disfrutar los paisajes desde la terraza privada o a través de una ventana de piso a techo. Tiene las comodidades que esperarías de un hotel.
Foto: Cortesía Jungle Experiences
El itinerario incluye diversas actividades en la región, como caminatas por la selva, tours nocturnos en lancha, nado en el río, pesca y puentes colgantes entre los árboles. También está la oportunidad de conocer de cerca algunas culturas locales.
La naviera mantiene prácticas sustentables como la estrecha colaboración con comunidades locales, reciclaje y tratamiento de aguas residuales. También trabajan con el Centro de Rescate de Manatíes (CREA) en Iquitos y organizaciones ambientalistas como Amazon Forever.
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